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¿TVN o el canal público digital?

Patricia Alrringo
Por : Patricia Alrringo Consultora en Nuevos Medios y Comunicación Estratégica. Periodista, de la Universidad de Santiago de Chile. MBA, Universidad Mayor. Gestora Cultural, experta en TV Digital y sus políticas públicas. En twitter @pattafox blog www.alrringo.cl
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Hoy, cuando vemos audiencias empoderadas, exigentes y un debate político paupérrimo, es el momento para pensar en una señal informativa 24/7, y no asustarse por pasar el canal 24 horas del cable a la TV abierta y, mediante esta, fortalecer el debate y la información para todos en condiciones de igualdad. Considerando que 24 horas ocupa el décimo lugar en el ranking –0,36– de los 15 canales más vistos del cable y único canal de noticias que figura en este.


Lejos de la misión de educar, informar y entretener, durante estos meses se ha visto la peor cara de la Televisión en periodos de catástrofes, justo cuando sigue su tramitación el proyecto de ley de TV Digital (TVD) y sigue sin comprenderse lo que esta implicará para las audiencias. Hoy, cuando al menos la mitad de los hogares chilenos están conectados a la TV por cable –entre un 40 y un 60%– y las cifras apuntan a la baja de la TV abierta, no deja ser preocupante lo que sucede en nuestra Televisión.

Con lo anterior, sin duda, los desafíos que deberá asumir Televisión Nacional con la llegada de la TV Digital son múltiples. Primero, por su cambio de giro establecido por ley deberá ser capaz de crear nuevos formatos, negocios y nuevas plataformas digitales que le permitan posicionar a la TV pública desde lo nacional a lo internacional. Más aún si TVN promedió un rating de 7.7 el 2013 y, en lo que va de enero al 06 de mayo, 7,6, situándolo en la primera posición de la TV abierta.

Segundo, la empresa pública tendrá que competir e innovar en el mercado mientras se masifican las plataformas online, como sucede con Netflix, Amazon Prime o Hulu Plus, por ejemplo. Internet se vuelve el desafío más competitivo; sólo a marzo de 2014 TVN tiene un millón 995 mil visitantes únicos, ocupando el lugar 15 del rating, y es el único canal de TV en este. Y, tercero, por las intenciones adelantadas vertidas por su nuevo Presidente, Ricardo Solari, en cuanto a dar señales concretas sobre lo que se espera de “el canal de todos los chilenos”, lo que supone garantizar la emisión de contenidos culturales y educativos.

La TV digital llegó para quedarse, aunque el proyecto de ley respectivo esté, a esta altura, obsoleto, porque el modelo impuesto por la realidad y no por la ley, permitirá la posibilidad de tener una TV segmentada gratuita para todos los hogares chilenos. Con las dos señales del espectro otorgadas por la ley de TVD de 6 MHz, donde cada una permite múltiples señales de definición SD. Se podrá también emitir señales HD, lo que deja claro que se podría levantar al menos un canal segmentado infantil con contenidos educativos, un canal educativo y uno cultural con fondos especiales del Estado y no concursables. Muchas voces le temen a una televisión pública y a su rol de informar, del mismo modo que a su cofinanciamiento desde el ámbito estatal, que va con el fin de ampliar la oferta y evitar la competencia por el rating.

[cita]Hoy, cuando vemos audiencias empoderadas, exigentes y un debate político paupérrimo, es el momento para pensar en una señal informativa 24/7, y no asustarse por pasar el canal 24 horas del cable a la TV abierta y, mediante esta, fortalecer el debate y la información para todos en condiciones de igualdad. Considerando que 24 horas ocupa el décimo lugar en el ranking –0,36– de los 15 canales más vistos del cable y único canal de noticias que figura en este.[/cita]

Junto a la transformación de la estación pública, se debe fomentar a la pequeña industria creadora de contenidos audiovisuales, en todo corte y formato, especialmente de interés regionalista. De este modo, se evitaría sacar programas de la parrilla como “El Reemplazante” o “Una belleza nueva”.

Hay que descentralizar y aumentar los canales regionales –otro desafío de la TV Digital y de TVN en particular–, además de dar participación a los pueblos indígenas y a los gobiernos regionales para mejorar su contribución a los temas culturales.

Hoy, cuando vemos audiencias empoderadas, exigentes y un debate político paupérrimo, es el momento para pensar en una señal informativa 24/7, y no asustarse por pasar el canal 24 horas del cable a la TV abierta y, mediante esta, fortalecer el debate y la información para todos en condiciones de igualdad. Considerando que 24 horas ocupa el décimo lugar en el ranking –0,36– de los 15 canales más vistos del cable y único canal de noticias que figura en este.

Para cumplir con todo ello, se debe generar un fuerte impulso estatal que permita alcanzar estos objetivos en señales segmentadas, fortalecer el proceso digital y a nuestra industria audiovisual, facilitar su distribución y alcanzar programas con calidad y contenidos de exportación, además de mejorar y proyectar la tan bullada señal internacional, que suma más de 15 millones de abonados en el mundo y un público de 35 millones de telespectadores, estando presente en 25 países de los 5 continentes y definida como cambio en prioridad por Ricardo Solari.

Finalmente, resulta esencial generar alianzas estratégicas para levantar señales de proyectos educativos, culturales y comunitarios de alto impacto, para reforzar la TV pública y que entregue un aporte en la programación que sea diferente al que puedan realizar los proyectos comerciales. Ese es el rol que deberá retomar la TV pública que se quiere proyectar.

Para que esta Televisión pública Digital funcione, como además lo mandató la Presidenta Bachelet, es indispensable realizar los cambios estructurales que vayan en la línea editorial, fundamentales para estos nuevos desafíos con los que se debe comprometer TVN Digital, desde el nombramiento de un nuevo director, nuevas funciones y la creación de un área especial para estos fines.

*Fuente cifras: TVN

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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