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Territorios, algo más que vacaciones

Danae Mlynarz
Por : Danae Mlynarz Cientista Política y Trabajadora Social. Directora Rimisp – Centro Latinoamericano para el Desarrollo Rural Miembro de la Red por la Participación
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Y llegó febrero, mes en que casi todos y todas pensamos en vacaciones y nos desplazamos. Para la mayoría de los chilenos es la única vez en el año que se trasladan a un espacio distinto del que habitan. Es una oportunidad para descansar, estar con la familia, mantener contacto con la naturaleza, divertirse, hacer cosas distintas y conocer nuevos territorios.

Quiero hacerles una invitación, que aprovechemos ese desplazamiento, ese conocimiento de otros espacios de nuestro país, para mirarlos. Para ver quienes viven ahí, cómo viven, de qué viven, cómo son sus trabajos, sus condiciones laborales, con qué servicios cuentan, si tienen acceso a educación, a qué tipo de educación, a salud, qué cosas creemos que les faltan, qué cosas o servicios creemos que sería necesario que existieran para que nosotros podamos vivir en ese lugar que elegimos solamente para ir de vacaciones.

Más allá de esos hermosos parajes, aprovechemos la oportunidad de ver y conocer a aquellos desconocidos e invisibles compatriotas que viven a lo largo y ancho de nuestro territorio. Observemos cómo se vive la desigualdad territorial en nuestro país y pensemos en cómo avanzar en cohesión territorial para generar desarrollo en Chile entero.

Desde RIMISP —Centro Latinoamericano para el Desarrollo Rural— en el año 2003 definieron los territorios como espacios con identidad socialmente construida. Esta definición pone el acento en los aspectos sociales, culturales, económicos e históricos que dan forma y sentido al territorio, pero, al mismo tiempo, es cooperativa. Un estudio posterior avanza en el tema —Territorios Funcionales en Chile— entendidos como aquellos espacios en que existe una alta frecuencia de interacciones económicas y sociales entre sus habitantes, sus organizaciones y sus empresas. Este concepto es similar al de regiones funcionales que se emplea en los países de la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económicos (OCDE).

La funcionalidad del territorio se puede construir a través de diversos factores, como, por ejemplo, los mercados laborales, mercados de bienes o servicios, redes sociales, identidad étnica o cultural, servicios ambientales y, también, organización político-administrativa del Estado que habilita espacios de servicios públicos. De este modo, varias localidades pueden ser parte de un mismo territorio funcional si las personas viven ahí y se desplazan principalmente entre ellas para trabajar, acceder a servicios públicos y privados, comprar y vender, o para interactuar con quienes hacen parte de su red social.

De acuerdo a lo anterior, el estudio identificó 103 territorios y regiones funcionales en Chile y los clasificó en tres tipos y varios subtipos:

– 6 regiones urbanas: Gran Santiago, Gran Concepción, Gran Valparaíso, Antofagasta, La Serena-Coquimbo y Temuco, las que suman 78 municipios que albergan casi al 56 % de la población del país.

– 43 territorios funcionales urbano-rurales, cada uno de los cuales incluye una ciudad principal en torno a la cual se articulan dos o más comunas rurales. Estos territorios involucran a 183 comunas y tienen el 38 % de la población.

– 54 territorios rurales, en general unicomunales. Se ubican en esta categoría 59 comunas donde vive el 6 % de la población. Carecen de una ciudad y en el 75 % de los casos la localidad más grande no llega a los 10 mil habitantes.

Que estas vacaciones que iniciamos permitan ver los territorios de una manera distinta y también que podamos generar ideas en forma participativa para que Chile con su diversidad pueda lograr mejores niveles de calidad de vida, mayor participación en la toma de decisiones y que no veamos estos territorios sólo cuando vamos de vacaciones o estallan conflictos sociales.

(*) Texto publicado en El Quinto Poder.cl

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