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Eurabia

Giovanna Flores Medina
Por : Giovanna Flores Medina Consultora en temas de derecho humanitario y seguridad alimentaria, miembro de AChEI (Asociación chilena de especialistas internacionales).
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«Socavar el régimen del terror de Estado Islámico en Siria e Irak o sostener el gobierno de Bashar Al Assad, con miras a una transición pactada, son los bienes jurídicos de la balanza que teme a Eurabia. Una y otra estrategia son construcciones jurídicas de una lacerante ilegitimidad».


El derecho a la legítima defensa y Eurabia son las tesis que demuestran el retroceso de la Justicia Penal Internacional en el discurso europeo y, de paso, el restablecimiento del criticado derecho a la intervención de países en conflicto. El cuadrienio de guerra en Siria, tras varios fracasos del Consejo de Seguridad para intervenir políticamente ―donde Rusia y China han vetado cualquier plan acorde con la responsabilidad internacional de proteger―, hoy rememora la arbitrariedad con la cual se desactivaron las guerras del Golfo y la de Los Balcanes. Una involución de la política de Defensa y del derecho internacional que insiste en las caricaturas contra la OTAN, el servilismo de la ONU con EE.UU y los estertores de la caída del bloque soviético.

Eurabia es el neologismo que denuncia la islamización de Europa y que cada cierto tiempo emerge en el discurso de derechas. Una conspiración contra la cristiandad sostenida en la alianza de grupos subversivos e inmigrantes con vocación expansionista, quienes destruirían su cultura y el Estado de Bienestar con anuencia de una complaciente izquierda, son sus características más fundamentales. Concepto usado en la prensa desde los años 70’, remite su origen al nombre de una revista y sus visos conspirativos a la autora inglesa Giselle Littman, adquiriendo su mayor publicidad gracias a Oriana Fallaci en el 2006, tras los anuncios de la Alianza de las Civilizaciones.

Una década después, el mito o el riesgo de Eurabia, emerge como un instrumento transversal contra Estado Islámico y su propaganda, justificando la defensa extraterritorial de los intereses nacionales. Así lo plantean Francia e Inglaterra, paradójicamente precursoras de propuestas de paz para la zona, e incluso Alemania, la nueva cuna de los migrantes, cuando justifican sus ataques selectivos en las fronteras sirias y contraviniendo la normativa vigente, pues evitarían el retorno de los yidahistas y su influencia ideológica.

Socavar el régimen del terror de Estado Islámico en Siria e Irak o sostener el gobierno de Bashar Al Assad, con miras a una transición pactada, son los bienes jurídicos de la balanza que teme a Eurabia. Una y otra estrategia son construcciones jurídicas de una lacerante ilegitimidad.

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