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En respuesta al presidente del Movimiento Gremial UC

Por: Francisco Vera, ex presidente Centro de estudiantes de Teología, 2014


Señor Director:

Durante esta semana he podido seguir por medio de este y otros medios de comunicación la postura del movimiento gremialista de la Universidad Católica, sobre la propuesta de reforma y financiamiento a la educación superior por parte del gobierno.

Más allá de la critica de fondo a la que parecen apuntar sus declaraciones, que se puede sintetizar en que los recursos que entregue el Estado no pueden estar sujetos a requerimientos que limiten de una u otra forma, la autonomía universitaria, como es el caso de la imposición del cogobierno en las instituciones de educación superior. Lo que llama la atención del discurso gremialista es la falta de seriedad y de respeto con que plantean su postura.

Pese a que el rector de la Universidad Católica, en más de tres ocasiones en las semanas anteriores ha manifestado con claridad su postura, incluso en conjunto con el rector del Duoc, el movimiento gremialista lo ha acusado públicamente de no ser lo suficientemente claro en la defensa de la autonomía universitaria, de correr el riesgo de “vender” a la UC por los recursos estatales, siendo que en ninguna de las intervenciones del rector se manifiestan, ni remotamente, los temores gremialistas. Mi pregunta es si los dirigentes del movimiento gremialista leen los diarios, o y espero que no sea así, si esta campaña responde simplemente a una estrategia electoral de cara a las elecciones de la Feuc, que los movimiento políticos en la UC ya comienzan a preparar, porque no se explica por otras razones.

Parecen no tener en cuenta los costos reales que implicarían para la Universidad renunciar al financiamiento estatal, y como esto perjudicaría al conjunto de estudiantes que se beneficiarían de la gratuidad en esa institución. Siendo que el contenido de las exigencias del gobierno aún no es claro, y se puede esperar de buena fe que el Gobierno reconsidere los requisitos de la gratuidad para que finalmente no terminen atentando contra la identidad de los proyectos educativos, que se expresa de modo propio en las formas de gobierno que cada institución elige libremente para sí.

Su preocupación por el actuar del rector no se planteó en las instancias correspondientes, ni en el Consejo Superior de la universidad por el presidente de la Feuc, Ricardo Sande, ni en el concejo de presidentes de la Feuc, por Vicente Ruiz Tagle, presidente del movimiento gremialista. Junto a estas ausencias no entregaron ninguna postura formal al Mineduc sobre la reforma en el plazo estipulado, dejando sin representación a los estudiantes de la UC en esa instancia de participación formal. Todas estas faltas hacen dudar de la intención del gremialismo.

La falta de seriedad es clara, de ahí que se pueda cuestionar la rectitud de sus intenciones ¿actúan de cara al bien de la universidad y de los estudiantes?

Pese a que el resto de los movimientos políticos de la UC se encuentran desarrollando campañas para mejorar la actividad política estudiantil (transparencia de financiamiento, buenas prácticas, campañas electorales responsables con el medio ambiente) ellos no sólo se han restado de propuestas en estas materias, sino que con este tipo de campaña, como la que han presentado esta semana, parecen más bien desarrollar las malas prácticas que el resto de movimientos trabajan por corregir.

Al ver esta campaña parece que la lógica que impera en la política gremialista es que el fin justifica los medios, de ahí que no ser fieles a la verdad de la actuación del rector parece no importarles, y no les parece grave sembrar confusión y desinformación en la comunidad estudiantil.

Su compromiso con el tema de fondo, la protección de la autonomía y del proyecto educativo, habría quedado más claro si no se hubieran restado de las instancias formales, y si se hubieran acercado al rector por los canales institucionales, a plantear sus inquietudes respecto de la materia y el modo en que la autoridad ha representado los intereses de la universidad.

Este tipo de actuación política sólo empobrece el debate y resta importancia a los temas de fondo que son los que importan. Sería de esperar que no fuera el mero afán oportunista, el que los impulsa a posicionarse públicamente del modo que lo han hecho, sino propiamente bien de la Universidad, junto a participar de un modo serio en la deliberación pública sobre el futuro de la educación en Chile. Pero su falta a la verdad, la nula participación formal en las instancias correspondientes y la imposición de un clima de desconfianza hacia la autoridad universitaria, hacen surgir serias dudas sobre su intención y la justicia de los medios que han utilizado.

Francisco Vera
Ex presidente Centro de estudiantes de Teología, 2014

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