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Doble viático parlamentario

Por: Ricardo Concha Gazmuri, embajador (r)


Señor Director:

En relación con la duplicidad de viáticos pagados a nuestros congresales, situación denunciada por un periódico nacional hace unos días, deseo expresar mi profunda sorpresa en cuanto a que dicha anomalía no haya sido advertida e informada por parlamentario alguno, así como que no se haya procedido a la devolución de las asignaciones erróneamente percibidas por ellos.

Qué duda puede caber que la ausencia de constatación de un sobrepago por quien lo obtiene, mueve a dudas y   genera comprensibles aprensiones sobre la ética y probidad del beneficiario. Sobre todo si se considera que estos pagos fueron cancelados durante un lapso bastante prolongado. De ahí que cueste creer que ningún parlamentario se percató de que estaba siendo pagado por funciones no cumplidas.

Sin embargo, lo que a mi juicio  resulta aún más sorprendente y censurable, es que, conforme a  lo trascendido hasta ahora, solamente Camila Vallejo y Giorgio Jackson han procedido a reintegrar los viáticos nacionales.  No es meritorio ni destacable lo que ellos han hecho, solo han cumplido con su deber de devolver lo que no les corresponde. De ahí que resulte aún más asombroso e inexplicable que el resto de los diputados y senadores que también recibieron dobles viáticos, permanezcan ajenos e impasibles ante una situación tan delicada como es la obligación moral y legal de reponer dineros fiscales mal habidos.

Claramente no es suficiente que a partir de las denuncias de prensa, el régimen interno de cada rama del Congreso Nacional haya resuelto poner término al pago de este doble viático, a contar del 1 de agosto próximo. Ese es tan solo un primer paso. De ahí que, mucho más allá de eso, resulte indispensable que la porción del dinero de todos los chilenos, erróneamente devengado por nuestros legisladores, sea pronta e íntegramente restituida al erario nacional. De otra manera, la ya dañada imagen pública del Poder Legislativo sufrirá un nuevo y severo revés. Nadie en Chile podría condonar una deuda de esta naturaleza. Menos aún a quienes son sus representantes políticos  y perciben ingentes salarios.

Por último, y a propósito del elevado viático diario (95.000 pesos) que debe cancelarse a los parlamentarios por el simple hecho de asistir al Congreso, ¿no sería ya hora de echar abajo uno de los últimos y más potentes símbolos de la Dictadura, como es la mantención de nuestro Congreso en Valparaíso?

Ricardo Concha Gazmuri
Embajador (r)

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