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Allamand: Jalisco nunca pierde

Teresa Marinovic
Por : Teresa Marinovic Licenciada en Filosofía.
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Las emociones de la derrota no justifican por eso la actitud que el abanderado de RN tuvo el día en que Longueira ganó la elección. La vida es lucha y el guerrero genuino sabe capitalizar la derrota. En vez de eso, Allamand demostró con una pataleta que fue pública, su incapacidad para actuar de acuerdo a una estrategia de sobrevivencia mínimamente viable.


La vida es lucha. Lo dijo San Pablo y Marx estuvo de acuerdo, aunque haya modificado un poco el sentido de la afirmación apostólica. Eso significa que luchar no sólo es algo que los hombres ‘hagan’, sino algo que los ‘constituye’.

La contienda política ofrece, por eso mismo, un espectáculo simbólico en el que todos los tipos humanos quedan representados. Porque la diferencia entre un hombre y otro no está en el hecho mismo de luchar, sino en las causas y las armas que elige para hacerlo; y particularmente, en la forma en que enfrenta la derrota.

La vida es lucha y Allamand comenzó hace años ya a dar señales de un estilo bélico que en las últimas elecciones demostró vigente pero ineficaz. Lo dejó en evidencia por la forma en que enfrentó a Golborne cuando éste era su contrincante del momento. Podía, como es obvio, destacar su propia trayectoria política en desmedro de quien competía con él. Pero no podía (y lo hizo) sumarse a una campaña en la que se culpaba a su adversario por prácticas que en su momento eran legales y que tenían más justificación de las que la opinión pública es capaz de comprender. Mucho menos podía dar a conocer esa información, si es que el rumor de que ella tuvo origen en su comando es real.

[cita]Las emociones de la derrota no justifican, por eso, la actitud que el abanderado de RN tuvo el día en que Longueira ganó la elección. La vida es lucha y el guerrero genuino sabe capitalizar la derrota. En vez de eso, Allamand demostró con una pataleta, que fue pública, su incapacidad para actuar de acuerdo a una estrategia de sobrevivencia mínimamente viable.[/cita]

La vida es lucha, lucha por la sobrevivencia; pero quien destina todas sus fuerzas a anular a sus enemigos, no tiene expectativas de vida. El veneno del escorpión es mortal, pero hunde al animal junto con su presa. La lucha inspirada en el resentimiento es siempre así: una lucha suicida que paga la muerte del adversario con la propia vida.

Las emociones de la derrota no justifican, por eso, la actitud que el abanderado de RN tuvo el día en que Longueira ganó la elección. La vida es lucha y el guerrero genuino sabe capitalizar la derrota. En vez de eso, Allamand demostró con una pataleta, que fue pública, su incapacidad para actuar de acuerdo a una estrategia de sobrevivencia mínimamente viable. Lavín (que sabe de esto) no tuvo empacho en pedirle disculpas públicas por una culpa que nunca tuvo.

Para qué decir la decisión express de Allamand de asumir una candidatura a costa de quien fuera una leal colaboradora suya, y en un distrito donde se pone a prueba cualquier cosa menos su disposición a servir. Donde pierde de antemano, entre otras cosas, la oportunidad de probar la tesis de que ganó en el mundo popular y en regiones.

La vida es lucha; la lucha, inevitable; la victoria, de los fuertes…

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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