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Necesidad de reforzar la presencia de Chile en los foros internacionales alimentarios

El nuevo Gobierno de Chile debe mirar con atención esta oportunidad y profundizar los acuerdos comerciales, para abrir más cuotas de exportación en gigantes consumidores, como China, India e Indonesia, así como en EE.UU., Australia, Japón, Corea y Europa. También es deseable introducirse en mercados nuevos de Asia y África y consolidar una presencia efectiva y activa en los organismos multilaterales competentes, entre los cuales FAO y el CODEX Alimentarius son los más relevantes.


Desde 2006, el país inició una estrategia para convertirse en potencia agroalimentaria mundial. Ese año se constituyó un Consejo Asesor, que propuso como desafío posicionar a Chile entre los diez primeros exportadores globales de alimentos. Según la Asociación de Productores y Agroindustriales de Chile, agrupados en Chilealimentos, las cifras de exportación debieran duplicarse en los próximos diez años, con lo cual el país se situaría entre los diez países de mayor exportación de productos alimentarios del planeta.

En términos prácticos, eso significaba alcanzar la posición de Italia, con una exportación agropecuaria y pesquera de US$ 33.000 millones. Chile, en el mismo año, registró exportaciones por US$ 13.000 millones, ubicándose en el lugar 26 de 30 naciones. Este valor da cuenta de un sector dinámico, competitivo y altamente especializado, convirtiéndolo en la segunda fuerza exportadora nacional, después del cobre.

Hacer de Chile una potencia alimentaria mundial constituye el nuevo paradigma de desarrollo de la política exterior y del sector agropecuario y pesquero chileno. Esta transformación es posible gracias a la intensificación de la estrategia de suscripción de acuerdos comerciales, impulsos de políticas renovadas y dinamizadoras, alianza público-privada y la capacidad del Estado y de los productores y exportadores para interpretar adecuadamente el contexto de globalización. Pero debe ir acompañada de una presencia eficaz y eficiente en los foros internacionales relacionados con los temas agropecuarios y pesqueros.

Las experiencias de países líderes en materia agroalimentaria del hemisferio sur, como Australia y Nueva Zelanda, ponen de manifiesto que su crecimiento y expansión han sido el producto de un desarrollo endógeno, el cual ha incorporado elementos diferenciadores tales como: conocimiento científico, innovación tecnológica, alianzas empresariales, desarrollo y transferencias de tecnología. En el plano del desarrollo exógeno, han logrado ampliar y consolidar sus mercados internacionales mediante importantes negociaciones bilaterales y multilaterales, especialmente en foros relevantes como FAO, FIDA, PMA, OMC y CODEX.

Este ejemplo cobra especial relevancia para el caso chileno, dado que el esfuerzo del sector alimentario se ha centrado en impulsar una oferta de productos fundamentalmente dirigida a satisfacer la demanda externa, lo cual se ha traducido en factor altamente dinamizador, pero también altamente vulnerable, dados los múltiples aspectos regulatorios que rigen la explotación y comercio internacional de los recursos naturales renovables. La relevancia del mercado exterior determina la importancia estratégica de consolidar la presencia y gestión de Chile en los organismos internacionales competentes.

El nuevo Gobierno  de Chile debe mirar con atención esta oportunidad y profundizar los acuerdos comerciales, para abrir más cuotas de exportación en gigantes consumidores, como China, India e Indonesia, así como en EE.UU., Australia, Japón, Corea y Europa. También es deseable introducirse en mercados nuevos de Asia y África y consolidar una presencia efectiva y activa en los organismos multilaterales competentes, entre los cuales FAO y el CODEX Alimentarius son los más relevantes.

Desafortunadamente, la participación político-técnica de Chile en estos organismos, sobre todo en el CODEX Alimentarius, ha sido muy débil, vis a vis con la importancia y vulnerabilidad que tienen nuestros recursos agrícolas y pesqueros. La Comisión del Codex Alimentarius elabora normas y textos convenidos internacionalmente, basados en principios científicos que cumplan los objetivos de protección de la salud de los consumidores y prácticas leales en el comercio alimentario, y buscará su aplicación en las reglamentaciones nacionales y en el comercio internacional de alimentos. Ello es de la mayor relevancia para Chile. La OMC usa las normativas del Codex Alimentarius para ayudar a resolver conflictos comerciales. Las normas del Codex sirven de punto de referencia para el comercio internacional de alimentos. Por tanto, he ahí un punto central de la estrategia internacional de Chile para los años venideros.

Vulnerabilidad internacional de la producción pesquera y acuícola de Chile

 Chile es uno de los principales productores pesqueros y acuícolas a escala mundial, lo cual lo expone a conflictos y regulaciones internacionales complejas y de gran relevancia productiva y comercial.

Los múltiples aspectos relacionados con la regulación internacional de la pesca y la acuicultura se tratan en el Comité de Pesca de FAO (COFI), una de cuyas principales funciones es examinar la variedad de problemas que presentan a nivel internacional las explotaciones pesquera y acuícola, evaluarlas, estimar sus posibles soluciones para una acción concertada de los países, los organismos intergubernamentales, la OMC y la sociedad civil. Ese trabajo se desarrolla de manera especializada a través del Subcomité de Comercio Pesquero de FAO, foro para los temas del comercio internacional de productos pesqueros, incluida la producción y el consumo; y el Subcomité de Acuicultura, destinado a consultas y debates sobre la acuicultura, entre ellas determinar las tendencias en el desarrollo de la acuicultura mundial, y las medidas para incrementar su contribución sostenible a la seguridad alimentaria y la mitigación de la pobreza.

Chile forma parte desde 1995 del «Acuerdo FAO para promover el cumplimiento de las medidas internacionales de conservación y ordenación por los buques pesqueros que pescan en alta mar», también conocido como «Acuerdo de Cumplimiento», que tiene por objeto establecer y darle contenido a la responsabilidad de los estados del pabellón, y maximizar la información relacionada con la pesca en alta mar, adoptando también el Código de Conducta para la Pesca Responsable. Durante el año 2012 el Congreso Nacional ratificó el «Acuerdo FAO sobre medidas del Estado Rector del Puerto para prevenir, evitar y eliminar la Pesca Ilegal, No Declarada y No Reglamentada», que constituye una nueva herramienta que la comunidad internacional ha adoptado para abordar el problema de la pesca ilegal.

Así las cosas, adquiere una relevancia estratégica para el país la representación de Chile ante la FAO. En la actualidad, nuestro país es miembro del Consejo Directivo de la Organización, órgano ejecutivo de la misma, reelegido hasta junio del 2015. También es miembro del Comité de Problemas de Productos Básicos; de Comité de Seguridad Alimentaria; del Comité de Pesca; Comité Forestal; Inocuidad y calidad para el comercio de productos agrícolas y alimentarios; Conservación y utilización sostenible recursos genéticos; Medio Ambiente; CODEX Alimentarius.

El país hospeda desde 1955 a la Oficina Regional para América Latina y el Caribe de la FAO. Actualmente, 33 estados de América Latina y el Caribe participan y se benefician de las actividades de la FAO. Dada tal importancia estratégica de FAO para Chile, parece prudente y necesario consolidar una participación competente en este foro internacional, lo que sería consonante con la meta estratégica país de alcanzar relevancia mundial en materia agroalimentaria.

Desafortunadamente, por diversas circunstancias, ello no ha sido una constante. Para solucionarlo, hacia el futuro se debe reforzar el rol político-técnico de la Misión Permanente, a la vez que reforzar los niveles de coordinación interna entre dicha Misión y las entidades y organismos internacionales y nacionales relacionados.

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