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Hagámonos cargo, es hora de las propuestas

Estamos frente a un descontento colectivo, que el sistema político ha sido incapaz de procesar. La principal razón de esto es una institucionalidad política que a 21 años de la transición, nos quedó estrecha. Otras razones apuntan a una falta de sensibilidad de nosotros la clase política. Esto último se expresa en que hoy hay más aspirantes a candidatos, que personas dispuestas a trabajar en propuestas y en la generación de confianzas.


En la sociedad chilena, el ciudadano se ha ido imponiendo al consumidor, luego de que este último, se defraudara de las expectativas incumplidas del modelo. Hemos vivido un proceso de maduración, donde los chilenos están conscientes de sus derechos y tienen mayor confianza en sus propias capacidades para generar los cambios que exigen.

Honestamente, estamos frente a un descontento colectivo, que el sistema político ha sido incapaz de procesar. La principal razón de esto es una institucionalidad política que a 21 años de la transición, nos quedó estrecha. Otras razones apuntan a una falta de sensibilidad de nosotros la clase política. Esto último se expresa en que hoy hay más aspirantes a candidatos, que personas dispuestas a trabajar en propuestas programáticas y en la generación de confianzas.

[cita]El sistema político como está hoy, simplemente colapsó. Tenemos una severa crisis de representatividad y aun así, hay conservadores en la derecha y en la Concertación que apuestan a mantener todo igual. Tenemos que cambiar urgentemente el sistema binominal, aprobar cuanto antes la inscripción automática y voto voluntario, primarias obligatorias y vinculantes.[/cita]

Para avanzar en la construcción de un Chile más justo y salir del descontento social, es necesario crear una nueva mayoría ciudadana que incluya a toda la oposición y que se agrupe en torno a tres ejes programáticos: una gran reforma a la política que permita representar todos los colores que conviven en Chile, una reforma tributaria que nos permita tener los recursos para hacer los cambios necesarios y reformas estructurales en educación, para que sea esta el motor de igualdad y el progreso de Chile. Hoy tenemos que hacernos cargo de este descontento. Hay quienes ven en las movilizaciones actuales solo como una ola que se replegará y todo volverá a la “normalidad”, lo que no ven es que al replegarse las olas, el nivel de las aguas queda más alto y que vendrá una nueva ola, coartando la capacidad de la política de llegar a acuerdos. Entre más tiempo pasa, más se tensiona la sociedad chilena.

El sistema político como está hoy, simplemente colapsó. Tenemos una severa crisis de representatividad y aun así, hay conservadores en la derecha y en la Concertación que apuestan a mantener todo igual. Tenemos que cambiar urgentemente el sistema binominal, aprobar cuanto antes la inscripción automática y voto voluntario, primarias obligatorias y vinculantes, y llevar a cabo un real proceso de descentralización donde logremos, entre otros puntos, la elección directa de intendentes y Cores. Todas estas reformas políticas, apuntan a que los políticos entreguemos poder a los ciudadanos. Así lograremos que el sistema político sea representativo, tenga incertidumbre y dinamice los cambios.

Si queremos construir un país que sea para todos los chilenos y que pasemos del descontento hacia una búsqueda de la felicidad, no podemos seguir con los niveles de desigualdad que actualmente existen. Es necesario que los que tienen más recursos, contribuyan con más impuestos, solo así podremos llevar a cabo todas las transformaciones y proyectos que los chilenos hoy están demandando con justo derecho. Si pretendemos ser una país desarrollado tenemos que realizar una reforma tributaria que permita repartir mejor la torta y sobre todo emparejar la cancha.

Con los recursos de una reforma tributaria, podremos hacer cambios estructurales en la educación. Hoy existe un cambio de paradigma y tenemos que hacer de la educación nuestro brazo armado para derrotar la desigualdad y ser el motor del desarrollo social. Es por tanto que, Concertación y oposición debemos adoptar hoy el fin al lucro en educación con fondos públicos como un compromiso de la próxima campaña presidencial y futuro gobierno.

Hoy tenemos que trabajar desde las trincheras, hay que generar una alternativa política para la ciudadanía basada en compromisos programáticos que apunten a cambios estructurales. El resto es secundario y llegado su tiempo, veremos quien es el más indicado para liderar a la oposición en la elección presidencial, aunque intuyo, que muchos sabemos por donde viene la mano.

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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