Señor Director:
El senador Juan Pablo Letelier (PS), vicepresidente de la cámara alta, se siente en la necesidad de responder mi columna en El Mostrador La interpelación de los estudiantes al sistema económico y político.
Afirmé que “la Concertación no tiene influencia en los estudiantes, porque sus dirigentes y parlamentarios se alejaron de los estudiantes desde hace años”. Letelier da una respuesta institucional, aludiendo a las gestiones realizadas por él durante el actual conflicto. Yo cuestioné la actitud de los parlamentarios “desde hace años”. Esta actitud de los parlamentarios (y de los gobiernos anteriores) se expresa en que los temas de los jóvenes no están en la agenda pública, como la mala calidad de la educación y su alto costo. Letelier debiera hacerse cargo del hecho que ningún presidente de una de federación estudiantil de las universidades del CRUCH milite en el PS o se reconozca de la Concertación.
Mi segunda afirmación fue que “su discurso económico (de la Concertación) se ha mimetizado con el de la derecha. ¿Qué sentido tiene que un senador socialista esté preocupado de la repatriación de capitales, sino que congraciarse con el mundo empresarial y sus financistas?”. El senador Letelier, autor de esa iniciativa, la justifica como un “estímulo de la normalización tributaria” para “que podamos contar con dinero suficiente para la reconstrucción del patrimonio con valor histórico y la vivienda rural, que fue muy afectada en toda la zona del terremoto del 27 de febrero”. Agrega que “la estimación más conservadora indica que se podrían repatriar más de 23 mil millones de dólares, lo cual permitiría un ingreso tributario inicial de más de 1.400 millones de dólares y un ingreso por tributos permanentes de a los menos 400 millones”.
El senador Letelier propone incentivos tributarios, un camino de la derecha, y rechaza el camino directo para financiar la reconstrucción: subir los impuestos a los más ricos en Chile. El crecimiento y la concentración de la riqueza lo justifican plenamente y es una buena ocasión para exigirles solidaridad. Es penoso que un senador de izquierda proponga esta vía, pues, en buenas palabras, permitirá blanquear capitales. Este mismo criterio de mano blanda a los “inversionistas” ha permitido los abusos del lucro de algunas universidades privadas durante 30 años, que el país, por fin, rechaza en forma abrumadoramente mayoritaria.
Se entiende la grave crisis del PS y de la Concertación cuando senadores se niegan a subir los impuestos, rechazan legislar sobre el financiamiento publico a los partidos, porque cada parlamentario prefiere arreglárselas por su cuenta con sus donantes, y se oponen a la ley del lobby, para permitir que ciertos ex parlamentarios y ex altos funcionarios de gobierno, con estrechas relaciones con el sector privado, gestionen sus intereses ante el estado.
Carlos Huneeus
