Señor Director:
Hace unos días el ministro Lavín planteaba que a través del catastro de personas en situación de calle habían constatado que el 77% de las personas en esta condición poseen algún tipo de ocupación. Agregaba que un importante número de ellas tienen trabajos formales. Concluía que por tanto, son más fáciles de ser sacadas de la calle.
A través del trabajo diario que realiza la Fundación Trabajo para un Hermano somos testigos de que los pobres trabajan. Sin embargo, la retribución que reciben no les permite salir de su condición de pobreza. Esta situación contradice el derecho humano básico que señala que toda persona tiene derecho a un sueldo justo por su esfuerzo laboral.
Yo no creo en un país que crece, pero lo hace a costa de los más pobres. Esta situación atropella la dignidad de las personas porque las hace dependientes de subsidios estatales o de la caridad de las personas. Si esforzarse para vivir dignamente con la familia a través del propio trabajo es inútil, nuestro país no superará la pobreza. Y lo que es peor, generaremos prácticas sociales de sobrevivencia perversas, de las que la responsabilidad será este modo de organizar y mal retribuir el trabajo.
Esta injusta situación es la que queremos romper al sumarnos a la campaña “Tu Trabajo Vale”, que busca que el salario mínimo aumente a valores que permitan satisfacer las necesidades básicas de los trabajadores y sus familias y así construir una sociedad con Buen Trabajo para todos.
Isabel del Campo Mullins
Gerente Trabajo para un Hermano
