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Política de Salud Mental y el SENAME

Por: Cristián González Alarcón Coordinador Interno, Coordinadora de Centro de Estudiantes de Medicina., Universidad de Chile


Señor Director:

Actualmente los problemas del SENAME han estado en el centro de la discusión, y dentro de ellos ha llamado la atención la alta tasa de problemas de salud mental como también el abuso de psicofármacos. Las cifras estiman que en los centros de la Región Metropolitana se utilizarían 126 mil dosis por año, las cuales en su mayoría sin un seguimiento profesional y con el objetivo de evitar comportamientos disruptivos de menores en alta vulnerabilidad y con condiciones de hacinamiento dentro de los centros.

El SENAME, es un icono de como la sociedad trata a grupos marginalizados y la visión extrema de los problemas en salud mental nacional. Por una parte, la sociedad ve en los jóvenes vulnerables la “anormalidad” y los controla en centros con énfasis carcelarios, para mantener su control fuera de la sociedad “normal” generando la marginalización de este grupo y manteniendo un modelo manicomial y hospitalocéntrico de salud mental. Por otra parte, el control de niños y niñas vulnerables mediante psicofármacos evitando un análisis de los factores de riesgo y los determinantes sociales es una imagen de la salud mental en Chile.

Un estudio del año 2012 muestra que existe una prevalencia de trastornos mentales en niños y niñas entre 4-11 años de un 27,8% y en adolescentes entre 12-18 años de un 16,5%, junto con esto en nuestro país se encuentra una de las tasas más elevadas de suicidio infantil de la OCDE. Además se observa que mayores niveles de desigualdad se traducen en una mayor prevalencia de trastornos mentales, donde los grupos de menores ingresos socioeconómicos concentrar la mayor prevalencia.
Los problemas del SENAME, es la consecuencia de la ausencia de una política de salud mental y la parte visible de la gran epidemia de trastornos mentales. Manteniendo el enfoque en el tratamiento de los trastornos, y no en la prevención de los determinantes sociales solo aumentara la prevalencia de los trastornos y el gasto de bolsillo de psicofármacos.

Cristián González Alarcón
Coordinador Interno
Coordinadora de Centro de Estudiantes de Medicina.
Universidad de Chile

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