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Subdesarrollo espacial en Chile

Héctor Gutiérrez
Por : Héctor Gutiérrez Ingeniero Civil Electricista (UTE 1975) M.Sc. in Satellite Engineering (UK 1994) Ingeniero Serie Proyectos FASAT Asesor Externo Aeroespacial Cámara de Diputados
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¿Qué hará falta para que Chile no siga despreciando el desarrollo espacial y en general la inversión en ciencia y tecnología?


El lanzamiento exitoso del satélite chileno en diciembre de 2011 desde la Guayana Francesa provocó un sentimiento de orgullo. Pero hoy es necesario transparentar las falencias que este éxito pone al descubierto respecto de la indolencia y poca responsabilidad con que Chile ha enfrentado el tema espacial.

Durante el Gobierno de la Presidenta Bachelet, se dio el gran paso de autorizar la compra del satélite en julio de 2008 a través de una licitación internacional, con fondos de la Ley Reservada del Cobre, con la condición de que fuera un proyecto dual, nacional. Lo anterior, apoyado por el funcionamiento de la Comisión Asesora Presidencial denominada Agencia Chilena del Espacio activada mediante el Decreto Supremo 0338 del 17 de julio de 2001, en los tiempos en que Michelle Bachelet era titular del Ministerio de Defensa Nacional, dejando la presidencia de la Comisión en la ex Subsecretaría de Aviación.

Para avanzar en la implementación de una Agencia Espacial civil, se hizo el intento de trasladar la Presidencia de la Comisión Asesora desde la Subsecretaría de Aviación a la Subsecretaría de Economía, lo que funcionó entre los años 2009 y 2011, año en que la Administración pasada la dejara inoperativa, sin presupuesto gubernamental y devolviéndola al Ministerio de Defensa.

Siguiendo una lamentable sucesión de errores de gestión y de implementación de una adecuada política espacial, el Gobierno del Presidente Piñera hizo intentos de entregarle la conducción de una Agencia Espacial a CIREN, dependiente de un Ministerio sectorial como es Agricultura, decisión que fue fuertemente cuestionada por el parlamentario DC Ricardo Rincón, entendiendo que este tipo de organización espacial de alta complejidad científica y tecnológica, debiera estar radicada en un Ministerio multisectorial y en lo posible bajo la supervigilancia directa de La Moneda. La importancia del tema espacial es muy alta. Basta ver el ejemplo de Estados Unidos, en que NASA depende directamente del Presidente, o en el Ministerio de Ciencia y Tecnología, en los países que cuentan con esta disponibilidad.

[cita]¿Qué hará falta para que Chile no siga despreciando el desarrollo espacial y en general la inversión en ciencia y tecnología?[/cita]

Después del intento con CIREN, nos enteramos por la prensa, a comienzos de 2012, que se había encargado a la Subsecretaría de Telecomunicaciones asumir la elaboración de una nueva Política Espacial Nacional y proponer una institucionalidad permanente, aprovechando otros cambios tecnológicos relacionados con la Agenda Digital nacional y la implementación de una Superintendencia de Telecomunicaciones en el Ministerio de Economía. En julio de 2012, nos entrevistamos junto al diputado Rincón con el subsecretario de Telecomunicaciones Jorge Atton, para solicitarle que al menos convocara a toda la masa crítica de expertos nacionales disponibles, para conseguir propuestas de carácter ciudadano, lo que no se logró.

Tratando de cumplir la tarea encomendada por el Presidente Piñera, SUBTEL sólo alcanzó a someter a una encuesta ciudadana entre septiembre y octubre de 2013, una propuesta de Política Espacial Nacional 2014-2020, con una bajísima convocatoria y difusión. Intentando relevar el tema espacial en Chile, se envió una carta al Presidente Piñera solicitando que impartiera instrucciones de manera transparente, para que, con participación de expertos chilenos, se lograra durante 2012 una propuesta de desarrollo espacial, que considerara un Proyecto de Ley para crear una Agencia Espacial, la respectiva Política Espacial Nacional, una definición de presupuesto y lograr una solución provisoria de consenso para la problemática inmediata. Se solicitó que incluyera el tema dentro de su mensaje del 21 de mayo de 2012.

Para finalizar la desastrosa gestión del tema espacial de la administración anterior, el Gobierno del Presidente Piñera promulgó el Decreto Supremo 0148 el 9 de octubre de 2013, mediante el cual se crea una Comisión Asesora Presidencial denominada Consejo de Ministros para el Desarrollo Digital y Espacial de Chile, dejando la Presidencia del Consejo en el Ministro de Transportes y Telecomunicaciones y la Secretaría Ejecutiva en la Subsecretaría de Telecomunicaciones, observando nuevamente que el área espacial se radica en un Ministerio sectorial, lo que no se justifica ni aun considerando una eventual posibilidad de adquirir un satélite de telecomunicaciones, lo que está sujeto a un proceso complejo de estudio de factibilidad.

Lo que llama aún más la atención, es la desprolijidad en el seguimiento del mencionado Decreto Supremo 0148, el que deja sin efecto el DS 0338 del 17 de julio de 2001 gestionado por Michelle Bachelet en su condición de Ministra de Defensa Nacional y de Presidenta de la República en su primer mandato, observando que la publicación en el Diario Oficial es realizada el 29 de marzo de 2014, asumiendo la continuidad de lo obrado en el pasado régimen…

Estimamos que es tiempo de valorar la importancia del uso de la tecnología espacial con fines pacíficos. Son conocidas sus aplicaciones en variados campos.

Para despejar cualquier duda sobre la alta actividad espacial sudamericana, hemos tomado conocimiento del envío al espacio del tercer nanosatélite integrado por una Universidad de Perú desde Rusia.  Ecuador y Colombia también han lanzado estos pequeños ingenios, que tienen importancia por cuanto fueron desarrollados por Universidades locales, cosa que aún no ha materializado Chile, esperando que la Universidad de Chile finalice su proyecto SUCHAI.

Después de la compra del satélite óptico de observación de la Tierra submétrico (70 cm de resolución espacial) que acaba de hacer Perú a Francia por unos USD 205 Millones, Chile ha descendido en el ranking espacial sudamericano al lugar 6 (de 10) sólo considerando el nivel de inversión en proyectos satelitales, después de Brasil, Argentina, Venezuela, Bolivia y Perú, todos los cuales ya cuentan con sus respectivas Agencias Espaciales, por más de 50 años en los casos de Brasil y Argentina

¿Qué hará falta para que Chile no siga despreciando el desarrollo espacial y en general la inversión en ciencia y tecnología?

Habiendo ya pasado 3 meses de la creación de la Comisión Asesora Presidencial Consejo de Ministros para el Desarrollo Digital y Espacial, que al parecer no se ha constituido, y estando en conocimiento de la modificación o derogación del DS 0148 en proceso y no obstante la buena disposición del Secretario Ejecutivo de este Consejo, el subsecretario de Telecomunicaciones, de asumir este reto tecnológico, estimo que la solución urgente y apropiada para este tema del Uso Pacífico del Espacio Ultraterrestre, es derogar el DS 0148 del 9 de octubre de 2013, ubicando el tema espacial en el Ministerio Secretaría General de la Presidencia y abriendo de inmediato una Unidad Técnica de Proyecto con un Presupuesto razonable para despachar una Política Espacial Nacional consensuada por la masa crítica de expertos ciudadanos en un plazo máximo de 6 meses y despachar un Proyecto de Ley al Congreso para iniciar el proceso de discusión de la creación de una Agencia Espacial Nacional. Esto permitiría elaborar desde ya un proyecto de presupuesto para 2015, que permita dar cumplimiento a los compromisos ya tomados por Chile a nivel internacional, coordinar un uso civil eficiente del actual satélite chileno Fasat Charlie, estudiar su próximo reemplazo de aquí a 3 o 4 años, disponer un estudio de factibilidad de un satélite de telecomunicaciones y efectuar las labores de punto focal en estas materias a nivel nacional e internacional, entre otras funciones urgentes.

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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