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Don Eduardo, Eugenio y el Cid

Por: Alejandro Soto, abogado


Señor Director:

En estos días recordamos un nuevo aniversario de la muerte de don Eduardo Frei Montalva. En sus funerales, la dictadura no pudo contener al pueblo consternado y al mundo que quería rendirle justo homenaje. En los discursos del sepelio destacó el Presidente venezolano Rafael Caldera, quien señaló que Frei, como el Cid, “vencería después de muerto”.

Así ocurrió. Frei señaló que la unión del pueblo y las armas de la democracia vencerían al dictador. Que construiríamos una democracia fundada en justicia y libertad. La Patria se pondría de pie y recuperaría su dignidad.

Hoy, a pesar de omisiones y falencias, estamos construyendo una Patria para todos.

Frei venció al tirano iluminando el camino en aquellas noches oscuras.

Entre quienes recogieron las banderas de Frei y continuaron su legado, es menester mencionar a Claudio Orrego Vicuña y Raúl Troncoso; sin lugar a dudas, estuvo presente Eugenio Ortega Riquelme, quien hace pocos meses nos dejó intempestivamente. Ortega colaboró en la fundación de la Alianza Democrática y luego en la Concertación de Partidos por la Democracia, junto a Gabriel Valdés Subercaseaux y muchos otros notables chilenos y chilenas.

En el primer Congreso tras la Dictadura, Eugenio Ortega Riquelme asumió como Diputado de la República, representando a su natal Maule. Pero siempre, desde el primer día, lo acosaba saber la verdad sobre la muerte de don Eduardo Frei.

Junto a su compañera de toda la vida, su amada Carmen Frei Ruiz-Tagle, entrevistó a médicos y curas; policías y militares; informantes arrepentidos y cómplices interesados.

Como un detective incansable, reunía antecedentes siniestros que delataban la conspiración del magnicidio. Se reunió con militantes del MIR, que eran víctimas de crueles persecuciones, para compartir información de quiénes habían sido objeto de crímenes de Estado. Conoció las felonías de psicópatas que desprecian la vida de sus semejantes, siendo funcionales a quienes se aferraban al poder a toda costa, tanto civiles como militares. Compartió con viudas y deudos, buscando un doloroso: ¿Por qué?

Cuando algunos preferían “dejar a los muertos en paz”, Eugenio -con esa tozudez que lo caracterizaba cuando sabía que estaba en lo correcto- no descansó hasta descubrir que no se trató de una enfermedad rebelde, sino que el Presidente Frei Montalva fue asesinado. Junto a valiosos profesionales, como el abogado Álvaro Varela, lograron que los Tribunales, por fin, fueran de Justicia. Estaba convencido que saber la verdad no sólo era importante para la familia, sino que Chile debía conocer el pasado para renacer en un país mejor. Eugenio luchó por la verdad que finalmente se conocerá formalmente después de su muerte. Luchó por escribir la historia con letra verdadera.

En  lo político, gobernará la Nueva Mayoría, donde cambiarán antiguos paradigmas políticos y sociales. El nuevo acuerdo DC-PC, estoy cierto, será pilar fundamental del Gobierno de la Presidenta Michelle Bachelet.

Eugenio Ortega, junto a camaradas y  amigos de toda la vida, se reunió con destacados militantes comunistas,  en intensas  jornadas de diálogo, para preparar un documento que será parte de las bases de una nueva etapa en la vida del país

Don Eduardo y Eugenio, como el Cid, vencen después de la muerte.

 

Por Alejandro Soto, abogado

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