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Carrera Docente: análisis y propuestas desde la pedagogía


El proyecto de Carrera Docente presentado por el Mineduc apunta directamente a la formación inicial y continua de profesores, lo que constituye una buena noticia, pues se hace cargo de un diagnóstico ampliamente compartido de debilidad del sistema de formación actual, así como de la centralidad del rol docente en la calidad de la educación. Sin embargo, en la propuesta conviven dos lógicas de formación y desarrollo profesional docente que merecen ser revisadas: una basada en el conocimiento pedagógico y otra en los principios de la rendición de cuentas.

Respecto de la primera, consideramos que es necesario asegurar la coherencia entre las medidas y el conocimiento actualizado sobre pedagogía y formación docente. Respecto de la segunda, nos parece que atenta contra el logro de los objetivos declarados, pues puede derivar en la desprofesionalización, y por ende, acentuar la desvalorización de la labor docente.

Sobre formación inicial, una de las medidas es una prueba diagnóstica para profesores en formación, cuyos resultados retroalimentarían los procesos formativos. Junto con destacar la intencionalidad de diagnosticar en lugar de asociar los resultados a consecuencias, sugerimos evitar las restricciones de la evaluación a gran escala (preguntas de alternativas que se responden por memorización, incapacidad de evaluar procesos y disposiciones), así como la disociación artificial entre saberes disciplinarios y pedagógicos.

Proponemos que se evalúen los conocimientos en relación con los procesos de razonamiento propios de la profesión (planificar, enseñar, evaluar, reflexionar pedagógicamente), considerando las posibilidades del profesor novato. Lo anterior permitiría retroalimentar, y eventualmente mejorar, una formación basada en una concepción de la docencia como toma de decisiones contextualizada y sobre la base de distintos dominios de saber.

[cita] Este sistema de control, basado exclusivamente en pruebas disciplinares y portafolios de desempeño, no solo replica la disociación antes señalada entre los saberes de la profesión, sino que también afecta directamente la valoración de la profesión docente, pues perpetúa la concepción, propia de la lógica de rendición de cuentas, de que los profesores no son profesionales y de que son otros quienes están a cargo de certificar la calidad de su desempeño. [/cita]

En el caso de la formación en servicio, la propuesta revela una contradicción entre las lógicas que la originan. Por una parte, se orienta a fortalecer la iniciación de los profesores novatos en el sistema escolar, así como a contextualizar la formación, en una apuesta por la autonomía y la flexibilidad coherente con una visión actualizada de la docencia experta como ejercicio reflexivo que se adapta a la diversidad de estudiantes y contextos. Por otra parte, sin embargo, la propuesta considera un sistema de control externo incoherente con la apuesta antes descrita, pues desconoce el carácter profesional del docente, su autonomía y flexibilidad.

Este sistema de control, basado exclusivamente en pruebas disciplinares y portafolios de desempeño, no solo replica la disociación antes señalada entre los saberes de la profesión, sino que también afecta directamente la valoración de la profesión docente, pues perpetúa la concepción, propia de la lógica de rendición de cuentas, de que los profesores no son profesionales y de que son otros quienes están a cargo de certificar la calidad de su desempeño.

Queda fuera una serie de posibles medidas que fomenten la experticia de nuestro cuerpo docente, de modo de evitar el control externo y sus consecuencias. Entre otras, una política de becas de estudio en el extranjero para especializarse en formación docente y una institución estatal de formación de formadores que incorpore los resultados de la investigación nacional sobre enseñanza y aprendizaje, y que privilegie la preparación para enseñar en los contextos vulnerables, complejos y crecientemente diversos culturalmente de nuestro sistema escolar.

*Firman: Renato Gazmuri, Soledad Concha, Paola Miño, Sebastián Howard, Julia Marfán, Claudia Lagos, Liliana Ramos, Natalia Salas, Pilar Muñoz, Magdalena Aguayo, Paulette Andrade, Lorena Andrade, Sulvy Cáceres, Claudia Caviedes, Rut Correia, Óscar Errázuriz, Marcelo Garrido, Ana María Hernández, Felipe Kong, María Angélica Martínez, Asmara Ramírez, Víctor Rocha, Luz María Terán, Carla Varela y María Paz Vargas.
Académicos y académicas, Facultad de Educación, UDP

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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