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La fatal ignorancia de los parlamentarios

Francisco Bengoa
Por : Francisco Bengoa Fundación Cientochenta, Director de Frecuencia Médica
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Este lamentable episodio nos recuerda que muchas veces los parlamentarios son serviles a causas carentes de rigor y olvidan que un sistema democrático deposita en ellos la fe pública respecto de la acción legislativa. Se hace urgente que, como diría Churchill, nuestros políticos empiecen a pensar en las próximas generaciones y no en las próximas elecciones.


El martes 17 de diciembre se aprobó en el Senado la eliminación del preservante timerosal para las vacunas. Esta es una medida que lleva mucho tiempo discutiéndose y que incluso el año pasado logró trabar la aprobación del presupuesto de la nación.

El argumento detrás de este proyecto es que el timerosal tiene mercurio y, por lo tanto, produce autismo en los niños a los que se les inocula vacunas que lo contengan. O, al menos, que existe incertidumbre dentro de la comunidad científica con respecto a los efectos a largo plazo del timerosal. Nada más falso.

Mitos y rumores sobre la relación entre vacunas y distintas enfermedades han circulado desde hace décadas. Lo interesante es que los rumores han variado dependiendo del país en el que se está. En Francia se relacionaron las vacunas a esclerosis múltiple y en Estados Unidos el uso de timerosal al autismo. En Inglaterra se asoció, mediante el mayor fraude científico del siglo XX, la vacuna tresvírica (sarampión, rubeola y paperas) a la aparición de autismo. Este fraude publicado en la revista The Lancet y retractado años después, creó y potenció un movimiento mediático antivacunas, que ha causado cientos de miles de enfermedades y muertes a lo largo del mundo.

En Estados Unidos, sin embargo, la discusión se centró en una supuesta relación entre el preservante utilizado en algunas vacunas, llamado timerosal, y la aparición de autismo, basado principalmente en la confusión de dos compuestos, el metil mercurio y el etil mercurio, tóxico el primero, inocuo y seguro el segundo. El timerosal es un preservante antiséptico que contiene etilmercurio y es utilizado para evitar contaminación de algunas vacunas.

[cita]Este lamentable episodio nos recuerda que muchas veces los parlamentarios son serviles a causas carentes de rigor y olvidan que un sistema democrático deposita en ellos la fe pública respecto de la acción legislativa. Se hace urgente que, como diría Churchill, nuestros políticos empiecen a pensar en las próximas generaciones y no en las próximas elecciones.[/cita]

El año 1999, luego de iniciada una revisión de los productos alimentarios y farmacológicos que incluyesen algún tipo de mercurio, el Center for Disease Control (CDC) y la Academia Americana de Pediatría (AAP) recomendaron la eliminación del timerosal de las vacunas como medida precautoria, “a pesar de no existir evidencia de daño posible debido a su uso en vacunas”, hasta tener claridad sobre sus efectos. Esta medida se hizo principalmente con el objetivo de intentar recuperar la confianza pública en las vacunas, dañada luego del impacto del trabajo de Wakefield y de estas acusaciones.

Desde el año 1999 hasta la fecha, la evidencia sobre la seguridad de las vacunas y del timerosal es abundante, crece día a día y no deja lugar a dudas. En el ámbito internacional, la OMS, la AAP, el CDC y la FDA todos aprueban desde hace años el uso del timerosal, basados en estudios que reafirman su seguridad como preservante. En Chile, la Sociedad Chilena de Pediatría, a la Sociedad Chilena de Infectología y el Comité Asesor de Vacunas e Inmunizaciones del Ministerior de Salud, todas concuerdan y aprueban el uso de timerosal como preservante.

Es importante también considerar que en los países en que se eliminó el timerosal de las vacunas la incidencia de los trastornos del espectro autista no ha disminuido. Por el contrario, continúan aumentando de forma persistente.

En la actualidad, el compuesto es utilizado en todo el mundo, incluidos los países desarrollados que en su momento prohibieron su uso. Tal es el caso, por ejemplo, de las vacunas multidosis contra la influenza en Estados Unidos. En Chile, la mayoría de las vacunas no tiene timerosal o tienen concentraciones menores.

El debate sobre la seguridad de las vacunas y del timerosal es un tema zanjado por la evidencia científica. Las vacunas no producen autismo ni otros trastornos del neurodesarrollo. Las vacunas están erradicando y controlando de forma eficaz enfermedades como la poliomielitis, el sarampión y la tos convulsiva. Al año, se previenen cerca de 1 millón 500 mil muertes de niños en el mundo con el uso de las vacunas. Son uno de los cambios de la sociedad moderna responsables de la mejoría sostenida de la expectativa y la calidad de vida.

Si bien la evidencia es abundante y clara y las asociaciones médicas de todo el mundo aprueban el uso de timerosal como preservante de las vacunas, las repercusiones del impacto médiatico de los movimientos antivacunas y antitimerosal son importantes, peligrosas y dañinas. Y hoy impactan a Chile.

Una ley que se base en fraudes, mitos y suposiciones no es lo que nuestro país necesita. Es inconcebible que el Senado legisle sobre la base de supuestos, despreciando de forma insólita la evidencia y las recomendaciones nacionales e internacionales. Además, se aumenta considerablemente el costo del plan nacional de inmunizaciones, a pesar de existir múltiples carencias en nuestro sistema de salud que requieren de financiamiento urgente.

Este lamentable episodio nos recuerda que muchas veces los parlamentarios son serviles a causas carentes de rigor y olvidan que un sistema democrático deposita en ellos la fe pública respecto de la acción legislativa. Se hace urgente que, como diría Churchill, nuestros políticos empiecen a pensar en las próximas generaciones y no en las próximas elecciones.

Las políticas públicas no pueden estar basadas en la ignorancia, en los supuestos ni en el lobby, especialmente cuando existe evidencia científica clara y contundente. Dejemos a un lado los mitos y pongámonos a trabajar por Chile.

Si quieres saber más del tema, en este enlace de Frecuencia Médica, esta columna lo explica en profundidad: http://www.frecuenciamedica.org/2013/12/19/vacunas-timerosal-y-autismo/.

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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