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¿Por qué las personas caen en fraudes financieros como los esquemas piramidales?

Carlos Maquieira
Por : Carlos Maquieira Ph.D. Decano Facultad de Administración y Negocios Universidad Autónoma de Chile.
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«La inteligencia cognitiva no asegura la capacidad de tomar buenas decisiones. Esta es la diferencia entre inteligencia y racionalidad, la primera no asegura la segunda. Esto se da especialmente en personas con alto coeficiente intelectual pero que de mercados financieros no entienden por razones de formación profesional».


Hay varios que señalan que la caída de las personas en este tipo de fraude financiero se debe a la codicia y el deseo de realizar retornos rápidos y altos de sus inversiones. Cuando alguien critica esta situación de inmediato puntualiza que no puede creer que estas personas hayan sido tan irracionales.

Resulta ser que ya hace algunos años el premio nobel Robert J. Shiller escribió al respecto refiriéndose a la “irrational exuberance” que consiste en burbujas especulativas en que las personas realizan altas ganancias y le cuentan a otros de los magníficos resultados que han obtenido, frente a lo cual los otros se sienten atraídos a invertir. Por otro lado, en psicología se puede explicar la conducta a través del modelo de  “human gullibility” (candidez humana).

En este sentido actúan cuatro factores para determinar la conducta: situación, inteligencia cognitiva, personalidad y emociones.

El primer factor tiende a ser muy relevante cuando existe una alta presión social para invertir, por ejemplo los amigos o familiares están obteniendo altas ganancias y el individuo en cuestión está quedando fuera de ese grupo de “ganadores”.

Además, esto se ve agravado por el hecho de tener como intermediario a una firma de prestigio en el mercado o bien a un intermediario prestigioso. La persona que está pensando en su pensión, espacialmente en un país donde la pensión esperada es baja entonces también se sentirá motivada a buscar una rápida rentabilidad por sus recursos, entrando en este tipo de esquema por un período corto para lograr su objetivo de pensión esperada.

Por su lado, la inteligencia cognitiva no asegura la capacidad de tomar buenas decisiones. Esta es la diferencia entre inteligencia y racionalidad, la primera no asegura la segunda. Esto se da especialmente en personas con alto coeficiente intelectual pero que de mercados financieros no entienden por razones de formación profesional. Por lo que la tendencia de ellos es confiar en alguien que tenga los conocimientos del área y hacer un acto de fe.

En cuanto a la personalidad dependerá si estamos hablando de personas confiadas o desconfiadas, las primeras de ellas son las susceptibles de ser engañadas.

Finalmente, en cuanto a las emociones, la persona se ve motivada por obtener una alta ganancia y así incrementar su riqueza. Si la persona es muy ambiciosa entonces se verá atraída por propuestas con alto nivel de retorno.

A mi entender queda mucho por estudiar de este tipo de fenómeno pues el primer escándalo de este tipo fue en EEUU realizado por Charles Ponzi en 1919. Ya han pasado casi 200 años y continúan apareciendo estos casos en el mercado internacional. En este caso Chile no es la excepción.

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