Su rodilla la quebró la mafia directiva de Turín, para qué estamos con cuentos. Lo hicieron jugar tres veces a la semana con los meniscos quebrados, y filtrado. Le pagaron millones y, aún así, lo superexplotaron.
Quizás no, o quizás sí. Si Arturo Vidal es lo mejor que ha producido Chile en fútbol, está por verse.
Figueroa (también Quintano y don Raúl (Sánchez) ) fueron brillantes astros de la defensa. (Fifo) Eizaguirre el lateral más genial de la historia universal (de Chile). Jorge Toro el dueño del mediocampo, el más soberano, sobre todo si a sus espaldas tenia a Don Eladio (Rojas). Leonel, el dueño del lado izquierdo. Zamorano y Salas, cabeceaban como delfines, tal vez Chile nunca vuelva a tener un par igual. Por la derecha hay de sobras, me quedo con Pedrito Araya, y en alguna medida, con Alexis. Pero Vidal ha sido el más completo. De eso ya no hay duda
Póngalo usted donde lo ponga, siempre cumplió: en la derecha, en la izquierda, por la punta o por el centro, atrás y adelante. Hasta que en Juventus encontró su lugar: el de todo-campista. Chile no había tenido ninguno hasta ahora. Se dan muy a lo lejos. Ni Pelé ni Maradona lo fueron Pelé y Maradona si no eran 10s no eran nada. Di’Stéfano si lo fue. Mario Kempes, casi lo fue. Vidal lo fue, lo es y lo será. Pero le jodieron la rodilla, qué diablos.
Su rodilla la quebró la mafia directiva de Turín, para qué estamos con cuentos. Lo hicieron jugar tres veces a la semana con los meniscos quebrados, y filtrado. Le pagaron millones y, aún así, lo superexplotaron.
Sampaoli le dio el vamos, 14 minutos contra Irlanda. Sampaoli no tiene la culpa. Ni el cuerpo médico tampoco. Ni Vidal, menos. Es simplemente el entusiasmo que produce el fútbol, sueño de niños y sueño de grandes cuando nos negamos a abandonar al niño que una vez fuimos.
Yo diría, Don Sampa, guarde a Vidal para el próximo sudamericano. O para el próximo mundial. No se obsesione por dios, las ambiciones si no matan, joden.
En la duda llame a Rodrigo Millar quien siempre con su eterna modestia ha cumplido. Y cumplirá. No es un todo-campista, no es un astro que calienta multitudes, algo pasadito en su edad, es apenas un obrero eficiente del mediocampo; comenzó, no por casualidad, en Huachipato. Pero quien sabe, a la hora de la decisión, eso es lo que cuenta, Millar tendrá su momento. Sabe defender, sabe ordenar, sabe cambiar los ritmos, y hasta en un equipo de enanos como el que usted armó, tiene cierta estatura.
Llame a Millar. A Vidal, si juega – y es capaz de hacerlo- usted lo puede liquidar para siempre. Creo –es una intuición- si usted llama a Millar, no se arrepentirá. Vidal tampoco.
