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RetroCEDamos: los estudiantes estamos más politizados que nunca

Omar Astorga
Por : Omar Astorga Estudiante Derecho Universidad de Chile. Ayudante Ad Honorem Prof. Alfredo Jocelyn-Holt. Creador de la Genkidama por la Educación.
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Lejos lo más contradictorio en la política estudiantil es apoyar al grupo político que toleró y profundizó los problemas del movimiento estudiantil, toleró que las municipalidades tengan a sus colegios prácticamente abandonados, y que las universidades privadas siguiesen aumentando sus ganancias en las bolsas de comercio internacionales, lejos lo más contradictorio en este momento es ser estudiante y pertenecer al comando de Bachelet.


La razón, es la imaginación que se ha vuelto rancia

Saint Pol-Rou

–¿Hijo, qué está pasando en tu facultad?

–Nada, papá, hay una tormenta de arena en los órganos femeninos de los políticos.

–¿Cómo así?

–O sea, los unicornistas hicieron arder troya.

–¿Hijo, te llamo cuando estés sobrio? 

La nueva generación tiene sobre sus espaldas años de lucha política de anteriores generaciones que esperan de nosotros no defraudarlos, y no lo hemos hecho. La derecha –como el feliz twitteo del ex ministro Luciano Cruz-Coke– se apresura a celebrar una derrota de la izquierda, pero esta alegría no da cuenta de una salvedad importante: los integrantes de la lista RetroCEDamos son personas con pensamiento y práctica de izquierda, que participan en las marchas, acciones directas, asambleas y tomas, y los más contentos de que estén ahí, son los del sector ultra de la izquierda. La derecha para las elecciones CED (Centro de estudiantes de Derecho) ha sido un mero espectador, no tuvieron candidatura para este centro de estudiantes, y hace ya seis años no ganan la candidatura CED.

Algunos medios han llegado a conclusiones erradas, otras lo han reducido a una humorada. Estas no distinguen entre humor y sátira: recurso crítico que por medio de la inteligencia ataca a la realidad. En afirmaciones que se dieron de parte de panelistas en el programa de la RED “Vigilantes”, una de estas decía: ¿Por qué tiene que ser una broma que una generación quiera hacer un comentario respecto de lo parodiable que es el movimiento estudiantil hoy en día?”; este no está separando las aguas de lo que es un movimiento social y una apuesta partidista. La sátira es a grupos organizados estudiantiles, no al movimiento estudiantil. Si bien éste puede ser fagocitado o promovido por grupos organizados, el movimiento no se sostiene en ellos, se sostiene de una colectividad que comparte una demanda política que aún persiste: “Educación gratuita y de calidad”.

En el mismo programa resalta una pregunta como acusación: ¿No será que están jugando con fuego porque de las ideas de la FECH, y desde esa federación, nacen dirigentes que finalmente terminan contribuyendo al movimiento estudiantil?”. Esta aseveración no se hace cargo de todas las prácticas que se dan para la obtención de los cargos, ni tampoco se hace cargo de la desconfianza que puede tener un estudiante votante al dirigente que llega a la FECH, que se le entrega a estos demasiado capital político, tanto es que llega hasta el punto de asegurar una radiante carrera, y nadie nos garantiza que sus nobles ideas se mantengan en el tiempo. Al final es el movimiento estudiantil el que termina poniendo las manos al fuego, ya nos quemamos con Ballesteros y Camila Vallejo, y no sabemos aún si más adelante nos quemaremos con los nuevos rostros autonomistas, porque el cultivo de parlamentarios en la Escuela es de antaño, y el paso al conservadurismo político se ha repetido durante décadas; con cada uno de los nombres políticos que se enorgullecen de ser formados en nuestra Escuela, ¿qué o quién nos asegura que esta vez las cosas serán distintas? Esa es la razón de por qué la sátira se impone a las apuestas de carreras políticas, la desconfianza es histórica y el discurso abarca mucho.

[cita] Lejos lo más contradictorio en la política estudiantil es apoyar al grupo político que toleró y profundizó los problemas del movimiento estudiantil, toleró que las municipalidades tengan a sus colegios prácticamente abandonados, y que las universidades privadas siguiesen aumentando sus ganancias en las bolsas de comercio internacionales, lejos lo más contradictorio en este momento es ser estudiante y pertenecer al comando de Bachelet. [/cita]

Lejos lo más contradictorio en la política estudiantil es apoyar al grupo político que toleró y profundizó los problemas del movimiento estudiantil, toleró que las municipalidades tengan a sus colegios prácticamente abandonados, y que las universidades privadas siguiesen aumentando sus ganancias en las bolsas de comercio internacionales, lejos lo más contradictorio en este momento es ser estudiante y pertenecer al comando de Bachelet.

El Frente Unicornista Libertario tuvo su primera aparición electoral frente a las críticas a la conducción política de estudiantes autónomos en el centro de estudiantes el año 2011. En los últimos días de paralización, la escuela fue parte del estallido político nacional al decidir bajarse o seguir, y en donde el autonomismo apostó por un repliegue estratégico. Algunos estudiantes de base exigían ser coherentes con el contexto nacional, donde los estudiantes secundarios seguían paralizando sus actividades, y a su vez la derecha comenzó a organizarse para terminar con el paro. Si bien la decisión era compleja porque pesaban las amenazas de rectoría por la pérdida de arancel y del gobierno que amenazaba quitar las becas, a fin de cuentas el repliegue fue aceptado por votación popular. La principal crítica a este grupo político en ese contexto fue que optó por declaraciones con actitudes paternalistas acusando a estudiantes que pensaban lo contrario ni siquiera como ultras, sino de infantilistas revolucionarios.

De este y otros conflictos floreció el cuerno mágico unicornista, otros optaron por robustecer otras apuestas partidistas, lo que ahora se conoce como coordinadora Luchar –y que, a pesar de haber ido dividida en estas últimas elecciones CED, en su conjunto tuvo cerca del 40% del electorado en primera vuelta–, las cuales tienen un nutrido trabajo multisectorial, sindical, incidencia en sectores de estudiantes secundarios, y dirigencias en sectores de universidades privadas, es decir, una izquierda con más trabajo en unificar sectores sociales y estudiantiles. Este año el autonomismo y juventudes comunistas quedaron en los últimos lugares, bajo las dos fuerzas de Luchar y los Unicornistas; la hegemonía local la perdieron en una coyuntura de tres años.

Sátira, muestra de una Facultad politizada

La Facultad de Derecho de la Universidad de Chile, es uno de los sectores más politizados en la vida universitaria, conviven más de diez colectivos de derecha y de izquierda, con diferencias en los métodos de conducción, algunos propensos a acciones directas y asambleismo, otros a soluciones republicanas de carrera política. Que de esta Facultad nazca una inteligente sátira no es muestra de despolitización, sino todo lo contrario, tiene mucha más conciencia de los vicios que pecan en las lógicas partidistas, y más conciencia de atacarlas para pronto superarlas, esa es la tarea que abre la sátira y que nos compete lograr.

En la política universitaria partidista, la mitad de los pormenores y preocupaciones son comentarios de pasillos que terminan por construir una imagen prejuiciosa de los grupos y personas. Los grupos políticos elaboran programas extensos de trabajo en sus cargos, los cuales sólo se leen entre ellos mismos; y si el público objetivo no los lee, no es porque exista un descompromiso cívico, sino por la tradicional crítica de lo que puede soportar un discurso, y por la poca incidencia que en realidad tienen los cargos en particular. En el mejor de los casos, se mide al grupo político o persona política por lo que ha hecho, no en calidad de político, sino de laborioso, muchas veces simplemente por amiguismo.

Las “malas prácticas” nacen por la lucha publicitaria en candidaturas, bajo el juego liberal de competencia de votos en el periodo de elecciones, y se constituyen, básicamente, por el abuso u hostigamiento de la voluntad del votante en el periodo eleccionario. También existe un exceso publicitario por la presencia excesiva de carteles en los pasillos de la Facultad y en las redes sociales de manera invasiva, tal como la ciudad ahora en las presidenciales. Los comentarios de pasillo son instrumentalizados por grupos políticos o cercanos a alguna tendencia, y se viralizan como simple comentario. Este ha cobrado mayor fuerza con la aparición y uso masivo de las redes sociales, donde se practica mediante páginas que guardan el anonimato, y en las que, escasamente, se juzgará si el contenido que se busca transmitir es verídico o no.

Si se llega a esta lucha escabrosa, es porque la competencia es ardua, y que, en cierto modo, la mayoría lo toma como un medio oscuro para un fin noble, el alcanzar los espacios de poder para lograr cambios estructurales. En política, el que quiere ser valiente y no participar de ella, simplemente da cumplimiento a lo que decía Neoptólemo en la tragedia de Filoctetes: “La guerra por misma no mata a ningún cobarde, sino a los valientes”.

Muchas veces nacen nuevos grupos políticos críticos de estas prácticas, pero con el tiempo se van adecuando a ellas; RetroCEDamos no es el primer grupo que las crítica o intenta socavarlas. Al adentrarse en la lucha política, sea quijotescamente como RetroCEDamos o modernamente como un grupo político, la advertencia de Nietzsche cabe para cada joven universitario que se inmiscuye en ella: “Quien con monstruos lucha, cuide de convertirse a su vez en monstruo.”

Hace unas semanas, Daniel Alcaíno, en la revista Adelante de la Unión Nacional Estudiantil, hizo una salvedad que aquí aplica: el artista empatiza y el político convence. La publicidad de RetroCEDamos rompe con lo invasivo que puede ser publicitar una candidatura, su camino no es la convicción que fracasa, sino que empatiza con la crítica de las malas prácticas, pero no resuelve el problema de falta de convicción en proyectos políticos, la falta de compromiso con métodos partidistas, sin embargo esto es muy distinto a decir que estamos despolitizados.

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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