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Liberales por una nueva Constitución Opinión

Liberales por una nueva Constitución

Vlado Mirosevic y Jorge Urrutia
Por : Vlado Mirosevic y Jorge Urrutia Vlado Mirosevic es Diputado y Jorge Urrutia es Vicepresidente Partido Liberal)
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En el 59 Congreso de la Internacional Liberal, realizado la semana pasada en Holanda, los delegados de los partidos integrantes se sorprendían de que aún vivamos bajo el régimen de la Constitución del 80, por lo cual aprobaron la declaración referida a Chile, en donde la Internacional apoya la idea de una nueva Constitución, de tal manera que los chilenos nos demos una Carta Magna hecha en democracia.


A fines de los 80, los liberales fueron parte de los grupos que se enfrentaron a la dictadura y conquistaron el retorno a la democracia. Germán Riesco, Hugo Zepeda, Adolfo Ballas, Tomás Puig, Pedro Correa y otros fueron algunos de los lúcidos liberales que se opusieron a Pinochet y fueron parte de una notable generación de demócratas que recuperaron la democracia, retornando a nuestro país a su cauce histórico de libertad y tolerancia.

Sin embargo, cada día tiene su afán, las nuevas generaciones de liberales tenemos nuevos desafíos y uno relevante es superar la Constitución del 80, pensada, elaborada e impuesta en dictadura hace 34 años.

Es por ello que declaramos con meridiana claridad: defender la mantención de la actual Constitución, no tiene nada de liberal. Tenerles miedo y reparos a los cambios y reformas democráticas no habla de un liberalismo político, más bien da cuenta de complejos propios del conservadurismo autoritario.

Ser liberales nos obliga a reconocer y tener una posición crítica ante todo tipo de dogmatismos, los que sin duda permanecen intocados en la Constitución del 80 y condicionan nuestra existencia y convivencia, dogmatismos constitucionales, que se esmeran por conservar vigente una Constitución inspirada en la Guerra Fría y los traumas del pasado. Por suerte, Chile y el mundo han cambiado y los chilenos nos merecemos una Constitución moderna, hecha en democracia y bajo el consenso mayoritario, sin exclusiones.

Ser liberales es defender la soberanía popular y su autodeterminación. Ser liberal es promover una democracia libre de tutelas autoritarias. Liberal es valorar la importancia de la legitimidad sobre las reglas del juego que se impone una sociedad. Liberal es entender que ningún grupo –por mayoritario que sea– puede imponer leyes injustas al resto de la sociedad. Liberal es alejarse de los conservadurismos y dogmatismos de la izquierda y la derecha, y defender el Estado de derecho, por sobre los administradores temporales de éste.

[cita]Para todo liberal no da lo mismo quién y cómo se fijen las reglas del juego de una sociedad. Aquello debe hacerse utilizando todos los mecanismos que la propia democracia ofrece, sin descartar la Asamblea Constituyente, como un mecanismo dentro del Estado de derecho para diseñar de forma pluralista una Carta Magna de amplia legitimidad nacional.[/cita]

Para todo liberal no da lo mismo quién y cómo se fijen las reglas del juego de una sociedad. Aquello debe hacerse utilizando todos los mecanismos que la propia democracia ofrece, sin descartar la Asamblea Constituyente, como un mecanismo dentro del Estado de derecho para diseñar de forma pluralista una Carta Magna de amplia legitimidad nacional.

Queremos y promovemos una democracia de ciudadanas y ciudadanos. Para los liberales la democracia procedimental no es suficiente. No basta con ejercer el derecho a voto cada cierto tiempo. Nos preocupa la calidad y profundidad democrática. Para ello, Chile requiere de una Constitución más moderna que de cuenta de instituciones y procesos más participativos, descentralizados, transparentes, que estén al servicio de la ciudadanía.

En el 59 Congreso de la Internacional Liberal, realizado la semana pasada en Holanda, los delegados de los partidos integrantes se sorprendían de que aún vivamos bajo el régimen de la Constitución del 80, por lo cual aprobaron la declaración referida a Chile, en donde la Internacional apoya la idea de una nueva Constitución, de tal manera que los chilenos nos demos una Carta Magna hecha en democracia.

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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