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El guiño de Carlos Peña al poder

Francisco Belmar
Por : Francisco Belmar Fundación para el Progreso
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Esta “verdad”, que quienes se quejan por la reforma tributaria son “los poderosos de siempre”, implica que el poder radica sólo en quienes acumulan o manejan el dinero y los negocios. Aunque hay una cuota de verdad en ello, resulta falaz convertirlo en la realidad total. El poder está en el Estado, en la política y en los negocios, por lo que todos quienes participan de estos ámbitos son personas con vocación de autoridad. Sería extraño que, para este caso en particular, los políticos negaran que ellos “luchan por el poder”.


Tras la aparición del video sobre la reforma tributaria, Carlos Peña aprovechó su espacio dominical en El Mercurio para defenderlo. Así, lanzó una pregunta que reflejaba perplejidad: “¿A qué viene tanto escándalo por un video que exhibe verdades obvias; verdades que, por lo demás, investigaciones recientes han venido a confirmar?”. Citó a Andrés Santa Cruz y a Ignacio Walker, quienes habían apuntado sus dardos hacia lo ofensivo que parecía el infomercial. Se sintieron atacados de manera personal, lo que resulta obvio, pues ninguna de sus críticas presentó lo realmente reprochable del video.

Contrario a lo que el columnista afirmaba –que el contenido era veraz–, lo importante, más allá de ser o no ofensivo, es que el video no informaba de nada. No tenía datos, sólo aseveraciones y tampoco mostraba cómo afectaría (o no) a los chilenos. En suma, se trataba de una fábula, una historia contada para convencer por medio de frases contundentes. Por lo mismo, es posible estar en desacuerdo con el video en cuestión y, al mismo tiempo, compartir la perplejidad por las críticas que despertó.

[cita]Esta “verdad”, que quienes se quejan por la reforma tributaria son “los poderosos de siempre”, implica que el poder radica sólo en quienes acumulan o manejan el dinero y los negocios. Aunque hay una cuota de verdad en ello, resulta falaz convertirlo en la realidad total. El poder está en el Estado, en la política y en los negocios, por lo que todos quienes participan de estos ámbitos son personas con vocación de autoridad. Sería extraño que, para este caso en particular, los políticos negaran que ellos “luchan por el poder”.[/cita]

Ahora bien, además de fallar en la forma, el video poseía un error de contenido. Esta “verdad”, que quienes se quejan por la reforma tributaria son “los poderosos de siempre”, implica que el poder radica sólo en quienes acumulan o manejan el dinero y los negocios. Aunque hay una cuota de verdad en ello, resulta falaz convertirlo en la realidad total. El poder está en el Estado, en la política y en los negocios, por lo que todos quienes participan de estos ámbitos son personas con vocación de autoridad. Sería extraño que, para este caso en particular, los políticos negaran que ellos “luchan por el poder”, que es como definen a la política misma. Asimismo, considerando que el poder está en todos esos ámbitos –incluso en el académico–, lo esperable es que quienes participan de dichos campos, se relacionen en más de un sentido, pues las oligarquías y élites políticas tienden a imbricarse en beneficio de su perpetuación.

Por lo mismo, negar los nexos de los poderosos con la política o pretender que un gobierno es un espacio libre de intereses diversos de poder, es negar una de las realidades que justifica la existencia de la democracia, a la que entendemos como limitación del poder (o los poderes) que poseen los gobiernos, los grupos de interés asociados al poder político y las mayorías que los sustentan.

El guiño que Carlos Peña le hizo a la Nueva Mayoría es, para algunos, claramente intencional. Aun así, para muchos otros no es tan evidente, ayudando a que la fábula adquiera fuerza. No sólo importa con qué intención el columnista escribió lo que escribió, sino también cómo será recibido su mensaje. Quienes se llaman a sí mismos “críticos del poder” deben cumplir su rol a cabalidad sin condescendencias de ninguna clase con los diversos poderes, sin esconder sus intereses y sobre todo exigiendo información clara sin avalar a la propaganda como estrategia política.

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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