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¿Guerra contra contra las drogas o guerra contra los usuarios de las drogas?

Ibán de Rementería
Por : Ibán de Rementería Miembro de la Corporación Ciudadanía y Justicia y Vicepresidente de la Red Chilena de Reducción del Daño.
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Es esta guerra contra los usuarios de drogas la que está atentando gravemente contra la cohesión social porque es una guerra contra jóvenes que no han afectado ningún derecho de otros.


*Si bien entendemos la guerra como una metáfora para señalar el alto compromiso en contra de algo, como por ejemplo “la guerra contra las drogas”, no obstante, la guerra en su significado esencial, es el uso racional de la violencia, asimismo la violencia es el uso del dolor para doblegar la voluntad del otro. No necesito explicar aquí que los 60.000 muertos que le costó a México la guerra de las drogas en el pasado sexenio del Presidente Felipe Calderón, no han sido ninguna metáfora para los mexicanos, tampoco son metáforas los 30.000 muertos anuales que costó la guerra contra las drogas en Colombia y ni los muertos en Guatemala, El Salvador y Honduras, que es la zona más violenta del planeta, en términos de muertos por habitantes.

Hace unos días, en estas páginas Sebastián Huerta cuestionaba mi afirmación en cuanto a que en Chile “no tenemos un problema significativo de consumo de drogas”. He afirmado aquello porque el 96% de los habitantes en el país, entre 15 y 64 años, no ha usado ninguna droga en el último mes, en el caso de la pasta base de cocaína el 99,6% tampoco lo ha hecho, en cambio en alcohol el 50% lo ha usado en el último mes y en tabaco algo más del 40%, asimismo el 7% usa psicofármacos alguna vez al mes, en este consumo las mujeres son el triple que los hombres. En alcohol somos el país de más consumo por habitante de las Américas, superando incluso a los Estados Unidos de América.

En el caso del consumo juvenil cierto es que desde 1995 al presente algunos consumos se han multiplicado por dos y media veces. Y si bien es cierto que casi el 20% de los escolares han usado marihuana en el último año, lo grave es que entre ellos el 60% ha hecho uso de alcohol en igual período. Si vamos al consumo mensual entre los escolares, que nos indica la población en mayor riesgo de hacer consumos problemáticos, el 11,2% ha usado marihuana, el 1,5% cocaína y el 1.2% PBC, entonces si bien es cierto que los consumos juveniles de drogas han crecido mucho desde 1995, lo ha sido dentro de estos rangos de magnitud que no son alarmantes. Pero, lo preocupante entre los escolares es que el 35% ha hecho uso de alcohol en el último mes, tres veces el consumo de marihuana, y el 26% de tabaco. Hay otros detalles que son significativos, las escolares mujeres consumen mensualmente algo más de alcohol que los hombres, 34.9% v/s 34,6%, y en los colegios pagados se bebe bastante más que en los municipales, 44,1% v/s 31,6%, entre los escolares las mujeres, para bien y para mal, se han igualado con los hombres, asimismo, no parece ser la pobreza lo que lleva al consumo excesivo de alcohol.

Si bien, tanto para la población en general como para la población escolar, en el caso del consumo de alcohol y tabaco, las noticias no son buenas, en cambio, en marihuana, cocaína y PBC no son malas, sobre todo en estas últimas. Pero, también, hay otras buenas noticias, entre la población en general de quienes alguna vez usaron alguna droga el 74% las abandonó, en marihuana el 75% y en PBC el 77% también hizo abandono, la mala noticia es solamente el 17% de quienes usaron alcohol lo han abandonado y el 31% de los que usaron tabaco, en psicofármacos el abandono fue del 56%. Aquí nuevamente lo preocupante está en la dependencia del alcohol, tabaco y psicofármacos.

El tercer tema que me cuestiona Sebastián Huerta es aquel de la marihuana como puerta de entrada a otras drogas más duras, y como él reconoce aquí hay mucha controversia. Según su experiencia el 90% de quienes llegan con consumos problemáticos a la institución donde se desempeña habían usado marihuana, esos es así porque el 90% del consumo de drogas en Chile es consumo de marihuana, esta ha sido usada en el año por el 6,4% de la población y 7% uso cualquiera de ellas, de ella 2.2% uso cocaína, nuestra drogas dura, mientras el 69% alcohol y el 47% usó tabaco, más bien estas parecen ser las amplia puertas de entrada a las “drogas duras”.

Eso de la marihuana como puerta de entrada a otras drogas es una majadería conceptual, ya que la puerta de entrada a las drogas está en que culturalmente hemos aprendido que con su uso podemos manipular nuestros neurotransmisores –noradrenalina, serotonina, dopamina, etc.- y así controlar nuestros aburrimientos, tedios, tristezas, dolores, ansiedades y miedos. También hemos aprendido culturalmente que en estas prácticas de usar drogas asumimos los riesgos eventuales de la dependencia y la adicción, como sucede con el tabaco, el alcohol, las aspirinas y la TV. Los drogas son el síntoma de “nuestro malestar en la cultura” y del intento de controlarlo.

En drogas lo preocupante en lo inmediato es que so pretexto de proteger y promover la cohesión social se use el control penal para proteger la prohibición del consumo y la provisión de drogas. El concepto de cohesión social tiene una impronta autoritaria que se contraviene con la características sociales y culturales de diversidad y diferenciación, que solo puede ser gestionadas desde la solidaridad social, la tolerancia cultural, la reciprocidad económica y la participación política igualitaria en la construcción de lo común. En drogas nuestro principal problema no está ni en el consumo ni en su provisión mediante el auto cultivo, nuestro grave problema en drogas está en que cada año tenemos 85.000 personas detenidas por infracciones a la ley de drogas, el 55% de todos los detenidos por todos los delitos, de los cuales el 78% lo son por porte y consumo, solo el 18% por narcotráfico y el 1,9% por cultivos, de aquello los tribunales procesan 73.000 causas cada año, el primer lugar entre las causas por todos los delitos, de ellas 54.000 por porte y consumo, el 74% de todas las causas por drogas, solo 6,5% por tráfico y el 1,7% por cultivo. Y claro, más del 70% son causas contra jóvenes. Es esta guerra contra los usuarios de drogas la que está atentando gravemente contra la cohesión social porque es una guerra contra jóvenes que no han afectado ningún derecho de otros.

* Publicado en El Quinto Poder

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