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LOS ACTUALES PERFILES DE LA POLÍTICA

Adolfo Castillo
Por : Adolfo Castillo Director ejecutivo de la Corporación Libertades Ciudadanas
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En 1993 Norbert Lechner escribió: “En lugar de una mayor libertad de elección del ciudadano y una mayor transparencia de las decisiones políticas, la entronización de la racionalidad económica significa primordialmente la consagración de criterios mercantiles en la política: el dinero, la competencia , el éxito individual”, trazando los malestares con el tipo de  política que entonces comenzaban a hacer su aparición, y dibujando las líneas y tendencias que hoy se presentan como expresiones indesmentibles de la crisis que afecta a la política y que anuncia la recomposición de un nuevo ciudadano en Chile.

Fue justamente la incomprensión de lo político o la experiencia cotidiana de la sociedad con la política lo que fue generando la crisis que hoy tiene a la deriva a la política institucional, siendo uno de las manifestaciones observadas por Lechner “la falta de confianza en la política y en los políticos” la generadora de malestar, pues ésta ya no contralaría los procesos sociales, incapaz de proyectar certidumbres que acoten el futuro, constreñida  a la gestión del presente eterno, termino por autonomizarse de la sociedad que horrorizada observa y comienza a comprender que no cuenta con referencias sobre un orden ajeno y hostil sobre el que debe seguir su vida.

Esos lejanos temores que resuenan en nuestro tiempo, hoy se han tornado en realidades que estallan en las calles, como búsqueda de una comunidad de ciudadanos por una política que no abdique ante las fuerzas de un mercado que en su pretendida y utópica aspiración de la autorregulación intentó subvertir el sentido de la democracia, y degradarlo a la imagen de supermercado de preferencias individuales.

La demanda de un buen gobierno que surge desde la comprensión de lo político, señala los rasgos que adquiere hoy la política invocada por el demos, muy distante a la añoranza de restituir la política como dirección de la sociedad, y albergue de las incertidumbres que significó en épocas de certezas ideológicas y de certidumbres cognitivas: a) el cambio generacional y la construcción virtual de sentidos comunitarios, a través de redes y circuitos de conexiones intersubjetivas, señalan lo inexorable del ajuste que vive la sociedad de cara a las insuficiencias de la política, y que re significa el sentido de la democracia, b) la crisis de la política que hemos conocido es a la vez la crisis de la democracia realmente existente, lo que alberga de modo embrionario opciones de salida de resultados inciertos y contradictorios. Renunciar a la política operante, exige imaginar un orden distinto, y por tanto o superar o modificar la democracia que hemos conocido, c) la aspiración por un buen gobierno, exigiría el cese de la política que ha hecho posible un orden sin control comunitario, entregado a la lógica de las fuerzas del mercado, y en consecuencia, la opción de la reconstrucción nacional surge o como imperativo moral o como condición necesaria para el restablecimiento del anhelo se seguir conviviendo en un orden de signo democrático.

Intentar ocultar o encubrir la crisis de un orden político percibido distante, sin conducción y transformado en dispositivo funcional al mecanismo de mercado, puede conllevar a la definitiva constitución de una esfera social autónoma que exija o se autoproclame poder democrático legitimo. Es parte de nuestra historia, es parte del nuevo tiempo.

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