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Mejorar en las Encuestas y que Pague Moya


He oído en la radio a un gran empresario apoyando el aumento del impuesto a la renta de las grandes empresas. ¿Cómo se explica eso? Muy fácil: porque el aumento no lo van a pagar ellas. Las PYMES, desde luego, no pagan impuesto a la renta, si cumplen algunos requisitos muy básicos. Pero tampoco las empresas grandes pagarán el aumento, como ha explicado el profesor Rolf Lüders en «La Tercera» del viernes 16 de marzo:

«Porque bajará la rentabilidad neta esperada de las inversiones en el país y los empresarios tenderán, en el margen, a disminuir las inversiones acá y aumentar aquellas en el extranjero. Con ello se tenderá a producir desempleo y bajarán los salarios. El equilibrio se restablecerá, por supuesto, con una rentabilidad sobre el capital neta de impuesto idéntica a aquella que existía antes del aumento del tributo, pero con una pérdida del valor de los salarios que permita lo anterior. Es decir, producido el ajuste, los ingresos de los empresarios no cambiarán en absoluto con el impuesto, pero las remuneraciones de los asalariados caerán significativamente».

Por esa razón Hernán Büchi sostiene que el aumento gravará a las personas y no a las empresas.

Entonces ¿por qué Sebastián Piñera, que es economista y debería saber sobradamente lo anterior, insiste en aumentar el impuesto a dichas empresas grandes? Porque lo que más le importa es su popularidad, y ése es el tema. Como él mismo lo dijo en el discurso en que anunció el aumento, «es lo que quiere la mayoría». Así espera mejorar en las encuestas.

Pero un especialista en encuestas, Roberto Méndez, no está de acuerdo. Al contrario, dice («La Tercera», sábado 17 de marzo): «El aumento de los impuestos es un tema peligroso y complicado para el gobierno, ya que enfrentará las críticas por ambos lados: los que la van a considerar insuficiente y criticarán al gobierno por ‘mezquino’, y los que lo acusarán de perjudicar la competitividad de las empresas … Esto le significa puro costo al gobierno».

Peor todavía, ese aumento ni siquiera es necesario, como lo acredita en «El Mercurio» de hoy (p. B 10) el ex ministro de Economía, Juan Andrés Fontaine. Pues entre 2008 y 2010 el gasto público aumentó en nueve mil millones de dólares por sobre lo que era antes de la crisis, y «había una percepción en el equipo que entró al ministerio de Hacienda que existía paño que cortar en materia de gasto público». Además, la Dirección de Presupuestos calculó en mil 600 millones de dólares el aumento de recursos adicionales en los próximos cuatro años. Y, por último, los ingresos tributarios han crecido más fuerte de lo esperado y el sólo hecho de aumentarse de 2 a 3 dólares por libra de cobre el precio esperado de largo plazo añade otros cinco mil millones de dólares a los ingresos fiscales.

Entonces ¿por qué aumentar el impuesto a las empresas? La única razón es la que siempre ha sido la más importante para una sola persona en el país: para mejorar la situación en las encuestas del presidente Sebastián Piñera.

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