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Tony Benn y su legado Opinión

Tony Benn y su legado

Llama la atención que, al conformarse el segundo gobierno de la Sra. Bachelet, no hayan surgido figuras políticas que defiendan e impulsen la reindustrialización de Chile. Tal vez en momentos en que el precio internacional del cobre ha empezado a descender, sería la oportunidad urgente y oportuna para discutir las alternativas de desarrollo industrial que Chile posee, para reconvertir nuestra economía y no depender tan exclusivamente de sus recursos naturales.


Cuando un grupo de socialistas chilenos llegamos exiliados a Gran Bretaña en los años 76-77, uno de nuestros héroes y modelos de políticos fue Tony Benn. Miembro de la nobleza inglesa, de apellido Wedgwood, pudo ser designado por derecho propio en la Cámara de los Lores, pero él renunció a su título de nobleza y prefirió ser miembro del Parlamento (nuestra cámara de diputados). Fue siempre un hombre de izquierda, ya estuviera como ministro de Estado en los gobiernos de Harold Wilson o de James Callaghan, o en la oposición a la Sra. Thatcher.

Pero lo más notable es que siempre fue partidario de la planificación estatal y, siendo primero ministro de Tecnología y después ministro de Industria, elaboró un atrevido plan para revivir la industria británica, plan que debiera ser estudiado por los políticos chilenos que miran impávidos cómo se borran los vestigios de la industria nacional chilena .

[cita]Fue siempre un hombre de izquierda, ya estuviera como ministro de Estado en los gobiernos de Harold Wilson o de James Callaghan, o en la oposición a la Sra. Thatcher. Pero lo más notable es que siempre fue partidario de la planificación estatal. [/cita]

¿En qué consistió el plan de Tony Benn?

Bajo su impulso se creó un organismo estatal  denominado NEB (National Enterprise Board), equivalente a Directorio Nacional de Empresas, que se dedicaría a crear nuevas empresas de alta tecnología, con una mirada de largo plazo para situar a Gran Bretaña a la vanguardia industrial.

Consciente de que el avance tecnológico no puede lograrse con empresas aisladas y que existen vínculos entre una variable tecnológica y otras, la NEB agrupó a las empresas según sus áreas de desarrollo y les dio la oportunidad de reforzarse una con otra.

La propiedad de las nuevas empresas no era sólo estatal, sino que se daba preferencia a sociedades mixtas, en que el sector privado aportara conocimientos tecnológicos y capacidad de administración. La NEB cumplió un notable rol en el desarrollo tecnológico de Gran Bretaña y sólo fue transformada y disuelta por la ola neoliberal del gobierno thatcherista. Tony Benn continuó activo en política y presidió el movimiento “Paren las Guerras” hasta su muerte, este 14 de marzo.

En 2007, en una encuesta de la BBC,  fue elegido “Héroe Político” con el 38% de los votos y superando a la Sra Thatcher, que sólo obtuvo el 35% de las preferencias.

Llama la atención que, al conformarse el segundo gobierno de la Sra. Bachelet, no hayan surgido figuras políticas que defiendan e impulsen la reindustrialización de Chile. Tal vez en momentos en que el precio internacional del cobre ha empezado a descender, sería la oportunidad urgente y oportuna para discutir las alternativas de desarrollo industrial que Chile posee, para  reconvertir nuestra economía y no depender tan exclusivamente de sus recursos naturales. Las ideas de Tony Benn pueden ser la base de esta reconversión industrial y la Corporación de Fomento de la Producción (CORFO) tiene las atribuciones legales para encabezar ese proceso.

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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