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Cuando el Carmela (y el País) Se Perdi(ó) (eron)


Son las nueve y media del domingo (puede que el horario de Blogger diga otra cosa, pero créanme a mí). Me levanté antes de las siete a buscar los diarios. No habían llegado. «Un síntoma más de cómo Sebastián nos ha desordenado el país», me dije. Desde que se tomaron los colegios y no pasó nada, se ha instalado la noción de que nadie cumple y ya se nota en todas partes.

Sin diarios, me puse a leer «Qué Pasa» con el desayuno (en mi casa todavía me lo llevan a las siete, pero no sé hasta cuándo). Marcela Escobar, ex alumna del liceo Carmela Carvajal, de Providencia, escribe sobre «El Carmela Transversal». Ella vivía hace veinte años en Maipú, dice, pero viajaba una hora y media al liceo de excelencia, en Providencia (no es verso), donde recibió educación gratis. ¿Las claves del éxito?: «…para nosotras existía la disciplina»… «Lo evidente entonces era eso: el rigor»… «Somos las hijas de esa disciplina».

Hasta ahí íbamos bien, pero al final de su artículo Marcela se nos perdió: «Escucho a Danae Díaz, la presidenta del centro de alumnas que hoy lidera la toma del liceo». ¡Se lo tomaron! Hasta ahí no más llegaron la disciplina y el rigor. Pero Marcela concluye: «El Carmela Carvajal le debe todo a su diversidad. Es su mística. La clave de su éxito».

¡Se nos perdió Marcela… iba tan bien! Pues el Carmela le debe todo ¡a su disciplina… a su rigor! Y ahora, con Danae Díaz a la cabeza, lo está echando todo por la borda. Si Danae se sale con la suya, el Carmela Carvajal se acabó. Será un liceo municipal más, manejado por una «coordinadora» y al nivel de Camila Vallejo y Jaime Gajardo.
El Alcalde Cristián Labbé es una esperanza, porque ha sido la única autoridad, LA UNICA en el país, que ha tratado de mantener la disciplina, el rigor, la legalidad.

Creía yo que con respaldo mayoritario. Pero entonces me llegó un diario, uno solo, después de las ocho, «La Tercera». De «El Mercurio» y «Las Últimas Noticias», que me llegan juntos, no se sabe nada. Por el teléfono contesta una grabación. Entonces leo en «La Tercera» algo todavía mucho peor que lo de Marcela Escobar en «Qué Pasa». El Centro de Encuestas de ese diario ha comprobado que en el país, y todavía peor que peor ¡en Providencia! la actitud del Alcalde sufre un repudio mayoritario: el 69 por ciento rechaza el desalojo de los colegios en toma, contra 29 por ciento que lo apoya; en Providencia las cifras son 69 versus 31 por ciento. El rechazo es casi igual.
La gran mayoría, del país y de esa comuna, está por la ilegalidad, contra el Estado de Derecho.

¿Usted cree que estoy exagerando, que estoy extrapolando los resultados de la encuesta sobre las tomas de establecimientos? ¡No! Porque en la misma encuesta le preguntan a la gente: «Suponiendo que las medidas del Alcalde Labbé cumplen con la legalidad ¿usted estaría de acuerdo o en desacuerdo con ellas?», y un 63 % del país y un 55 % de Providencia contesta ¡estar en desacuerdo con ellas!

Es decir, la mayoría NO QUIERE Estado de Derecho.

Y teniendo un Gobierno que se guía por las encuestas, adivine usted qué posibilidades de prevalecer tiene el Estado de Derecho.

¿Qué pasa entonces?

Bueno, lo de siempre: que cada cuarenta años, y cuando está a punto de dar un salto al desarrollo, Chile se pega un balazo en el pie, como decía Álvaro Bardón.
Y después de eso, bueno, también lo sabemos: vendrá un caos y la mayoría va a terminar clamando por un Labbé. Y entonces… bueno, usted lo sabe mejor que yo.

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