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Qué es ser de derecha en Chile

Después de estos cuatro años, va a cambiar profundamente la forma de entender qué es ser de derecha en Chile. Si no que lo digan los ministros y subsecretarios que pasaron de centros de estudios a La Moneda sin escalas.


En el segundo aniversario del primer gobierno de la Alianza por Chile, se ha puesto en discusión si este gobierno sería o no de derecha y, en términos más amplios, qué es ser de derecha hoy día en nuestro país.

Así fue como un importante medio nacional hizo esta pregunta a importantes figuras del sector, ante las recurrentes críticas de que el actual gobierno no estaría reflejando los principios e ideas de la derecha chilena.

De las respuestas entregadas, podríamos clasificar las distintas “tendencias” que se manifiestan actualmente en la derecha chilena en:

1)    La derecha Popular

2)    La derecha Conservadora

3)    La derecha Liberal

4)    La derecha Económica

5)    La “Nueva” derecha

A pesar de las diferencias que se pueden apreciar en las respuestas de los entrevistados, debemos decir que al menos tienen un núcleo compartido en torno a creer y confiar en las personas y en la libertad individual por sobre el Estado, promoviendo la responsabilidad y la iniciativa personal, por sobre políticas constructivistas que buscan “modelar” los comportamientos de las personas.

[cita]Personalmente, espero que se configure una derecha que tenga una respuesta contundente y convincente a lo que Octavio Paz denunciara una vez: “La derecha no tiene ideas, sino sólo intereses”.[/cita]

Otro punto en el que coinciden los entrevistados es en la mantención del orden público y de la institucionalidad como valor fundamental.

Hasta aquí llegaba el consenso. Después vienen los matices.

Una derecha Popular, con compromiso social como primera prioridad; una derecha Conservadora, nostálgica del Partido Nacional; una derecha Liberal, preocupada principalmente del tema valórico, sustituyendo todo el entramado moral por un respeto total a la libertad como único fin y meta de toda política pública; una derecha Económica, en donde la defensa y promoción de la propiedad privada es la cúspide y fin de toda acción del Estado, y una “Nueva” derecha, surgida como reacción a los complejos imaginarios y reales del pasado autoritario, moralista y socialmente excluyente de la derecha histórica.

Por lo tanto, ante la pregunta inicial, “¿Qué es ser de derecha hoy día en Chile?”, deberíamos contestar que, por el momento, es sólo participar con entusiasmo en el debate que se ha realizado —desde que asumió el actual gobierno— por configurar a este sector.

Lo anterior, no surge producto de un grupo de reformistas o de una intencionalidad política oculta de algunos dirigentes, sino que se debe a la experiencia propia de ser gobierno en democracia. Esto es, las ideas, visiones, planteamientos y aspiraciones puestas frente a la realidad de demandas sociales constantes y de la experiencia de gobernar.

En este sentido, después de estos cuatro años, va a cambiar profundamente la forma de entender qué es ser de derecha en Chile. Si no que lo digan los ministros y subsecretarios que pasaron de centros de estudios a La Moneda sin escalas.

En otras palabras, la pregunta no es si este gobierno es o no de derecha, o qué es ser de derecha hoy día; la pregunta correcta es ¿Qué derecha va a surgir después de este gobierno? ¿Qué criatura saldrá de este nuevo parto?

El último parto conocido en la forma de entender qué es ser de derecha fue el gobierno o dictadura militar (para no herir sensibilidades de ningún tipo).

Hoy día estamos ante un segundo parto, pues la experiencia de gobernar en democracia abre espacios a nuevos liderazgos, oportunidades y desafíos para la derecha chilena.

Personalmente, espero que se configure una derecha que tenga una respuesta contundente y convincente a lo que Octavio Paz denunciara una vez: “La derecha no tiene ideas, sino sólo intereses”.

Si la criatura que salga de este nuevo parto logra romper ese muro, soy más bien optimista de que más que una derecha acomplejada o en crisis, tendremos un sector político sólido y exitoso por mucho tiempo en nuestro país.

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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