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Falacias: El Mercurio vs la Asamblea Constituyente (II) Opinión

Falacias: El Mercurio vs la Asamblea Constituyente (II)

José Manuel Ferreiro y Damián Trivelli
Por : José Manuel Ferreiro y Damián Trivelli Estudiante de doctorado en Lingüística Universidad de Lancaster; y, académico comunicación política UDP// Miembros de Fundamental
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En conclusión, El Mercurio no quiere discutir sobre la AC, sino que intenta deslegitimarla. Esto lo hace no sólo mediante la asociación a un discurso del riesgo y a la omisión de conceptos tan importantes como ciudadanía y participación, sino que, también, mediante el uso de falacias.


Hace una semana escribimos sobre nuestro estudio “El Mercurio vs la Asamblea Constituyente”, el cual buscaba dilucidar cómo el diario se refería a la AC. La primera parte del estudio dio cuenta principalmente de los resultados del análisis cuantitativo que realizamos, cuyas principales conclusiones son que El Mercurio al hablar sobre Asamblea Constituyente intenta instalar una retórica del riesgo (asociando sistemáticamente conceptos cómo peligro, arriesgar, vértigo, esconde, etc.) y de irresponsabilidad institucional (descabellada, devaneos, fanatismo, populista, etc.). Mientras al mismo tiempo omite sistemáticamente conceptos como ciudadanía, iniciativa, marca, voto, AC, nueva, Constitución y participación.

La segunda mitad del estudio, sobre lo que escribiremos en esta columna, se complementó a través de la metodología cualitativa de Análisis Crítico de Discurso (ACD) sobre dos editoriales elegidos al azar. Uno del año 2012, titulado “Asambleísmo Plebiscitario”, publicado el 21 de agosto; y otro del año 2013, titulado “Innecesario Ánimo Refundacional”, publicado el 24 de febrero.

De este análisis procederemos solamente a enumerar las principales falacias detectadas en los editoriales, para ofrecer brevemente una contraargumentación para cada una.

1) “La Asamblea Constituyente es antidemocrática porque impone una decisión para la cual no hay un consenso generalizado”. Esta es una de las falacias más repetidas por El Mercurio. Oculta el elemento más importante de una Asamblea Constituyente: que ésta es elegida democráticamente y guardando el principio de representatividad. Además, dicha propuesta de Constitución debe ser ratificada en un plebiscito democrático por toda la ciudadanía.

[cita]La Asamblea Constituyente es antidemocrática porque impone una decisión para la cual no hay un consenso generalizado”. Esta es una de las falacias más repetidas por El Mercurio. Oculta el elemento más importante de una Asamblea Constituyente: que ésta es elegida democráticamente y guardando el principio de representatividad. Además, dicha propuesta de Constitución debe ser ratificada en un plebiscito democrático por toda la ciudadanía.[/cita]

2) “La Constitución de 1980 ha sufrido tantas reformas, que ya no tiene sentido apuntar a su ‘vicio de origen’”. Se omite que hay reformas cuyos quórums supramayoritarios han impedido cambios sustantivos y que todavía existen enclaves autoritarios. Si bien es interesante que se reconozca que tal vicio de origen existe (Constitución nacida en dictadura y validada a través de un plebiscito de dudosa legitimidad), suponer que cambios posteriores hacen que dicho vicio desaparezca es una contradicción lógica.

3) “La Democracia Representativa es una sofisticación y un refinamiento de las ‘formas primitivas’ de la democracia. Interpretar el ‘sentir popular’ es una tarea compleja y no la puede hacer cualquiera. Aquí El Mercurio apunta a un elitismo y a una lógica evolucionista al mismo tiempo. Establece un lugar común (topos) del tipo “todo lo nuevo es mejor que lo antiguo”, lo que es discutible. Adicionalmente, da otro argumento “esencialista”, al atribuir a los representantes (parlamentarios) características de superioridad frente a sus mismos representados. Pero más aún, una AC es una forma de democracia representativa, por lo que el argumento no ha lugar.

4) Hay quienes padecen un rasgo de insatisfacción institucional. Esta es una forma de falacia “ad hominem” en la cual se busca desacreditar a la persona (o un grupo de personas) para así no tener que discutir el argumento de fondo. En este caso, El Mercurio atribuye a quienes defienden la AC un rasgo que, sumado al uso del padecer, reduce la posición a una suerte de “enfermedad” (psiquiátrica, lo que sería concordante con el fanatismo, descabellada), deslegitimando cualquier posible argumento.

5) “Una Asamblea Constituyente sólo se justifica en países con crisis institucionales insalvables o antidemocráticos”. Esta es una forma de la falacia “post-hoc ergo propter hoc”, según la cual se asume que porque algo ocurre después de otro evento, éste sería causado por el primero. Que existan casos de países que han tenido AC después de una crisis institucional no implica que esta sea la única causa de una AC. Una causa podría ser, perfectamente, el hecho de que la mayoría de la ciudadanía se exprese en favor de una.

6) “Una AC llevaría a un gobierno autoritario de izquierda, como en Venezuela. Muy emparentada con la anterior, esta es otro ejemplo de falacia “post-hoc ergo propter hoc”. En este caso, lo que expresa El Mercurio implica que lo que ocurrió en un caso puntual sería la única consecuencia posible para Chile de cambiar su Constitución mediante una AC. Visto los resultados de experiencias en otros países (Colombia, Suiza, etc.), es una falacia que no puede sostenerse.

En conclusión, El Mercurio no quiere discutir sobre la AC, sino que intenta deslegitimarla. Esto lo hace no sólo mediante la asociación a un discurso del riesgo y a la omisión de conceptos tan importantes como ciudadanía y participación, sino que, también, mediante el uso de falacias, las que le impiden hacerse cargo de argumentos racionales para defender su postura, contribuyendo a instaurar una imagen negativa de la AC.

Por último, si bien sabemos que para muchos los resultados de nuestro estudio confirman algo que sería evidente, en Fundamental consideramos que era importante entregar evidencia sobre cómo opera El Mercurio para instalar su ideología. Y como deseamos –y exigimos como ciudadanos– la mayor transparencia posible de El Mercurio y de los medios de comunicación en general. Cabe decir que nosotros tenemos una posición clara a favor de la realización de una AC, pero, por sobre todo, estamos a favor de un debate real sobre hacerla o no. Esperamos contribuir a eso.

El estudio completo con el análisis cuantitativo y cualitativo, donde se puede apreciar  la metodología utilizada paso a paso, así como también las falacias y otras estrategias que por razones de espacio hemos dejado fuera de esta columna, puede ser descargado en www.fundamental.cl

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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