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Una Confech para Michelle Opinión

Una Confech para Michelle

Jaime Retamal
Por : Jaime Retamal Facultad de Humanidades de la Usach
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Seguramente preocupa en el Barrio Italia qué Confech se viene para Michelle. Ya deben estar pensando en las campañas que tendrán que hacer al interior de las Universidades. Les conviene la desmovilización. Les conviene que los proyectos de la verdadera izquierda universitaria se trencen en sus clásicas reyertas. Les conviene estigmatizar a todo lo que se mueva de “ultra”, “encapuchado” o de “infantilismo revolucionario de iluminados”.


A esta altura del partido, la Nueva Mayoría se cree gobernando este país y desde esa realidad ya casi presente están en el ‘tuya mía para ti para mí’, trenzados en un ballet de acuerdos, transacas y nuevos “regímenes de lo público”, como le llaman los analistas de moda (Joignant y Cía. S.A) con los eufemismos también de moda. Están ahí, sentados en la mesa del póker cada uno con lentes oscuros barajando los nuevos “límites de lo posible”: el que aguanta el lobby, más todas las industrias y negociados —¡bah!— quise decir negocios de este país. Es que así es la política, el que financia las campañas es el que tiene más derecho que los otros a trazar esos límites. Y por ambos lados por cierto, si el lobby y el financiamiento de campañas no tiene sentimientos, sino pregúntenle a Golborne, que solo el gran ‘Cote Ossandón’ echó al agua a sus financistas de universidades privadas… las que lucran. El punto es que nadie sensato apuesta por Matthei pues todos ellos saben que la pelota está en el área chica de la derecha y Michelle con la Nueva Mayoría no tienen más que meterla adentro y ahí está!, ahí está!, ahí está!

No nos engañemos, así están las cosas en los rostros sonrientes de la Nueva Mayoría. El pequeño detalle es que no se dan cuenta que siguen al otro lado del espejo de Alicia en el país de las maravillas: creen que Michelle y la Nueva Mayoría lo que necesitan fundamentalmente es un “Parlamento para hacer las transformaciones que este país necesita”, pronúnciese esto con una papa caliente en la boca de príncipe o con la ‘sh’ de Andrade, da lo mismo.

Siguen creyendo que lo importante hoy es un “Parlamento para Bachelet”, como esos creyentes de los que hablaba Carlos Peña en su columna del fin de semana, casi ciegos, casi fanáticos, casi ilusos. No es ironía, pero también los financistas de campaña lo piensan. A todos ellos en verdad les conviene pensarlo, es su país de las maravillas en el que todo puede tener sentido. Todo.

[cita]Acá en el mundo real, en la calle, las cosas se ven de otra manera. Sin duda, una disputa más verdadera que el mentado “Parlamento para Bachelet” se dará en el seno de las Universidades y en cómo se configuran sus Federaciones de Estudiantes Universitarios. Es evidente. Es mucho más importante para la agenda pública y de gobierno de esta Nueva Mayoría, en el próximo 2014, lo que pueda suceder o no en la calle, que lo que pueda ocurrir en los clásicos pasillos del Congreso en Valparaíso o en las oficinas de La Moneda. [/cita]

Acá en el mundo real, en la calle, las cosas se ven de otra manera. Sin duda, una disputa más verdadera que el mentado “Parlamento para Bachelet” se dará en el seno de las Universidades y en cómo se configuran sus Federaciones de Estudiantes Universitarios. Es evidente. Es mucho más importante para la agenda pública y de gobierno de esta Nueva Mayoría, en el próximo 2014, lo que pueda suceder o no en la calle, que lo que pueda ocurrir en los clásicos pasillos del Congreso en Valparaíso o en las oficinas de La Moneda.

Por eso no caben dos lecturas: mucho más importante y crucial que un “Parlamento para Bachelet” es una “Confech para Michelle”.

¿Cuál Confech para Michelle en el 2014? ¿Una Confech dominada por el Partido Comunista y la Concertación (una Confech oficialista) o una Confech ligada a toda esta nueva izquierda que está emergiendo en las Universidades y que ya no da vuelta atrás en su camino propio (una Confech opositora)?

A estos últimos les llaman “ultras”. Gustan de infantilizarlos asociándolos a revoluciones delirantes, los identifican interesadamente con el fenómeno de los “encapuchados”, pero en verdad todos saben que no es eso, que se trata de otro fenómeno socio-juvenil más complejo y asociado con mayor autenticidad al malestar por el Modelo, o con mayor intensidad a un malestar profundo por el comportamiento de la Concertación y hoy por hoy también con el actuar errático de la Nueva Mayoría.

¿Qué pasaría si gana nuevamente el NAU en la PUC con la conciencia de que Giorgio Jackson sufrió la peor de las traiciones de esos que se decían ser sus amigos “de la misma vereda”; ¿qué pasaría si ganan nuevamente los Autónomos en la Universidad de Chile que representan claramente el proyecto mejor organizado y más auténticamente de izquierda antineoliberal-Concertación que encontramos hoy en las Universidades?; ¿Qué pasaría si en la Usach —así como se ven las cosas— pierde el pacto Concertación-JJCC? ¿Y qué pasaría si además en el resto de las Universidades del país, en Concepción, Valparaíso o La Serena ganan los proyectos extra Concertación y extra Comunistas más auténticamente de izquierda? Nadie puede esperar que de ahí surja una “Confech para Michelle”, nadie sensato puede siquiera creerlo. Perdonen la brutalidad, pero lo que realmente va a surgir de ahí es un ministro del Interior mucho más “intenso” (permítanme la palabra) que Pancho Vidal para el 2014.

Seguramente preocupa en el Barrio Italia qué Confech se viene para Michelle. Ya deben estar pensando en las campañas que tendrán que hacer al interior de las Universidades. Les conviene la desmovilización. Les conviene que los proyectos de la verdadera izquierda universitaria se trencen en sus clásicas reyertas. Les conviene estigmatizar a todo lo que se mueva de “ultra”, “encapuchado” o de “infantilismo revolucionario de iluminados”. Y obvio, también les conviene por cierto que todos creamos que la verdadera discusión está en conseguir un “Parlamento para Bachelet”, pues sólo así se conseguirá mover la línea de lo posible en la Constitución, en el Modelo Económico neoliberalizante y en cuanta cantinela o vaina hemos escuchado hace ya algún tiempo de la misma boca de los mismos políticos que sin arrugarse, como dice Charly, “nos siguen pegando abajo”. Ya son 40 años ininterrumpidos.

¿Creerán los jóvenes universitarios en la Concertación y en la Nueva Mayoría después de todo? ¿Creerán en Michelle Bachelet?

Independiente del discurso políticamente correcto de la Nueva Mayoría, una de las cuestiones que realmente importan y hace rato, es la calle, lo que dice la calle, y por esa razón, si hay algo relevante hoy en día es cómo se configura la Confech de aquí al 2014, pues son ellos, los estudiantes, los que mejor convocan la adhesión de la calle.

El resto, lo que no es calle, es muy probable que sea más de lo mismo y si no me cree, mire en lo que está Escalona hoy… el Gute… Teillier, el pobre Teillier… No me quiero jactar de Pirzio-Biroli, pero la Nueva Mayoría es muy probable que no vuelva sino hasta bien entrado el 2014 de su loco viaje al otro lado del espejo.

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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