Publicidad
El populismo piñerista y el silencio de los alcaldes Opinión

El populismo piñerista y el silencio de los alcaldes

Esteban Valenzuela Van Treek
Por : Esteban Valenzuela Van Treek Ministro de Agricultura.
Ver Más

Con claros visos de populismo irresponsable, Piñera y segmentos de la derecha están insistiendo en postergar una vez más el reavalúo de los contribuciones que favorece a los más ricos y perjudica severamente a los municipios más pobres del país, la mayoría, quienes viven del Fondo Común Municipal, cuyos principales ingresos son precisamente las contribuciones de bienes raíces.


El desarrollo es corresponsabilidad que implica el común sobre la base del triángulo virtuoso de las buenas prácticas: ciudadanía que paga sus tributos, gobiernos efectivos y probos, servicios de calidad.

Con claros visos de populismo irresponsable, Piñera y segmentos de la derecha están insistiendo en postergar una vez más el reavalúo de las contribuciones que favorece a los más ricos y perjudica severamente a los municipios más pobres del país, la mayoría, quienes viven del Fondo Común Municipal, cuyos principales ingresos son precisamente las contribuciones de bienes raíces.

El Gobierno tiene déficit fiscal a pesar de la mayor oleada de alzas de precios de los minerales en nuestra historia. Codelco se entrega con costos de producción altísimos y con mayor endeudamiento. Además, no se buscaron maneras de prolongar el aumento de la tasa del llamado royalty minero (usada para la reconstrucción). No sólo eso, ahora se busca postergar el reavalúo de los predios que ya se extendió en dos ocasiones en el período de gobierno, con el argumento de favorecer a los adultos mayores.

[cita]Las mejores gestiones municipales de América se basan en un sólido impuesto a las propiedades…  En Chile, en cambio, el grueso de las capas medias no aportan y los ricos son subsidiados con estas postergaciones de reavalúo y techos máximos de crecimiento (les suelen colocar un 10% de recaudación total, aunque en el quinquenio hayan crecido un 50%). [/cita]

Chile ha retrocedido en esta materia. Hacia el 2000 se recaudaba el 0.8 del PIB en contribuciones de bienes raíces, cifra que bajó al 0.58 debido al aumento de las propiedades exentas (todas las que la tasación coloca en menos de 20 millones de pesos y, en promedio, las tasaciones suelen ser el 40% de los valores comerciales). Así, el país bajó de 35% de viviendas que pagaban tributos a sólo 22%, según datos de La Tercera y “oficiosas” de la Subdere.

Muchos municipios tienen malos servicios en una combinación de déficit por la educación, pereza fiscal y falta de fondos estructurales. Nos hemos acostumbrados a poderes locales débiles, sin buen mantenimiento, sin reciclaje, que nos lavan las calles, que no tienen sistemas para depositar escombros, sin zonas verdes relevantes, con bajos servicios sociales, culturales y de apoyo al emprendimiento y la prevención delictiva.

Para dar un salto en las gestiones locales se necesita fortaleza en sus finanzas, de allí la gravedad del populismo antiactualizar el reavalúo, y la complicidad de una parte del municipalismo alcaldicio que sigue en silencio y no quiere reapropiarse de la gestión de este tributo que es en todo el mundo el pilar de sus gestiones. Pareciera que el círculo de vicioso de no cobrar tributos, recibir dineros de un fondo co-participado (FCM) y pasar «piola» con servicios mediocres, es una situación ideal de bostezo para muchos.

Un estudio reciente de la CEPAL con la GIZ (Cooperación Alemana), demuestra que los países de la OECD recaudan un 2% del PIB en este tributo, que Chile se ha deteriorado y que en general en la Región se debilitan las instituciones en un proceso de demanda hacia el centro de co-participación en impuestos nacionales sin esfuerzo endógeno.

Las mejores gestiones municipales de América se basan en un sólido impuesto a las propiedades: Madison, Curitiba, Guadalajara, Quito, Rosario, de Miraflores a Callao en la Gran Lima. Colombia, que tiene a Bogotá y Medellín como municipios modélicos en regenerar instituciones, actuar socialmente contra el crimen y rescatar los espacios públicos, basó este auge municipalista en la actualización de los catastros de propiedades, autoavalúo y cobro proporcional por tramos. Los primeros no pagan (hasta el 40% de las viviendas en promedio), pero luego se da un aporte y va creciendo sin los injustos topes «chilenos» en las megas propiedades.  Es decir, los pobres exentos, la clase media un aporte moderado y los ricos uno sustancial. En Chile, en cambio, el grueso de las capas medias no aportan y los ricos son subsidiados con estas postergaciones de reavalúo y techos máximos de crecimiento (les suelen colocar un 10% de recaudación total, aunque en el quinquenio hayan crecido un 50%).

En el caso del Gran Santiago es grave. Pudahuel y Lo Espejo, por citar dos casos, tienen pocos recursos para mantenimiento y áreas verdes. Postergar el reavalúo les implicará menos recursos en el futuro, en beneficio del millón de habitantes de clase media-alta y millonaria del sector Oriente.

Hacer equidad no es una retórica vacía, se necesita el pago de los servicios locales para la buena vida comunitaria, sin excluir consideraciones a casos sociales. Es posible que cada municipio con ordenanzas y comités técnicos, para evitar el clientelismo, puedan bajar el pago de contribuciones a adultos mayores que habitan viviendas que se han sobrevalorado, incluso para familias que viven crisis socioeconómicas. Esto debe hacerse con los informes sociales del caso, es justo y positivo. Pero seguir postergando y achicando el reavalúo es un acto de populismo irresponsable que debilita en el largo plazo a los municipios y la calidad de los servicios territoriales, deteriorando la vida diaria de los chilenos, como es evidente. No se puede pretender que todo se logre con la reforma tributaria de alza de algunas tasas de tributos a la renta y recursos naturales. Dicha reforma es para la gratuidad y la calidad de la educación, como prioridad, entre otras materias relevantes planteadas por Bachelet. Los entes subnacionales deben hacer su esfuerzo sin el silencio de sus autoridades, y los gobiernos nacionales deben dejar de hacer populismo expropiando el principal tributo de los municipios en todo el orbe.

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
Publicidad

Tendencias