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Está Maduro Pero No Va a Caer


Hay quienes  creen que a Maduro le espera el destino de Allende, pero yo vaticino que no. Recuerden siempre esto: la izquierda siempre se sale con la suya. Entonces les voy a dar “n” razones de por qué Maduro, por ídem que esté, nunca va a caer:

Primera, tiene el respaldo de las fuerzas armadas. Mientras éstas apoyen a un gobierno, éste no va a dejar el poder. Maduro podría perder ese respaldo, es verdad, pero, así y todo, aquéllas deben haber aprendido la lección de Chile: “Si derrocas a un marxista, nadie te lo va a perdonar”. Ni siquiera la derecha; peor aún, ni siquiera tus camaradas uniformados, que a la larga te van a dejar abandonado tras las filas enemigas, como lo han hecho en Chile. Entonces, las fuerzas armadas en Venezuela han observado todo eso y resuelto apoyar a la izquierda. Y la defenderán.

Segunda, los izquierdistas son totalitarios, pero son siempre leales entre sí. Los derechistas son demócratas, pero no leales. Mira lo que les pasó a los militares chilenos, que obedecieron al clamor mayoritario de los demócratas que les pedían echar a Allende y lo hicieron. Al poco tiempo, desde la izquierda a la derecha mundiales, todos estaban contra ellos. Lee, por vía de aprendizaje, el primer artículo de “The Economist” después del Pronunciamiento del 73: totalmente favorable al Gobierno Militar. Y luego lee todos los demás: se dio vuelta la chaqueta en menos de un mes; sus artículos fueron cada vez más críticos del Gobierno Militar, hasta terminar plegándose a la campaña encabezada por Moscú.

En cambio, basta leer las declaraciones de la presidenta de la FECH en Chile, en apoyo de Maduro, para apreciar la lealtad mutua entre los totalitarios. En un brillante análisis que vale la pena leer, el blog de Máximo () hace ver las contradicciones e inconsecuencias de la postura de la presidenta de la FECH. La deja, simplemente, en ridículo. ¿Y qué? ¿Alguien cree que ella o los que están a su derecha, como los comunistas, van a cambiar su postura frente a Maduro o frente a Cuba? Jamás. Lo apoyarán con todo.

Después del 11/S/73  hasta la derecha franquista española se dio vuelta la chaqueta y se puso en corto plazo en contra del Gobierno Militar. Y, bueno, a la postre hasta la derecha chilena lo ha hecho, como lo prueba que Andrés Chadwick, quien fuera uno de los regalones de Pinochet, haya declarado recién que el “legado trascendental” del gobierno de Piñera va a terminar siendo el  haber encabezado, con motivo de los 40 años del 11/S/73,  el asesinato de imagen del Gobierno Militar y de la derecha que lo apoyó.

Tercero, los izquierdistas siempre pueden volverse capitalistas. Maduro puede salir del paso haciéndolo. China sigue siendo gobernada por el Partido Comunista, pero es completamente capitalista. Contradiciendo un postulado de Milton Friedman, quien sostenía que la libertad económica garantizaba la libertad política, los chinos han consagrado la más amplia libertad económica con cero libertad política. Maduro va a hacer algo de eso. Si hasta a la Cristina K se le ha ocurrido que a veces es bueno hacerle caso a la ley de la oferta y la demanda ¿cómo no le va a caer la teja a él? Y hasta el mismo Raúl Castro lo está haciendo, sobre todo ahora que se va a quedar sin ayuda de Venezuela. Es cierto que el dictador cubano apenas ha dicho “la puntita nada más”, pero ya la iniciativa privada ha comenzado a existir en la economía cubana y la va a haber cada vez en mayor medida. Acuérdense de mí.

Cuarto, Maduro ganó la presidencia en elecciones. Habiendo elecciones en el horizonte, hay un argumento menos para derrocarlo. Luego, no va a caer, porque existe la posibilidad de vencerlo electoralmente en el futuro.  Además, hay un precedente negativo: a su antecesor, Chávez, lo depusieron. Hasta el gobierno de Lagos lo celebró. Y luego tuvieron que admitir que retomara el poder. Lagos y Soledad Alvear no encontraban dónde meterse.

Quinto, Maduro tiene dólares. Cada vez menos, pero tiene. A Allende, en cambio, no le quedaba harina sino “para pocos días más”. Basta que el gobierno venezolano ponga un mínimo de orden en sus finanzas y deje de despilfarrar dólares para tener un respiro.

De modo que los estudiantes, los demócratas, los empresarios y las dueñas de casa venezolanos podrán hacer sonar cacerolas y llenar las calles protestando todos los días, pero, como preguntaría Stalin (lo hizo cuando le informaron que el Vaticano estaba contra él): “¿Cuántas divisiones tienen?”.

Sexto, ponerse en contra de los Estados Unidos siempre ha sido bueno para mantenerse en el poder. Maduro lo ha hecho. En cambio, creer en el apoyo norteamericano puede ser fatal. La Junta creyó que le había hecho un favor a Occidente en plena Guerra Fría. ¿Y saben ustedes cómo le pagaron los norteamericanos? Aprobando la “Enmienda Kennedy” que prohibía venderle armas a Chile cuando estaba bajo la amenaza de invasión de los gobiernos militares de Argentina y Perú. ¿Y saben qué nos hicieron los ingleses en agradecimiento por haber eliminado a un satélite soviético en América del Sur? Le retuvieron a la FACH los motores de los Hawker Hunter que habían sido enviados a reparar a Gran Bretaña, dejándola casi inerme. Y para qué decir los alemanes occidentales, que, con la honrosa excepción de la DC de Baviera, se pusieron a la vanguardia de la campaña denigratoria de la Junta encabezada por Moscú. ¡Siempre será más seguro agredir a las democracias occidentales que ser aliado de ellas! En eso, Maduro lo está haciendo bien.

Tranquilos, hay Maduro para rato. Y no se olviden de que a partir del 11 de marzo también nosotros vamos a empezar a transitar hacia allá.

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