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Todos podemos llegar a necesitar un trasplante

Por: María Bernardita Celis, Coordinadora Formación Integral, Docente asociada a IPSUSS, Universidad San Sebastián


Señor Director:

Cerca de 11 años han pasado desde que me comentaron que debía recibir un trasplante de riñón-páncreas o entrar a diálisis para continuar viviendo. De golpe me vi enfrentada a una realidad que durante toda mi vida había sido lejana a mí: era donante pero no tenía mucha información de cómo funcionaba el sistema.

La realidad actual no ha variado mucho en estos últimos años; continúan apareciendo casos en televisión de personas que necesitan ser trasplantadas, pero la verdad es que hay más de mil personas en la lista de espera nacional y los donantes no han aumentado. Desde esta perspectiva, se podría decir que haber esperado sólo dos años en diálisis para ser trasplantada y tener una vida normal gracias a esto, es un gran privilegio.

Si todos podemos llegar a necesitar un trasplante el día de mañana, ¿por qué continúa siendo una problemática secundaria en el país?, ¿por qué no es algo relevante para conversar en familia, grupos de amigos y sobre todo para ser abordado en el ámbito educacional?

A pesar del cambio en la ley de donación de órganos y de las campañas publicitarias que se han realizado, continúan existiendo creencias erróneas en torno a esta temática y negativa familiar al momento de tomar la decisión de donar los órganos de un ser cercano. Si con mi experiencia de vida varios de los que me rodean, que no eran donantes, cambiaron de opinión sólo por recibir mayor información y verificar que se puede confiar en el sistema de salud y, que muchas de sus creencias se debían al desconocimiento, quiere decir que lo que hace falta es acercar esta problemática a todos los ciudadanos y hacerlos partícipes activos.

La donación y trasplante de órganos es un tema atingente no sólo a algunos profesionales de la salud, sino que para todos los chilenos, puesto que todo individuo debe decidir en vida si donará o no sus órganos después de morir, y para poder hacerlo es necesario que tenga conocimiento sobre lo que significa y cómo funciona este proceso.

Para crear conciencia y confianza es necesario implementar un plan de educación continuo en los sistemas educacionales, desde la enseñanza prescolar hasta la universitaria.

De mi experiencia, trabajando en el área de Formación Integral en Educación Superior, es que se aprecia la necesidad y la importancia de formar profesionales de manera integral, donde no sólo se destaque lo disciplinar, sino también la formación en valores, fomentando la responsabilidad social y el comportamiento ético en el actuar para que sean personas que busquen el bien común.

Si se aborda la donación y trasplante desde esta perspectiva, habrá profesores, médicos, periodistas, abogados, entre otros profesionales, que en su diario vivir tendrán pleno conocimiento sobre la donación y trasplante de órganos, sabrán cómo actuar y serán los principales gestores de cambio al derribar los mitos existentes en la sociedad.

Cercana a cumplir 9 años de haber sido trasplantada, no puedo olvidar a todos los enfermos que aún continúan esperando esta segunda oportunidad para seguir viviendo, y a todas las familias que acompañan a estas personas, pues es una problemática que no sólo afecta a un individuo, sino que a todo el contexto que lo rodea. Así, hay más de mil familias que están afectadas en nuestro país y que día a día esperan que llegue un milagro.

María Bernardita Celis
Coordinadora Formación Integral
Docente asociada a IPSUSS
Universidad San Sebastián

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