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Reseña

Joaquín Fernández Abara
Por : Joaquín Fernández Abara Licenciado y Magíster en Historia, Pontificia Universidad Católica de Chile. Investigador del CIDOC – Universidad Finis Terrae.
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Pablo Rubio Apiolaza: Los civiles de Pinochet. La derecha en el régimen militar chileno, 1983-1990. Dirección de Bibliotecas, Archivos y Museos – Centro de Investigaciones Diego Barros Arana, Santiago, 2013, 346 pp.

La derecha ha recibido una escasa atención por parte de la historiografía política chilena. Si bien importantes obras, como las de Verónica Valdivia y Sofía Correa, habían aportado visiones sobre la historia de la derecha en el siglo XX, faltaba una obra que analizara de manera más específica el desarrollo y las transformaciones de la derecha chilena bajo la Dictadura de Pinochet, y la complejidad que adquirió la relación de dicha corriente con el régimen imperante.

A esta tarea se ha abocado el historiador Pablo Rubio Apiolaza, quien en su libro Los Civiles de Pinochet, ha estudiado el desarrollo de la derecha en el marco de la Dictadura chilena, con énfasis en el período comprendido entre los años 1983 y 1990. El autor centra su mirada en organizaciones de la derecha como fueron el MUN, RN y la UDI, durante en el período, estudiando su evolución interna, las relaciones que se entablaron entre ellas y los vínculos que tuvieron con la dictadura de Pinochet. Así, evidencia como el surgimiento de agrupaciones políticas estables hacia el año 1983, complejizó la relación de la dictadura con sus bases de apoyo. Rubio sostiene que la Dictadura durante la década de 1970 pudo gobernar sin necesidad de negociar con los sectores civiles que le daban sustentación. En este sentido, y de una manera en nuestra opinión acertada, el autor sostiene que en las pugnas entre “duros” y “blandos”, los primeros habrían sido un sector con escaso poder y presencia en el gobierno. Sin embargo, con la irrupción de los partidos políticos en al década de 1980, la Dictadura se vio ahora enfrentada a un nuevo escenario, en el que debía tratar con grupos organizados que algunas veces tenían intereses contrapuestos entre si.

Si bien gran parte del texto se avoca a describir y analizar los episodios de conflictividad al interior de la derecha, el autor sostiene, de manera explícita, que la defensa de la dictadura, y especialmente “las grandes líneas de su proyecto político, económico y social” (p. 323), fue el elemento que unificó a la derecha en el período estudiado, proyectándose hacia los gobiernos democráticos posteriores y quedando en evidencia en las elecciones y en las coyunturas políticas críticas. El autor da cuenta de la complejidad de la relación de la derecha con el Régimen y como esta tensionó internamente a sus agrupaciones. Sin embargo, el autor sostiene que dichas diferencias habrían radicado en la evaluación de aspectos específicos del proyecto político de la dictadura – como era el caso de las leyes políticas y el grado de las limitaciones al pluralismo- o en los ritmos y tiempos de implementación de la transición, y no en torno a los elementos sustanciales del legado de la dictadura. En este sentido, al autor desecha las distinciones que han intentado mostrar las fisuras internas de la derecha como diferencias entre una derecha “democrática” y una “autoritaria”, supuestamente representadas por MUN-RN y la UDI. Por el contrario, Rubio evidencia que las diferencias entre dichas corrientes no fueron de principios, sino que se debieron a diferencias sobre como enfrentar coyunturas y problemas políticos específicos.

De acuerdo a su enfoque, el autor sostiene que las diferencias y tensiones vividas entre las agrupaciones de la derecha se deben en parte a que estas representaban culturas diferentes, con tradiciones y prácticas políticas distintas, que ya se habían mostrado en conflicto con anterioridad. De hecho, el propio autor señala que el MUN, heredero de gran parte de la derecha histórica y la UDI, que dio continuidad al gremialismo, actualizaron pugnas que ya habían tenido en la década de 1960, momento en que nacionales y gremialistas se habrían tenido mutua desconfianza y en que los segundos expresaron evidentes manifestaciones de desconfianza hacia el modo “tradicional” de hacer política que atribuían a los primeros.

De este modo, el autor deja en evidencia como las culturas e identidades políticas preexistentes se mantuvieron presentes en el tiempo. Pese a que la dictadura le dio coherencia programática a la derecha, a que permitió la emergencia de grupos juveniles como el gremialismo, y a que había “subordinado” a la derecha tradicional, las culturas políticas de los sectores que componían la derecha, previas al golpe de Estado, volvieron a emerger en la década de 1980, haciendo imposible que el gobierno alineara detrás suyo, y de manera coherente, al sector.

Hubiera sido interesante que el autor prestara mayor atención a algunas expresiones de carácter nacionalista vinculadas a la Derecha, como fueron Avanzada Nacional y el Frente Nacional del Trabajo. El estudio del fracaso de la primera organización dejaría en evidencia los dilemas vividos por las corrientes nacionalistas más extremas durante la dictadura, y un mayor énfasis en la descripción de la inserción de la segunda en Renovación Nacional habría complejizado aún más la comprensión de la lucha por los liderazgos en dicho partido. Sin embargo, se trata de críticas menores en el marco de un texto de gran calidad que viene a llenar un vacío historiográfico evidente.

Los civiles de Pinochet. La derecha en el régimen militar chileno, 1983-1990 es un libro fundamental para entender la historia reciente, que no sólo abarca de manera erudita y prolija el período estudiado, sino que además da luces para entender fenómenos políticos posteriores, que han marcado la política chilena durante los gobiernos democráticos.

(*) Texto publicado en Red Seca.cl

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