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¿Colaboracionismo crítico o entreguismo agudo?

Es así como se modela una reforma educacional que no integra a los principales actores sociales, generando anticuerpos principalmente en el profesorado, que se ve nuevamente marginado de una discusión que ya parece haber sido zanjada con la figura del “interventor”, un virtual síndico de quiebra, que no fortalece la educación pública pues no pone fin al Estado Subsidiario, principio que delega en los privados la tuición del saber, generando guetos de conocimiento segregados por estrato socioeconómico.


El “Nuevo Ciclo Político” que supuestamente entraña la Nueva Mayoría (NM) es defendido entusiastamente por el Partido Comunista y Revolución Democrática. Ambos figuran como apéndices que reviven el cuerpo ya pútrido de la coalición de gobierno, siendo operadores directos de las reformas, publicitándolas como verdaderas balas de plata frente a las trampas que Guzmán estipuló en defensa de la junta militar y los Chicago boys. Como genuinas respuestas a los requerimientos de “la calle”,  territorio que ambas colectividades dicen representar oficialmente, prometen que serán un “giro copernicano” que salvará a Chile del proyecto político de la dictadura.

Miguel Crispi, hijo de la ex Ministra del Trabajo de la primera administración Bachelet, Claudia Serrano, sociólogo, coordinador de RD y funcionario asesor clave en la reforma educacional de Eyzaguirre –trabajo por el cual es remunerado mensualmente, según Transparencia, con $ 3.683.793– denominó a la interacción de estos “apéndices” de la NM como “colaboracionismo crítico”, definición con la que se pretende explicitar la “venta” de un puente entre las verdaderas mayorías heterogéneas, que vienen luchando por dignidad hace décadas, y las viejas minorías hegemónicas.

Uno de estos tablones del “puente” es Juan Andrés Lagos, periodista, ex secretario general y actual miembro de la Comisión Política del Partido Comunista (PC), en primera instancia enviado directo de Rodrigo Peñailillo para ser asesor «en comisión de servicio» –trabajo por el cual es remunerado mensualmente, según Transparencia, con $2,400,000– al Ministerio de Educación. Esto, pese a que su experiencia en educación no es muy auspiciosa. Fue presidente del directorio de la universidad privada Arcis, la cual atraviesa por una grave crisis financiera que no ha repercutido en el cese de un sueldo que recibe como académico del plantel por más de $500 mil, a pesar de que en la universidad dicen que no hace clases hace más de dos años. Lagos, ahora fue nombrado como mano derecha del DC Andrés Palma, quien ya debutó con el escándalo del conflicto de interés protagonizado por su esposa, que debió renunciar a la sociedad consultora Kúa, que presta asistencia técnica y educativa a colegios municipales y subvencionados, uno de los puntos críticos con los objetivos de fin al copago, la selección y el lucro.

[cita]Es así como se modela una reforma educacional que no integra a los principales actores sociales, generando anticuerpos principalmente en el profesorado, que se ve nuevamente marginado de una discusión que ya parece haber sido zanjada con la figura del “interventor”, un virtual síndico de quiebra, que no fortalece la educación pública pues no pone fin al Estado Subsidiario, principio que delega en los privados la tuición del saber, generando guetos de conocimiento segregados por estrato socioeconómico.[/cita]

Es así como se modela una reforma educacional que no integra a los principales actores sociales, generando anticuerpos principalmente en el profesorado, que se ve nuevamente marginado de una discusión que ya parece haber sido zanjada con la figura del “interventor”, un virtual síndico de quiebra, que no fortalece la educación pública pues no pone fin al Estado Subsidiario, principio que delega en los privados la tuición del saber, generando guetos de conocimiento segregados por estrato socioeconómico.

A lo más y con un plazo demasiado amplio, la reforma educacional ofrece la compra de establecimientos que en su mayoría serán vendidos con grandes deudas de arancel que están quedando impagos, frente a la promesa de que serán absorbidos por el Estado. No hay nuevas reglas, y ni siquiera se parte por su desmunicipalización, sólo lo mismo de siempre: corrección a los vacíos y excesos del mercado, con lo cual no se consagra el clamor popular: derecho a la educación gratuita, pública y de calidad. La selección goza de buena salud por una ausencia total de fiscalización y el proyecto educativo construido localmente por sus protagonistas resulta ser el gran ausente.

Otros claros ejemplos de que el “colaboracionismo crítico” tiene en realidad la vocación de “entreguismo agudo”, es Javiera Parada, que desde el comando de Bachelet saltó al de Giorgio Jackson, y luego al de Marca tu Voto para direccionar en segunda vuelta las preferencias hacia quien, como candidata, y hoy como Presidenta, mantiene ambigüedades respecto al mecanismo con el cuál se plantea la reforma política. De esta forma, la Asamblea Constituyente (AC) sólo tuvo lógica una vez que se conoció su destino como Agregada Cultural (AC) de la NM en NY.

También tenemos a la parlamentaria de la “bancada estudiantil”, Karol Cariola, destituida en 2010 de su cargo de presidenta de la federación de la Universidad de Concepción por los mismos estudiantes, apareciendo constantemente cuadrada con los moderamientos del líder y tótem de los viejos estandartes, que desteñidos ya flamean tornasoles. Así Teillier manifiesta, con ese juvenil y bello apoyo, su marxismo presentado en sociedad, ahora negando la lucha de clases, aceptando por defecto la “democracia de los acuerdos” con la derecha para empujar la reforma tributaria y apostando por la “gradualidad” de un proceso que nunca veremos llegar a su clímax.

Es más, Cariola, a pesar de que la reforma tributaria no habla del cobre, no trepidó en citar en su defensa al Presidente Allende en la Cámara, siendo esta alegoría al socialismo una lamentable farsa que solapa la continuidad a toda prueba de las bases fundacionales del modelo neoliberal; la recaudación no ataca la inequidad. Por ejemplo, no disminuye el IVA –impuesto al ciudadano de a pie que recauda más del 50% de los fondos fiscales– y, por si fuera poco, rebaja el tributo del tramo de más altos ingresos, representado por el 1% de los chilenos. Además, no toca el gravamen a la minería que, a pesar de su rimbombante eslogan “Sueldo de Chile”, está privatizada en un 73% y nada más aporta un cuarto (25%) del tesoro fiscal, sumando los aportes de Codelco del orden del 13%. No es raro entonces que Jorge Awad, líder de los banqueros, le dé gustoso su apellido.

Hoy incluso la CUT, en la figura de Bárbara Figueroa, padece de entreguismo agudo en el tema del sueldo mínimo y, al igual que los casos anteriores, no se sitúa cerca de la masa crítica que palpita lejos de los domicilios políticos de la élite, de la cual, pese a todos sus esfuerzos de abajismo, tienen de forma hereditaria su código postal. Es así como Revolución Democrática y el PC, más que un “puente” son un “loop” que se retrotrae a sí mismo. De esta forma, el único diálogo posible es con su propio cuerpo político, es decir, con la Concertación, que revenida ellos mismos revivieron, rebautizándola como Nueva Mayoría.

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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