La mayor parte del patrimonio chileno no está restaurado tras el terremoto de 2010.
En febrero de 2010, Chile registró un terremoto de 8,8 grados en la escala de Richter. Pero después de año y medio, poco se habla de la situación actual del país. Según Roxana Seguel, conservadora jefe del Laboratorio de Arqueología del Centro Nacional de Conservación y Restauración de Chile, queda mucho por hacer: se calcula que el 30% del patrimonio del país quedó afectado, teniendo en cuenta que sólo se ha cuantificado el patrimonio protegido, y el proceso de recuperación todavía está en fase de evaluación. La conservadora señala que hasta el 2014 o 2015 no se habrá restaurado una parte importante de lo que fue destruido. Además, todavía no se piensa en restaurar con el fin de atraer al turismo, sino que la prioridad es la vivienda y la salud (muchos hospitales se derrumbaron por completo y aún no se han reconstruido).
Roxana también ha asegurado que muchas iglesias quedaron afectadas tras el terremoto, y la restauración de las mismas es casi una necesidad para sus habitantes, ya que con la destrucción del patrimonio eclesiástico se rompieron las tradiciones que sustentan el día a día de su población: los pueblos indígenas piensan que Pachamama (la Madre Tierra) protege sus cosechas, y por ello realizan distintos ritos.
La conservadora ha participado hoy en las Jornadas de Patrimonio en Riesgo que se están celebrando en Lorca, en la que distintos expertos internacionales están analizando cuáles son las estrategias de actuación en caso de seísmo. Roxana cree que gracias a estas Jornadas se puede mejorar, aprendiendo de cómo se ha actuado en otros terremotos.
Saúl Alcántara, asesor del Director General del Instituto Nacional de Antropología e Historia de México, afirma que es vital para una población restaurar su patrimonio, porque «el patrimonio es una identidad, sin él se está como una persona con alzheimer, no sabes de dónde vienes o dónde vas».
