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El Estado de la Revolución UP 2.0


Los chilenos no se han dado cuenta de la Revolución UP 2.0 porque rara vez la mayoría se da cuenta de algo. Sólo cayeron en la cuenta de la Revolución UP 1.0 cuando casi era demasiado tarde, y en su desesperación ante el inminente destino marxista-leninista tuvieron que irles a tirar granos de trigo a los antejardines de los militares y éstos entonces (en mala hora para ellos, y si no entiende por qué pregunte en Punta Peuco y en otros recintos donde están presos a lo largo del país) salvaron a Chile, lo reconstruyeron, modernizaron y convirtieron en “la joya más preciada de la corona latinoamericana” (Clinton).

Claro, la actual Revolución UP 2.0 tiene dos grandes diferencias con la 1.0: primera, que esta vez y por ahora no se va hacer mediante la violencia armada comunista-socialista-MAPU-IC de la otra vez ni con “los compañeros de tropa” cubanos del general de la Guardia; es verdad que todos sabemos que los comunistas tienen sus armas escondidas “por si las moscas”, como confesó Luis Corvalán, pero sólo las sacan excepcionalmente, como cuando a mí me dispararon con un M 16 en San Alfonso del Mar hace tres años y, tal vez por la falta de práctica, no me dieron; y segunda, que si bien igual la UP 2.0 va a ir expropiando tierras, establecimientos y propiedades privadas, lo hace y hará pagando, como lo estamos viendo en el anuncio de estatización de colegios del revolucionario Eyzaguirre y las confiscaciones de fundos en la Araucanía del revolucionario Huenchumilla. En este último territorio los agricultores están siendo privados de sus fundos pero, si antes no han perecido quemados, los entregan y se van de ellos enjugándose las lágrimas con billetes por mil doscientos millones de pesos, como el centenares de veces asaltado y amenazado René Urban. “Las penas con pan son menos”, reza la sabiduría popular.

Pues la actual UP 2.0 ha descubierto la piedra filosofal: les paga a los privados con la plata que les extrae a ellos mismos y extraerá mediante más impuestos. Así está obrando en la Araucanía y pronto lo hará en la educación y en las otras estatizaciones de la Revolución UP 2.0, que son, de acuerdo a lo que nos han anticipado o pide “la calle”, las de los derechos de aprovechamiento de agua, las de los buses del Transantiago, como lo pide la coordinadora comunista que encabeza el paro de buses de esta fecha y todas las demás que sobrevengan después de que la asamblea constituyente cambie la constitución “por las buenas o por las malas”, de manera que se pueda expropiar cualquier cosa por mayoría simple (ése es el único fin real de la reforma constitucional de la Revolución en curso).

A todo esto, se vuelve a dar el caso de que los comunistas formen parte de un gobierno y a la vez azucen a las masas contra él, como lo vimos en el referido paro del Transantiago, cosa que no sucedía desde que González Videla los llevó a su ministerio en 1946. Ello lo obligó a ponerlos fuera de la ley, cuando se cercioró de que estaban tratando de derrocarlo (Ley de Defensa de la Democracia).

Es todo lo que deseo comentar por ahora sobre el proceso revolucionario en curso y para mantener la continuidad de esta bitácora del Gobierno de Bachelet 2.0, que al cabo de sus cuatro años dará lugar a una edición de 700 páginas tal como la que, espero, desde el martes próximo estará a disposición del público sobre los cuatro años anteriores, bajo el título de “El Gobierno de Piñera”, en las mejores librerías.

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