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Por qué el Paro

¿Entonces qué le preocupa hoy al gobierno? Le preocupa y le asusta que comienzan a converger voluntades e ideas para modificar aspectos estructurales del modelo de desarrollo chileno: se cuestiona la Constitución, se cuestiona el sistema político, se cuestiona el lucro en la educación, se cuestiona la concentración económica, se cuestiona la carga tributaria, se cuestiona las prioridades medioambientales. En suma, está en cuestión la renta.


Al unísono hemos escuchado una gran andanada de críticas producto de la decisión de los partidos opositores de sumarse al paro nacional convocado por la CUT. Creo que todos debemos desdramatizar el tema. Aquí lo que hoy tenemos es un conjunto de demandas que efectivamente tienen un amplio abanico de temas, que hoy por hoy son todos necesarios y para los cuales hay condiciones para avanzar en su concreción.

¿Cuáles son las demandas de la CUT y que algunos tanto se escandalizan por que las apoyamos? Una nueva Constitución. Efectivamente algunos estamos convencidos que debemos tener una nueva carta fundamental que saque los resabios pinochetistas que aún quedan. Reforma Tributaria. Este es un tema que incluso ya ha sido conversado entre el Presidente y los empresarios y que al interior del propio gobierno hay apoyo. Un nuevo Código Laboral. También es un tema en el cuál hay que avanzar. Sobre muchos de estos temas hay plena comprensión de la clase política que debemos trabajarlos. En lo personal adhiero al Acuerdo Nacional por Democracia Social Para Chile, que además trae otros temas como el control sobre las riquezas naturales o el fin de la concentración de los medios de comunicación.

En los gobiernos anteriores han existido paros y en muchos casos fueron apoyados por la derecha. Cabe recordar el caso del paro por la deuda histórica a fines del 2009 que fue apoyado por diputados y senadores de UDI y RN. Nadie los acusó de intentar destruir el país, a pesar de que incluso ese problema si que era heredado de la propia dictadura. Ahí, además, conocimos el obstruccionismo aliancista cuando rechazaron el presupuesto de educación.

Cuántas veces vimos a parlamentarios, en gobiernos anteriores, sumarse a paros de gremios de la agricultura. Nunca nadie los descalificó ni les negó su derecho a adherir, porque es parte del juego democrático.

[cita]Es verdad que nos faltaron votos para modificar el binominal, pero también debemos reconocer que no tuvimos ni la voluntad ni la fuerza para poder hacer esos cambios, ni tampoco la suficiente claridad para denunciar públicamente a quienes impedían hacer estos cambios al binominal que hoy son urgentes.[/cita]

Una vez más vemos la falta de conducción política. Es el propio gobierno el que paraliza su agenda por darse el gusto de pelear con la oposición. Esto lo único que provoca es el rechazo sistemático de parte de la ciudadanía a su incapacidad de poder gobernar.

¿Entonces qué le preocupa hoy al gobierno? Le preocupa y le asusta que comienzan a converger voluntades e ideas para modificar aspectos estructurales del modelo de desarrollo chileno: se cuestiona la Constitución, se cuestiona el sistema político, se cuestiona el lucro en la educación, se cuestiona la concentración económica, se cuestiona la carga tributaria, se cuestiona las prioridades medioambientales. En suma, está en cuestión la renta.

En este sentido, seamos claros, el gobierno aún piensa que los conflictos sociales hoy desatados pasan por hacer ofertas y no entiende que la crisis de representatividad requiere ir más allá.  La ciudadanía exige cambios profundos al binominal, ya que se aburrió de ver un parlamento empatado de manera ficticia, porque se sabe que hay mayorías que opinan de una manera distinta y que no están representadas.

Es verdad que nos faltaron votos para modificar el binominal, pero también debemos reconocer que no tuvimos ni la voluntad ni la fuerza para poder hacer esos cambios, ni tampoco la suficiente claridad para denunciar públicamente a quienes impedían hacer estos cambios al binominal que hoy son urgentes.

Hoy este paro es contra un sistema político que no representa a una inmensa mayoría que queda fuera de las decisiones. Por eso también nace la idea de un plebiscito y volvemos al tema de la representatividad. Se podría llegar a un acuerdo en educación, firmar un  papel, pero en un par de meses tendríamos otro tema que se canaliza en las calles ya que la crisis de representatividad seguirá igual. Todos debemos cuidar nuestra democracia, y quizás hoy llego la hora de cuidar mucho más esa democracia, haciendo los cambios que todos vemos que son necesarios.

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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