Publicidad
La liturgia de Pablo Opinión

La liturgia de Pablo

Germán Silva Cuadra
Por : Germán Silva Cuadra Psicólogo, académico y consultor
Ver Más

Creo que el impacto de este caso para el partido de derecha será demoledor. Apenas logra aminorar el golpe la renuncia del líder gremialista. Hay que reconocer que su actitud es más adecuada que la de Novoa, pero el daño ya está hecho. Si en el partido –otrora el más grande de Chile– siguen pensando en las defensas corporativas, en “tirar la pelota” hacia el costado, en defenderse entre coroneles, en seguir venerando a sus próceres, en creer que los chilenos son todos menores de edad e ingenuos, la UDI estará condenada a desaparecer en menos tiempo del que creen sus dirigentes.


La UDI, más que un partido político parece una congregación religiosa. La “puesta en escena” utilizada por Longueira, en el mediático anuncio de su retiro, es la muestra más clara del estilo del conglomerado de derecha. Ritual conocido, solemne. La imagen del ídolo, del héroe, del martirio.

Partamos por el hecho de que el ex senador eligió la sede de la Unión Demócrata Independiente para su mea culpa que no fue. Simbólicamente, un respaldo explícito a uno de sus fundadores y rostro más emblemático de las últimas dos décadas. Pese a que su cuidado discurso intentaba conectar a la audiencia con el “dolor” de tener que partir, Longueira utilizó un tono agresivo, duro, desafiante. Más bien prepotente. Ninguna conexión entra las palabras y su actitud corporal.

Su relato careció de reconocimiento de errores, abundaron los autoelogios (“soy una persona honesta”), también las críticas a quienes han denunciado los bochornosos correos intercambiados con, a estas alturas, el Al Capone de la política chilena, para rematar con las peticiones a Dios para que lo ayudara a enfrentar un episodio que –dejó entrever– se acerca más a las prácticas normales entre sus colegas parlamentarios que a delitos. Longueira basó su defensa en el ataque. Una estrategia que apunta al control de daños iniciales, pero que reviste un alto riesgo en caso de que la justicia compruebe el más mínimo de los cargos que se le atribuyen.

Los aplausos, gritos de apoyo –“¡vamos, Pablo!”– y sollozos de fondo de sus encolerizados partidarios, me hicieron recordar otros lamentables episodios en que sacerdotes eran vitoreados y defendidos por sus feligreses, los que a la salida de los templos las emprendían contra “la prensa” acusándola de inventar conspiraciones.

Guillermo Ramírez y Juan Antonio Coloma realizaron vocerías simultáneas en Santiago y Valparaíso, recalcando la generosidad y valentía de Longueira. Pero ¡por favor! ¿Cuál fue el acto de valentía? Para usar ese calificativo, deberíamos haber esperado una actitud humilde y que el ex candidato presidencial se hiciera cargo de las acusaciones. ¿Cómo no se dan cuenta en la UDI que los chilenos ya no toleran más engaños, ni explicaciones poco creíbles? Ni siquiera han sabido leer señales que la ciudadanía está enviado hace tiempo y particularmente a ese partido. En la última encuesta Adimark obtuvieron apenas un 17 % de aprobación y quedaron por lejos como la tienda política peor evaluada. La negativa a que el Tribunal Supremo sancionara al condenado Jovino Novoa fue duramente criticada por todos los sectores, partiendo por sus socios en Chile Vamos. ¿Qué acaso nadie de los gremialistas vio el Festival de Viña del Mar?

[cita tipo= «destaque»]Guillermo Ramírez y Juan Antonio Coloma realizaron vocerías simultáneas en Santiago y Valparaíso, recalcando la generosidad y valentía de Longueira. Pero ¡por favor! ¿Cuál fue el acto de valentía? Para usar ese calificativo, deberíamos haber esperado una actitud humilde y que el ex candidato presidencial se hiciera cargo de las acusaciones. ¿Cómo no se dan cuenta en la UDI que los chilenos ya no toleran más engaños, ni explicaciones poco creíbles?[/cita]

Cero autocrítica de don Pablo. Ninguna respuesta frente a las graves acusaciones que enfrenta, no de la prensa, sino de la justicia, la que no solo lo indaga por recibir más de ¡un millón de dólares! de manera irregular, sino también sumó una nueva arista investigativa por posible cohecho. ¿Es posible que una persona que recibe 700 millones no se sienta, al menos, en deuda con quien le hace ese aporte? ¿Es una conducta adecuada que un senador de la República reciba una carta “redactada” y simplemente la reenvíe para ser incorporada en un proyecto clave para la recaudación fiscal posterremoto? ¿No es curioso que un legislador reciba aportes intelectuales de parte de un ejecutivo de una empresa para incluir en una ley, sin que este piense que va a obtener un beneficio? ¿O a la larga lista de irregularidades, facturas falsas, “complementos” de sueldo y otros tenemos que sumar la “filantropía legislativa” de SQM? Cuesta creer que “Pato” Contesse (para los amigos…) tuviera como hobby oculto el pensar en contribuir a la construcción de mejores leyes para Chile…

Volvamos a la UDI (¿el “popular” todavía lo usarán?). Creo que el impacto de este caso para el partido de derecha será demoledor. Apenas logra aminorar el golpe la renuncia del líder gremialista. Hay que reconocer que su actitud es más adecuada que la de Novoa, pero el daño ya está hecho. Si en el partido –otrora el más grande de Chile– siguen pensando en las defensas corporativas, en “tirar la pelota” hacia el costado, en defenderse entre coroneles, en seguir venerando a sus próceres, en creer que los chilenos son todos menores de edad e ingenuos, la UDI estará condenada a desaparecer en menos tiempo del que creen sus dirigentes.

Todo el mundo tiene derecho a decir que es inocente. Longueira también. Pero cuando los hechos no solo se ven “feos”, sino que perecen ser bastante delicados, al menos conviene tener la humildad de decir: “Quizás cometí un error”.

Un apunte final. Creo que esta vez, Insulza tendrá un repentino interés de solo hablar de La Haya por un tiempo. Cómo estará arrepentido del apoyo que le dio a su colega hace unas semanas. Así sea.

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
Publicidad

Tendencias