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Lo que dice la CEP

Teresa Marinovic
Por : Teresa Marinovic Licenciada en Filosofía.
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Lo insólito, lo verdaderamente desconcertante, es que Bachelet aparece frente al electorado como la persona que puede resolver de mejor manera ¡¡¡el tema del transporte público!!!


La CEP dice muchas cosas. Algunas de ellas, nada novedosas, como que Bachelet ganará la próxima elección; o como que Piñera despierta desconfianza y es percibido por los chilenos como lejano. Dice también que, independientemente de los resultados de la próxima elección, ME-O tiene probabilidades de resistir el paso del tiempo y Parisi ninguna.

Lo mejor de la encuesta, en todo caso, lo más elocuente (y lo que realmente debería interesar a los candidatos) es lo que dice sobre los encuestados. En período de elecciones, la democracia no difiere demasiado de las campañas publicitarias para la venta de un producto y, como es bien sabido, el conocimiento de la sensibilidad del cliente es determinante para el éxito de ese proceso.

Pues bien, hay una pregunta de la CEP o, mejor, una respuesta de los encuestados, que lo dice todo. Se trata de una pregunta secundaria pero cuya respuesta no puede ser más gráfica para entender cuál es la lógica que opera en esta elección.

[cita]Lo insólito, lo verdaderamente desconcertante, es que Bachelet aparece frente al electorado como la persona que puede resolver de mejor manera ¡¡¡el tema del transporte público!!![/cita]

Me refiero a aquella en la que los que fueron consultados deben manifestar cuál de los candidatos despierta en ellos más confianza para la resolución de temas o problemas específicos. Lo insólito, lo verdaderamente desconcertante, es que Bachelet aparece frente al electorado como la persona que puede resolver de mejor manera ¡¡¡el tema del transporte público!!!

Insólito porque yo puedo comprender (e incluso estar de acuerdo) que la ex Presidenta es una persona de fiar. Puedo reconocer que es una mujer honesta, que demuestra cierto grado de prudencia, que es capaz de generar acuerdos; puedo, en definitiva, y al margen de mi preferencia, hacer gala de un cierto grado de objetividad. Pero de ahí a considerarla competente como para resolver precisamente aquel problema que ella misma causó, hay una distancia sideral.

El hecho es que los que fueron consultados estiman no sólo que Bachelet puede resolver ese asunto, sino que puede hacerlo mucho mejor que el resto. Y esto, pese a que quizá muchos de ellos sufrieron en carne propia y no como yo (desde mi auto), los efectos devastadores del Transantiago.

¿Qué demuestra eso? Que la lógica que prima en esta elección es la de la irracionalidad, que las razones por las que se elige son las del corazón; y no es de extrañar, porque en un país donde la desconfianza se ha instalado como el sentimiento oficial, la seguridad intrauterina que ofrece Bachelet parece imbatible.

Este país, eso es lo que dice la CEP, no es un país de izquierda, de derecha o de centro (aunque los encuestados se dividan en tercios para identificarse con alguna de estas sensibilidades). Este país es, más bien, un país de huérfanos, un país donde la expectativa mayor es la del apego seguro.

Así las cosas, que gane Bachelet; que cuanto antes se haga evidente el carácter ilusorio de las promesas que su figura hace al subconsciente de los chilenos, a ver si en algún momento nos ponemos serios y tenemos posibilidades reales de ser un país desarrollado; mejor aún, un país de desarrollados…

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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