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Los resquicios de las empresas de telefonía para impedir rebajas

Hernán Calderón
Por : Hernán Calderón Constructor Civil, Presidente Corporación Nacional de Consumidores y Usuarios de Chile, Conadecus.
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Si el decreto de rebaja tarifaria se retrasara en aplicar por este tipo de acciones, significa seguir aplicando la tarifa actual y mantendrían la sobreutilidad que generan las tarifas de cargos de accesos actuales, lo cual sería un pésimo precedente y dañaría significativamente la imagen corporativa de estas empresas. Los usuarios estaremos atentos a los pasos que darán las empresas, principalmente las que se han opuesto frontalmente a esta rebaja, como son Movistar y Entel.


El calendario del proceso de fijación tarifaria de la telefonía establece que Subtel debe entregar el decreto a Contraloría para que lo apruebe como plazo máximo el día 15 de enero; se presume que Subtel entregará el día 14 enero el nuevo decreto tarifario, cumpliendo con el calendario establecido.

El proceso considera que las empresas del mercado entreguen sus propuestas de tarifas por los próximos 5 años, y deben competir con una empresa modelo eficiente, la cual propuso rebajarlo en un 80%, quedando en $11.9 el 2014, llegando a $4.2 el 2019, lo cual es un promedio de $8 el minuto en los próximos 5 años. Esta rebaja puede significar un beneficio directo para los usuarios con rebajas que podrían llegar al 40%,  como sucedió en México.

Los dos mayores controladoras del mercado (Movistar, Entel)  entregaron a la Subtel sus propuesta de rebaja en aprox. a $31 por cargo de acceso por los próximos 5 años. El costo del cargo de acceso hoy día en Chile es de $60 pesos, el más alto de la OCDE, cuyo promedio es $12. Los nuevos desafiantes (Nextel, VTR, Virgin) propusieron rebajarlo aprox. a $8. Claro es el tercer controlador importante dentro del mercado y propuso rebajarlo a $18, separándose claramente de Entel y Movistar.

[cita]Si el decreto de rebaja tarifaria se retrasara en aplicar por este tipo de acciones, significa seguir aplicando la tarifa actual y mantendrían la sobreutilidad que generan las tarifas de cargos de accesos actuales, lo cual sería un pésimo precedente y dañaría significativamente la imagen corporativa de estas empresas. Los usuarios estaremos atentos a los pasos que darán las empresas, principalmente las que se han opuesto frontalmente a esta rebaja, como son Movistar y Entel. [/cita]

Los consumidores estamos expectantes sobre la propuesta definitiva que entregará la Subtel. Después de todos los alegatos de las empresas, sabremos cuánto efecto ha tenido la campaña del terror que han desplegado Entel y Movistar; sus argumentos han sido que, al rebajarse el cargo de acceso a estos valores, podrían quedar 5 millones de usuarios de prepago sin servicio por no ser rentables para las empresas. Nada más incorrecta esta apreciación, si los servicios bajan en forma significativa pueden pasar a postpago; muchos de estos usuarios optan ser prepago por el alto costo de los planes de postpago, una manera de mantener controlado el uso.

Sin embargo, existen resquicios que han sido utilizados en otras oportunidades por estas empresas para suspender la aplicación de la rebaja tarifaria. Pueden solicitar la anulación del decreto tarifario ante la Contraloría o ante los tribunales, recursos de protección y demandas de indemnización, entre otras. Todo esto con el objetivo de impedir la rebaja, también como estrategia para retrasar su aplicación.

Si el decreto de rebaja tarifaria se retrasara en aplicar por este tipo de acciones, significa seguir aplicando la tarifa actual y mantendrían la sobreutilidad que generan las tarifas de cargos de accesos actuales, lo cual sería un pésimo precedente y dañaría significativamente la imagen corporativa de estas empresas. Los usuarios estaremos atentos a los pasos que darán las empresas, principalmente las que se han opuesto frontalmente a esta rebaja, como son Movistar y Entel.

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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