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Cómo atraer a docentes talentosos a trabajar en escuelas vulnerables

Sylvia Eyzaguirre
Por : Sylvia Eyzaguirre Doctora en Filosofía
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Para nadie son desconocidas las diferencias en los niveles de aprendizaje de nuestros alumnos producto del origen socioeconómico de las familias. Los resultados Simce de este año una vez más mostraron que las diferencias en el nivel de desarrollo de las habilidades matemáticas y de lectura entre niños de nivel socioeconómico bajo y alto bordean una desviación estándar. Esta inequidad en el desarrollo de las habilidades cognitivas en la etapa escolar repercute fuertemente en las oportunidades futuras de nuestros jóvenes, en primer lugar en el acceso a la educación superior, lo que a su vez determina de forma importante las posibilidades laborales y las remuneraciones futuras.

Cambiar este círculo es tal vez uno de los principales desafíos del país y para ello la educación puede jugar un rol importante. La literatura señala que la educación en los primeros años de vida de un niño es clave, especialmente para los más vulnerables, siempre y cuando esta sea de buena calidad. Por otra parte, la evidencia indica que el factor al interior de la escuela que más influye en el aprendizaje de un niño es el docente. Profesores de buena calidad pueden llevar a un niño del percentil 50 después de tres años al percentil 90 de desempeño, mientras que un mal docente puede perjudicar el desarrollo de un niño, provocando un descenso del percentil 50 al percentil 37.

Para avanzar en esta dirección debemos hacernos cargo de al menos tres aspectos fundamentales: fortalecer la educación parvularia, mejorar la calidad de los docentes y atraer a los mejores docentes a los sectores más vulnerables.

Actualmente se discute en el Congreso el proyecto de ley de carrera docente, que busca fortalecer la profesión docente y así atraer a jóvenes talentosos y con vocación a los estudios de pedagogía y retener a los mejores profesores en el aula. Si bien la propuesta del Gobierno en sus líneas generales está bien orientada, tiene falencias importantes que no garantizan su éxito. Una de las principales es la falta de incentivos para atraer a los mejores docentes a trabajar a las escuelas más vulnerables.

[cita] Si queremos atraer a docentes talentosos a sectores vulnerables, entonces debería crearse una bonificación solo para quienes demuestren mérito suficiente y con un monto atractivo. Para ello es necesario aumentar el monto de la asignación.[/cita]

El proyecto de ley crea una bonificación para todos los docentes que trabajan en establecimientos con alta concentración de alumnos vulnerables. El fin de esta bonificación no es atraer a los mejores docentes a trabajar en los sectores de mayor vulnerabilidad, sino compensar económicamente a todos los docentes, independientemente de su desempeño, por el mayor trabajo que implica trabajar en contextos de alta vulnerabilidad, de ahí su universalidad. Los montos de la bonificación son mayores en los niveles más altos de la carrera ($159.000 y $246.000 para docentes en el nivel superior y experto, respectivamente, con 14 años de experiencia y un contrato de 44 horas), bajos en los niveles inferiores de la carrera ($60.000, $66.000 y $102.000 para docentes en el nivel inicial, temprano y avanzado, respectivamente, con 14 años de experiencia y un contrato de 44 horas) y excesivamente bajos en los primeros años del ejercicio laboral ($7.500 mensuales a quienes comienzan su ejercicio profesional y $51.000 para quienes con 6 años de experiencia laboral ya se encuentran en el nivel avanzado).

Esto es un claro desincentivo para que jóvenes talentosos entren a trabajar a establecimientos con alto porcentaje de alumnos vulnerables y no es evidente que los incentivos en los niveles superiores de la carrera sean suficientemente atractivos para lograr que los profesores abandonen sus comunidades educativas para ir a trabajar a zonas geográficamente aisladas o de alta vulnerabilidad.

Si queremos atraer a docentes talentosos a sectores vulnerables, entonces debería crearse una bonificación sólo para quienes demuestren mérito suficiente y con un monto atractivo. Para ello es necesario aumentar el monto de la asignación, por ejemplo, que sea equivalente al 40 por ciento del sueldo del profesor (considerando RBMN, asignación por experiencia, BRP y Asignación por tramo), y poner exigencias que tengan relación con calidad: los docentes en el nivel de desarrollo inicial que tengan excelentes antecedes académicos (alto puntaje en la PSU, egresado de una universidad de buena calidad, buen puntaje en la prueba diagnóstica, etc.) y los docentes en el nivel avanzado que hayan obtenido buenos resultados en sus evaluaciones podrían recibir la bonificación por trabajar en establecimientos con alta concentración de alumnos vulnerables, así como también todos los docentes en el nivel Superior y Experto que se encuentren desempeñándose en escuelas con alto índice de vulnerabilidad.

En la siguiente tabla se pueden comparar los montos de la bonificación de la propuesta del Gobierno con la que se propone.

Comparación de la bonificación por ejercicio docente en escuelas con alta concentración de alumnos vulnerables (44 horas, Enseñanza Básica, pesos 2015)

tabla

Como puede observarse, la medida aquí propuesta eleva en casi 22 veces el monto de la bonificación propuesta por el Gobierno para los docentes noveles destacados, en 7 veces para los docentes que se encuentran en el nivel avanzado y en casi 3 veces para los docentes en los tramos superiores. El costo neto estimado de esta propuesta es de aproximadamente $144 mil millones anuales, equivalente a $237 millones de dólares anuales. Este monto puede variar en la medida que cambie la distribución de docentes por tramo de desarrollo que trabajan en establecimientos vulnerables. Si se elimina la bonificación por mención, que favorece principalmente a los docentes de Enseñanza Media, se podría ahorrar aproximadamente $91 mil millones anuales. Si se utilizaran estos recursos para financiar parte de esta propuesta, el costo de la misma se reduciría a $53 mil millones anuales, equivalente a $87 millones de dólares anuales.

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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