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La autonomía de la rectora Pey

Por: Martin Baudet, Presidente Movimiento Gremial UC


Señor Director:

La situación de la rectora Pey ha abierto el debate sobre la autonomía universitaria, un principio rector básico del conocimiento y el desarrollo de la ciencia. A pesar del rechazo categórico de distintos sectores ante esta situación, el caso esconde implicancias que toda comunidad universitaria debiese estar al tanto.

¿Puede el ministro de educación de turno remover a voluntad al rector de una universidad estatal? Por supuesto que no. La institución universitaria en función de su naturaleza es ante todo una comunidad de profesores y alumnos cuya misión fundamental es la creación y extensión del conocimiento. Esta comunidad, como cualquier sociedad intermedia, requiere gozar de autonomía para escoger y, posteriormente, alcanzar sus fines. La destitución de un rector por su discrepancia con la voluntad y opinión del poder político de turno es una violación absoluta y vergonzosa a la autonomía de aquella comunidad universitaria, y por consiguiente, genera vulnerabilidad en cuanto a los lineamientos que dicha comunidad desea perseguir.

La situación de la rectora si bien parece clara esconde otros problemas muy importantes a considerar. El primero es que, dentro de todo, la renuncia que le pide la ministra a la rectora –en primera instancia- no está fuera de lugar ya que el único mérito (independiente en este caso de su trayectoria académica) para su nombramiento fue el de poseer la confianza del gobierno, una vez perdida esta confianza –el mérito para ser rectora- ya no tiene sentido que lo siga siendo. Lo anterior muestra que la fundación de esta universidad ya posee problemas de origen.

Chile posee una cantidad considerable de académicos de calidad con los cuales se podría trabajar en un proyecto como este de manera transparente. Una de las opciones podría ser un concurso público (con un jurado académico) y la segunda podría ser el trabajo en conjunto de todas las universidades del país eligiendo miembros para constituir esta comunidad académica necesaria en toda alma mater. De esa forma, la autoridad del rector en potencia emanaría del reconocimiento de sus pares académicos –de la ciencia- y no de la voluntad del poder político, o sea, el gobierno de turno. La forma en la que ha trabajado este gobierno un proyecto como este ha sido vergonzosa, como en muchos otros ámbitos en estos 2 años.

Este problema no puede ser indiferente para nosotros, puesto que, el hecho que un gobierno de turno intente interferir de esta forma en una Universidad se transforma en una amenaza latente contra el sistema universitario en su conjunto y por consiguiente contra nuestra Universidad. Es necesario abrir el debate sobre la real autonomía universitaria y consagrar este elemento para salvaguardar el adecuado avance de la ciencia, y no que este avance se vea comprometido por la opinión del poder político de turno.

Martin Baudet
Presidente Movimiento Gremial UC

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