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Por qué los jóvenes no «pescan» la política

Angello Giorgio
Por : Angello Giorgio Presidente de la Federación de Estudiantes de la UAI Santiago
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Estos últimos meses intencionalmente nos hemos puesto las pilas (los estudiantes) para presionar a los parlamentarios a legislar a favor de cambios reales en la educación, (apuntando a la institucionalidad, dejando esos actos “violentos” de lado, confiando en estos “políticos” y sus vías), ¿y qué sucede?, nos dan la espalda. Ahí estábamos, creyendo en las instituciones, creyendo en lo que ellos llaman las vías correctas, ¡los caminos a seguir!, pero claro… ¿qué ilusos somos no?


Pues sin tocar el binominal; sin siquiera rozar verdaderas reformas a la educación; sin meterse en la fiscalización de las universidades; sin darle importancia a las leyes que tomen en cuenta la diversidad sexual; sin proponer nuevas caras en la política, sin, sin, sin… Créanme que los jóvenes chilenos tenemos suficientes razones para seguir repudiando a la “clase” política del Chile 2012.

Mientras hoy los noticiarios anuncian que sube el pan y que mañana estará más caro el Transantiago, hay un grupo de políticos/empresarios que se dan espaldarazos en alguna morada del sector oriente,  pues sus negocios (en la mitad de los casos), o los negocios de sus familiares (en el resto de los casos), firmaron un año más de vida.

Ganaron. Sí, ganaron. Pero no ganaron quienes ellos representan: ganaron ellos.

La Cámara de Diputados protagonizó una votación rodeada de un ambiente tenso y no menos ácido. Se debía decidir la aprobación o rechazo al famoso documento de la comisión investigadora destinada a analizar el funcionamiento de la Educación Superior. 46 votos aprobaron, 45 votos rechazaron, y 1 voto se abstuvo. RN y la UDI completaron los votos por el No, mientras la Concertación y amigos votaron por la opción Sí. Quien se abstuvo fue el diputado Gaspar Rivas (RN), quien anteriormente había dicho a través de su twitter que estaba a favor de los estudiantes y votaría un Sí rotundo y enérgico. Después renunció a su militancia.

[cita]Estos últimos meses intencionalmente nos hemos puesto las pilas (los estudiantes) para presionar a los parlamentarios a legislar a favor de cambios reales en la educación, (apuntando a la institucionalidad, dejando esos actos “violentos” de lado, confiando en estos “políticos” y sus vías), ¿y qué sucede?, nos dan la espalda. Ahí estábamos, creyendo en las instituciones, creyendo en lo que ellos llaman las vías correctas, ¡los caminos a seguir!, pero claro… ¿qué ilusos somos no?[/cita]

En las tribunas figurábamos nosotros, estudiantes de las más diversas universidades de este país, pidiendo con todas las fuerzas aprobar el documento y dar un paso más para terminar con los temas bajo la mesa, confiando en que ese día podía ser decidor en el rumbo de la educación superior chilena: pero no fue así. Aunque la mayoría votó Sí, la abstención se sumó al No, y el empate rechazó el documento.

Cuando he tenido la oportunidad de conversar con políticos conservadores, siempre me mencionan su descontento para con las marchas, acusándolas de “violentas”, y “que atentan contra la “seguridad y libertad”.

Estos últimos meses intencionalmente nos hemos puesto las pilas (los estudiantes) para presionar a los parlamentarios a legislar a favor de cambios reales en la educación, (apuntando a la institucionalidad, dejando esos actos “violentos” de lado, confiando en estos “políticos” y sus vías), ¿y qué sucede?, nos dan la espalda.

Ahí estábamos, creyendo en las instituciones, creyendo en lo que ellos llaman las vías correctas, ¡los caminos a seguir!, pero claro… ¿qué ilusos somos no?

Cardemil, Moreira, y otros fieles representantes del pueblo chileno,  dieron como razón del “No” que el documento sólo integraba a algunas universidades y no a todas.

Alejandra Sepúlveda (PRI), quien presentase el documento al principio de la sesión, dijo (anteponiéndose a la crítica de Moreira) en pocas palabras: «Estamos absolutamente conscientes de que este documento no integra a todas las universidades involucradas en estas ilegalidades, y tenemos la obligación de seguir investigando este tipo de casos. Pero los datos que se manejan en este documento son los únicos que pudimos recabar con toda certeza y responsabilidad para poder ser presentados».

Aún así, los diputados del No seguían insistiendo en que el documento no mostraba toda la verdad, y que éste buscaba perjudicar sólo a un sector político/empresarial y no a todos.

Quedé pálido cuando aterricé esas palabras. Es el simple juego del “o caemos todos, o no cae ninguno”.

Yo les hago la pregunta señores diputados del No: aún cuando este documento no presenta a todas las instituciones de la educación superior privada ¿Por qué negarla? ¿Por qué no aprobarla e iniciar investigaciones profundas para sancionar/cerrar instituciones si es necesario?

Que la Cámara aprobara el documento simplemente sería dar un paso más en esta búsqueda de transparentar los ilícitos. En ningún caso significaba retroceder.

Si es que existen más universidades que lucran ¡Vamos!¡Sigamos con el trabajo investigativo!, pero no detengamos lo que se ha hecho, que bastante nos ha costado poner sobre la mesa. ¿Será que hay algo más que no han dicho?

¿Será que esto dejó de ser una pelea por aclarar irregularidades, y pasó a ser una pelea por defender patrimonios de coaliciones?

No me queda otra opción que pensar que aquí hay intereses, grandes intereses en el sistema de educación. La transparencia y cumplimiento de la ley parece no ser objetivo para todos los actores involucrados.
Fortuitamente hoy acuso a la Alianza, pues fui testigo omnipresente de cómo le ha dado completa espalda al movimiento estudiantil, a las demandas ciudadanas, y a las necesidades más imperantes de los sectores que dicen representar. Pero ojo, mañana puede ser la Concertación: los empresarios/políticos de la educación pueden aparecer bajo cualquier piedra sin importar el color.

Aclaro que jamás me opondré al emprendimiento empresarial, pues creo que las libertades del mercado chileno nos han propiciado, y nos proporcionarán, desarrollo, estabilidad económica, y otros etcéteras positivos que sustentan hoy al Chile del futuro.

Pero les recuerdo camaradas que el lucro en la educación es ilegal. La discusión del lucro no es tema. Si a Ud le gusta, o no le gusta, la verdad es que poco importa, nosotros estamos aquí para hacer cumplir la ley, para transparentar a quienes soslayan las normas.

No sé cómo le explicaré a mis niños que sí es posible hacer dinero en instituciones “sin fines de lucro”: Ardua tarea contra la lógica clásica.

Únicamente, y luego de que en el caso hipotético logremos de que en Chile se cumpla la ley sin resistencias, entonces recién ahí podremos pensar en poner nuestras ideas sobre el lucro a combatir en el mapa de la educación de nuestros niños.

Me parece que “The Chilean Way” no convence a la juventud ¿o es muy tonto lo que estoy diciendo?

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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