Señor Director:
Estamos cosechando lo que probablemente hemos sembrado. La soberbia y muchas veces el desprecio de la derecha hacia unos, choca hoy con la reacción, virulencia y resentimiento añoso propio de la izquierda hacia los otros. Y de pasada, hemos prostituido un modelo que en su esencia está muy bien concebido pero que no hemos sabido cuidar ni menos apreciar porque le hemos dejado anquilosar en manos de una espantosa concentración.
No hablo desde la izquierda porque no soy de izquierda. Pero apena, da rabia e impotencia cuando no se vislumbra en el sector que defendiere la libertad individual aquella condena frontal al cáncer que fundamenta la marcha en la calle hoy, el abuso, el atropello y que no es sino la falta de competencia en los mercados y la debida conciencia social respecto de nuestro entorno.
Y nuestra clase empresarial tiene mucho que decir al respecto. Los hay de todos los tipos, por cierto, muchos más buenos que malos. Pasa que priman estos últimos, quizás porque el «Just do it» de aquella afamada marca comercial es muy fuerte, muy potente. «Fusiónate», después veremos cómo mitigamos, «levanta la represa» después conversamos, en fin.
Pero, bajo este escenario, el tono del actual señor ministro de Hacienda y señora Rincón no ayuda en nada. En otras palabras, es nefasto. Podrían hacer una reforma, pero lo de ellos suena a vendetta, y con ello se deslegitima su intención. Están obrando, en definitiva, con el mismo desprecio que fundamentó su llegada al poder.
Es de esperar que prime la cordura en todo esto y las reformas legales, así como están concebidas, no se tomen la agenda sino que las autoridades se encarguen de fomentar aquello que realmente tiene maltrecha y agobiada a la señora Juanita: la competencia en los mercados.
Gonzalo Cruzat
Abogado
