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Gramsci refreshed

José Grossi
Por : José Grossi DEA Filosofía Nanterre
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Digamos que con ese poder de influencia en personas inteligentes, con formación intelectual, religiosa, de altos funcionarios, de científicos (que siempre he escuchado reclamar su neutralidad política), más bien la respuesta debería ser a considerar un pensamiento de cierto interés analítico y no una intrusión marxista. Además, perdón ¿intrusos dónde, en Chile? Para mí en cambio constituye un aliciente social que hayan más libros.


Me cuento probablemente entre las primeras personas en “bajar” el libro del profesor Leal. Me pareció, de entrada, un hecho interesante la publicación electrónica, la apelación tan clara a su audiencia, los estudiantes y movilizados, y por último consideré un acto estético en nuestro país el puro y simple hecho de referirse a temáticas de naturaleza histórica y conceptual.

Revisé en una ante lectura los nombres de sus capítulos y mirar, dado que conozco la obra de Gramsci, las novedades que pudiera haber respecto de este importantísimo filósofo sardo. Y en este sentido no encontré un escrito cuyo enfoque fuese una reflexión en Gramsci mismo, sino más bien, sobre él: una excelente síntesis de las etapas de su pensamiento, siempre en reexamen e indagación.

Hasta allí todo bien, y por mi parte, mientras los estudiantes lean más, mejor. Comenté esta mirada con un amigo historiador formado en Italia y recaímos en la constante admiración por esa cultura, por la influencia de Gramsci en Luciano Canfora –por ejemplo-, Bobbio, Italo Calvino, o una conversación imposible con Natalia Ginzburg, un posible debate con la postura de Karl Schmitt, etc.

[cita]Digamos que con ese poder de influencia en personas inteligentes, con formación intelectual, religiosa, de altos funcionarios, de científicos (que siempre he escuchado reclamar su neutralidad política), más bien la respuesta debería ser a considerar un pensamiento de cierto interés analítico y no una intrusión marxista. Además, perdón ¿intrusos dónde, en Chile? Para mí en cambio constituye un aliciente social que hayan más libros.[/cita]

El Profesor Cavieres, a quien no conozco personalmente, ha escrito en este medio una columna -Gramsci Reloaded- en la que hace una recapitulación de argumentos traídos de otra época al presente.

1. Argumentos sin adecuado contexto, por ejemplo, unir: caída del muro, fracaso del socialismo, doctrinas marxistas. Personalmente, nunca leí a Gramsci como “doctrina marxista”, asunto que para quien revise un poco la abundante producción filosófica, política, historiográfica se dará cuenta que esa es una visión coyuntural: estilo Guerra Fría, creada por sus críticos, con más o menos fundamento, pienso en Koëstler o Popper. Elude con ello referirse al surgimiento y movilización de una sociedad frente a un régimen de carácter dictatorial —Caída del muro— y que entre algunos de sus dirigentes encontraron liderazgo para un camino de resolución pacífica. Ahí está Alemania reunida, con memoria, con pasado, con futuro y también con Euro, con productividad y eficiencia, desarrollo humano, reflexionando en sociedad, eso sí que es bien gramsciano. El equivalente, en contraste, sería descalificar a la Iglesia por el proceso contra Galileo.

2. Infantilizar a los ciudadanos: la visión de que las personas piensan distinto, se encuentran formando parte o siendo víctimas de una sorda conspiración de alcance profundo sutil y universal para captar conciencias y con ello el Poder. El pensamiento mismo de Gramsci se sale de las “doctrinas”, por cuanto elude todo determinismo histórico, tan frecuente en las corrientes leninistas, stalinistas, maoístas, es decir en las expresiones políticas partidarias (de partido único) del pensamiento de Marx.

Gramsci -es probable- se puede contar entre los primeros cientistas sociales fenomenólogos, lo que lo pone en un lugar de interés intelectual tan evidente y como contemporáneo, dejando un momento fuera los movimientos sociales y los estudiantes. El pensamiento de Gramsci en este sentido va en la dirección opuesta, la de afirmar su construcción conceptual –bien tratada a mi juicio por Leal- en la libertad y la no linealidad de los procesos sociales e históricos en línea con Maquiavelo y el pensamiento humanista italiano.

3. Situar al otro en una posición de un poderío colosal. Cito al Profesor Cavieres:
“Gramsci, ha inspirado a la nueva izquierda para que esté presente en la literatura, en la prensa, en la iglesia, en los organismos internacionales, en los sindicatos y minorías, en la ecología, en la televisión, en la universidad, en la ciencia,  en la cultura y hasta en la música popular. Basta pasearse por una librería, repasar los títulos y sus autores, para darse cuenta de la enorme intrusión intelectual marxista existente”.

Digamos que con ese poder de influencia en personas inteligentes, con formación intelectual, religiosa, de altos funcionarios, de científicos (que siempre he escuchado reclamar su neutralidad política), más bien la respuesta debería ser a considerar un pensamiento de cierto interés analítico y no una intrusión marxista. Además, perdón ¿intrusos dónde, en Chile? Para mí en cambio constituye un aliciente social que hayan más libros. Ser intrusos implica que no hay lugar para algunos. ¿Por qué razón? Creo que un profesor universitario debe hacerse cargo de argumentar ésto de frente al público.

El fracaso del socialismo trajo consigo en el plano cultural lo que se ha llamado el Fin de las Ideologías o los Grandes Relatos, que han permitido tener una visión más informada,—más compleja en sus conclusiones—, como por supuesto, un poco de escepticismo a veces. Pero ya no se piensa en términos de una conexión directa y conspirativa entre un libro y un movimiento social. Eso ha acarreado un poco más de tolerancia de libre circulación de ideas, los nuevos medios además, para los que tienen acceso, ha permitido una ventana a horizontes culturales y referencias en constante renovación y ampliación. Eso es bueno. No soluciona por sí mismo nada, ningún problema social o educativo o los debates en la sociedad, pero ayuda una gotita. Releer a Rousseau, Montesquieu, Locke también es bueno. Todos ellos influyeron en la fundación del Estado Moderno en sus diversas ediciones y versiones que seguiremos, espero, buscando para conseguir una convivencia de mejor calidad.

Digamos por último, que la crítica al capitalismo y algunas de sus expresiones neo liberales más extremas es pan de cada día en Foros como Davos, en el pensamiento conservador americano, Fukuyama, que llegan tarde a las mucho más profundas realizadas por la Iglesia Católica desde Juan XXII hasta Benedicto XVI. La enorme crisis financiera de la zona Euro de la economía de Estados Unidos acaso debería dar pie a considerar que con ello caen sus fundamentos culturales. O bien, por el contrario, que puesto que cae su sistema económico financiero, sus fundamentos culturales deberían ser puestos en cuestión.

Me extraña que argumentos así se repitan y nadie levante la mano para preguntar: ¿por qué, de dónde, con qué evidencia?

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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