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A 40 años: gracias Comité Pro Paz y Vicaría de la Solidaridad

Javier Luis Egaña
Por : Javier Luis Egaña Primer Secretario Ejecutivo ( 1976 – 1981) - Vicaría de la Solidaridad
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Cómo no traer a la memoria, el trabajo de quienes recibían en la portería de Plaza de Armas 444, las asistentes sociales, los abogados y procuradores que sin desfallecer registraron primero los dramáticos relatos, para luego transformarlos en los miles de recursos de amparo, rechazados permanentemente por las cortes. Ellos nos han permitido reconstruir la historia de la represión, reactivando la memoria.


Mucho se ha escrito, visto y hablado en este trágico aniversario. Como nunca los canales de televisión mostraron imágenes, de las cuales muchas eran desconocidas para la mayoría de los chilenos y chilenas.

Dentro de esta lluvia de recuerdos, ha faltado uno que rememore la gesta del Comité de Cooperación para la Paz en Chile y la de la Vicaría de la Solidaridad. Recordar a quienes en estas instituciones trabajaron, nos permite evocar también, con dolor, a los familiares de miles de las víctimas de la dictadura que recurrieron entre 1973 y 1992 a ambas instituciones. Y nuestra gratitud al Cardenal Raúl Silva Henríquez que siempre respaldó nuestra labor.

Cómo no traer a la memoria, el trabajo de quienes recibían en la portería de Plaza de Armas 444, las asistentes sociales, los abogados y procuradores que sin desfallecer registraron primero los dramáticos relatos, para luego transformarlos en los miles de recursos de amparo, rechazados permanentemente por las cortes. Ellos nos han permitido reconstruir la historia de la represión, reactivando la memoria.

[cita]Como no traer a la memoria, el trabajo de quienes recibían en la portería de Plaza de Armas 444, las asistentes sociales, los abogados y procuradores que sin desfallecer registraron primero los dramáticos relatos, para luego  transformarlos en los miles de recursos de amparo, rechazados permanentemente por las cortes. Ellos nos han permitido reconstruir la historia de la represión, reactivando la memoria.[/cita]

Se suman las trabajadoras y trabajadores de las zonas episcopales con los comedores infantiles, los talleres artesanales, los policlínicos y consultorios de salud, las colonias de invierno y de verano. En esta área bien vale la pena recordar entre otros, a uno de nuestros médicos que pasó largos meses en la cárcel y las fichas individuales de salud las que aún se guardan celosamente en la Fundación Documentación y Archivo de la Vicaría, sin haber jamás transado, ni una hoja, a los fiscales que querían retirarlas.

Como no destacar los integrantes del departamento laboral, del departamento campesino y del departamento de educación solidaria; los miembros de las unidades de personal, administración, finanzas y proyectos. Los periodistas, editores y fotógrafos, del  Boletín Solidaridad, que completaron 300 números en su historia, denunciando lo que otros medios no podían transmitir; el equipo de documentación y archivo, publicaciones y fotocopias; el personal auxiliar y de aseo; las familias que cuidaron la sede de Plaza de Armas desde el techo. Y una gratitud especial a las familias de los trabajadores y trabajadoras que acompañaron fielmente esos años tan difíciles.

Me parece de toda justicia, recordar en esta fecha a todos los que trabajaron en el Comité y la Vicaría. También a los que ya no están con nosotros, especialmente a nuestro compañero José Manuel Parada. Cuántas vidas se pudieron salvar y cuando aquello no fue posible, un cálido y fraterno acompañamiento recibían, quienes acudían a nuestra sede.

Al recordar estos 40 años, también ellos se merecían nuestro reconocimiento y gratitud eterna.

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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