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Chile y su Educación

Francisco Guajardo Medina
Por : Francisco Guajardo Medina Profesor de Educación General Básica
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La oruga es a una Reforma Educativa, lo que la mariposa es a una Transformación Educativa. Y en el actual estado de capullo que estamos, cualquier error sea de imprudencia política, económico y pedagógica, o acto de soberbia mesiánica, nos dejará orugas condenadas a muerte o mariposas desplegadas en un ecosistema donde todos somos Estado.


La población, la villa , o como quieran llamarla, es el lugar en que por esencia se vive lo macabro de las decisiones políticas, económicas y educativas.

En la población no se pierden acciones en la bolsa, se pierde con qué llenarla; en la población no se devalúa el valor del pan, éste si está caro se aprovecha y se usa incluso el pan duro en sopa o colegial, y cuando ya no se puede comer se le da un beso para botarlo a la basura. En la población se curte el espíritu o se sucumbe, pero aún vencido no se está solo.

Recuerdo así cuando vivía en la población San Gregorio, en la Granja y mis viajes al Mercado de Serena con Av. San Gregorio eran siempre en un paisaje de patria o muerte,  donde caudillos populares de las iglesias, los clubes de fútbol o las juntas vecinales buscaban dar dignidad a nuestros alrededores donde los volados por neoprén o diluyente que formaban parte de la vida de todos en el cotidiano ir a la escuela o el ir a comprar con un peso 10 galletones de chocolate. Y que, aun cuando los militares se tomaban Av. Serena amedrentando adultos y a quienes éramos niños, nuestros volados y caídos al frasco por una cañita seguían inamovibles de sus religiosos lugares, combatiendo desde su permanecer, de manera consciente o inconsciente el poder brutal y salvaguardando aquella cotidianeidad.

Luego, una vez idos, permanecía el sinsentido colectivo de vivir en un círculo de pobreza donde el cuarto medio era la máxima juvenil. Sin importar si la educación recibida habría de tener asidero para toda la vida del formado.

Ahora, siendo profesor, sigue rondándome la pregunta sobre si el cuarto medio es suficiente en un ¿para qué?

Ante esto, el beneficio de la duda a la respuesta, desde la actualidad, la ocupo una y mil veces, basándome en el currículo del historial de reformas en Chile. Donde ni el volado del mercado de San Gregorio ni cualquier joven esforzado tuvieron o tendrán la posibilidad de elegir realmente quiénes son y quieren ser. Porque la preocupación del sistema educativo nacional no está en formar para decidir y construir su carácter con otros.

[cita]La oruga es a una Reforma Educativa, lo que la mariposa es a una Transformación Educativa.  Y en el actual estado de capullo  que estamos, cualquier error sea de imprudencia política, económico y pedagógica, o acto de soberbia mesiánica, nos dejará orugas condenadas a muerte o mariposas desplegadas en un ecosistema donde todos somos Estado.[/cita]

Ahora si pudiera elegir nuevamente en este marco de pasado y actualidad, elegiría ser el volado en neopren, ya que mientras la escuela, el cuarto medio y las seudouniversidades sigan siendo una ilusión, transformándose en alucinógenos llenos de miseria efectiva, un éxtasis de supuestos logros para luego trabajar, ¿dónde?: en la evolución de las pulperías del salitre. Creyéndonos educados, cuando en verdad nos han domesticado, haciéndonos funcionales.

Prefiero ser el volado en neopren, que decidió ser volado para vivir en un estado paralelo que si bien resta poco a poco dignidad, en la dura verdad solo tomó el camino más corto. Esto porque la droga de un bien formado, hace algo similar convirtiéndolo en zoombie que viaja con otros zoombies amargos en metro y micro, con rostros duros y sin emocionalidad más que amargura, matando sin percibir que es succionado desde su vitalidad a la dignidad, que ahora más bien parece una caricatura de noticiero televisivo.

Pero me niego, junto con otros, a que modelos de este tipo se sigan fomentando y propalando por Chile y América Latina. Protesto al pito fumado en el colegio, o el jale de coca o el pipazo de pasta base de estudiantes de colegios, liceos técnicos profesionales, humanistas y etcéteras varios para que estos tomen control de decisiones y sociedad en derecho, deberes y no de educación de masa. La masa al pan y la pastelería.

Se debe terminar en el sistema educativo la formación de niños y jóvenes subyugados y alienados a tipología de modelos. Desde las poblaciones habrán de irrumpir como borbotones de sangre a la sociedad PERSONAS, donde el apellido con doble RR sea una anécdota y no condición de mejora o movilidad en un Chile clasista y segregador. En principio desde hace 40 años, pero que el peso de la historia expresa que nuestro país nunca se despercudió de la Colonia poniéndole fin, más bien se acomodó en un inconsciente colectivo donde los desclasados siguen siendo el soporte de la pulpería mayor.

Por estas razones y porque creo profundamente que el hijo o el nieto de Luksic no solo debe sino tiene que compartir procesos de aprendizaje con Jimmy de la Legua o Vaitiare de la Yungay. Y quiénes construimos educación hoy, tenemos que ser capaces de tirar todas las reformas o futuros intentos de esta a la basura, y pensar en una Transformación Educacional.

Tomar el sistema nacional de educación y tejerlo a la medida de un país justo, realmente democrático, basado en la dignidad y respeto para todos y todas. Para qué nunca más el neoprén, el pipazo de pasta, sacar cuarto medio o tener un pseudo título profesional sean caminos más cortos o más largos de la idiotización de masas, o el de personas domesticadas y anuladas desde una funcionalidad, haciendo de su vida una no-vida.

En esta línea Einstein decía sobre educar:

“Todos somos unos genios, pero si juzgas a un pez por su habilidad para escalar un árbol, pasará toda la vida pensando que es estúpido”.

Entonces ¿qué enseñamos cuando educamos?, cuando sociedades como Finlandia, Corea del Sur o Hong Kong cambian la pregunta que mueve su acción al ¿para qué educar? Los resultados en pruebas estandarizadas son una anécdota que no mueve su vida escolar.

En contra parte Chile que busca permanentemente subir sus estadísticas en estas pruebas estándar, lo hace sumido en la pregunta ¿Qué enseñamos? ahí radica la diferencia, y muestra que cuando la economía entró a la educación, esta quedo en un cautiverio despersonalista que promueve el exitismo absurdo.

Cuando en la sociedad de información se construye en base a habilidades de orden superior, Chile y América Latina lo hace solo en los primeros tres peldaños de las formas de aprender: memorizar, reconocer y comprender, eso por dar un ejemplo.

En Chile precisamente el modelo  educativo hace  de sus profesores profesionales funcionales a subvenciones, listas de clases, firmas por clase, burocracia en sí, además de rendir cultos al currículo todo poderoso donde su santo inquisidor es el Simce.

Vuelvo a preguntar…

¿Para qué se educa cuando se educa?

Si mientras la vida escolar de un estudiante sigue instalada en procesos educativos que en su corazón se respira la “Revolución Industrial”. No basta con poner datas por Ley SEP o pizarras interactivas para decir que nuestra educación es acorde a los tiempos que vivimos. Cuando en las aulas tenemos que estar llamando la atención cada cinco minutos, y los patios se transforman más bien en el grito vivo al toque del timbre del “o el asilo contra la opresión”.

Y seguimos invirtiendo como país en un  sistema educativo basado en la desconfianza y en el “Vigilar y Castigar” castrador de personas, empujándolos a un irracional éxito que merma la dignidad de procesos educativos, ya vulnerados por una segregación social digno de Roma.

Solo reflexionemos  un momento, vivimos en la omnipotencia de un sistema educativo que piensa  su currículo por sobre  los niños y niñas. Hacemos como decía la cita del inicio “escalar al pez en un árbol” porque queremos enseñar altura. Cuando podríamos al pez enseñarle a elevarse por altos corales y algas marinas sin perder el objetivo de vivenciar y aprender altura.

Las preguntas ¿Para qué? Y ¿Cómo? deben venir a transformar el sistema educativo actual donde:

–       El currículo es al estudiante y no al revés, sustentando la base de una sociedad en procesos de confianza.

–       En una transformación educativa la carrera docente se forme en base a la ciencia de la pedagogía, con mallas a orientadas a formar despertadores y esculpidores de talentos-habilidades, más no ha portadores del beso de la muerte  como expresa Gregory Bateson.

–       Donde el Estado es el celador de una educación digna, justa, propulsora del desarrollo de un país, ¿o se piensa extraer materias primas toda su historia?

–       Finalmente donde la Transformación Educativa y no más reformas sea parte de una construcción del país que queremos.

El volver a caer en el juego de las reformas es como dice el concepto “Volver a dar forma” a un sistema que segrega, aliena, y no permite desplegar lo que se es: Persona con otros y otras, aprendiendo juntos, pues  “Todos somos unos genios”.

En conclusión en un ejemplo expresar que:

La oruga es a una Reforma Educativa, lo que la mariposa es a una Transformación Educativa.  Y en el actual estado de capullo  que estamos, cualquier error sea de imprudencia política, económico y pedagógica,  o acto de soberbia mesiánica, nos dejará orugas condenadas a muerte o mariposas desplegadas en un ecosistema donde todos somos Estado.

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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