Señor director:
En relación con lo indicado por don Marcos Vergara en su columna denominada “El paciente sangra por arriba” del 27 de octubre pasado, nos parece prudente indicar lo siguiente:
Todos los países miembros de la OECD registran un incremento de costos de salud por sobre el IPC (a lo menos los últimos 9 años informados), a pesar que los sistemas de organización, cotización, cobro, etc. son muy diferentes. El costo de salud también crece en Chile, en los sectores públicos y privados. La medicina progresa y las personas demandan más y mejores servicios, ¿es esto algo reprochable? Se debe aceptar que esto seguirá sucediendo – por ahora no hay evidencia de algún mecanismo que impida esto – y llama la atención proyectar que la existencias de información objetiva – como el IPC de la salud – significará un aumento adicional de los costos de salud. Si esto fuera así ¡El INE ha estado empujando los precios de la mayoría de los bienes y servicios que se ofrecen en Chile los últimos 183 años!
Las Isapres deben sistemáticamente buscar los mejores precios, calidad y condiciones de los prestadores, por razones que no tienen que ver con el IPC de la salud conocido públicamente: la competencia y la existencia de una opción pública de cobertura de salud. En efecto, mayor costo significa mayor precio, mayor precio significa menor demanda (si creemos en lo que dice la economía los últimos 100 años), resultado, menor numero de beneficiarios.
En resumen, de acuerdo con lo indicado por el columnista: se debe tener cuidado con lo que se legisle, hay que promover la información y la competencia. La información permite que la población toda conozca lo que realmente sucede en un sector, información respecto de la variación de precios y costos, sobre calidad de servicio de salud, tal como mortalidad por prestador, días cama, infecciones, días UTI por diagnóstico, para que las persona tomen mejores decisiones. La competencia asegura que se opera eficientemente.
