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Malabares del Mineduc

Por: Ruth Espinosa, Carolina García, Max Ortúzar, Luis Placencia, Gastón Robert, Jorge Torres, Emilio Vicuña


Señor Director: 
Los firmantes de esta carta se oponen a la propuesta del MINEDUC (aún no emitida formalmente) de eliminar la asignatura de Filosofía del plan común de tercero y cuarto medio para los colegios científico-humanistas. Ésta no es una defensa gremial de los que ejercen profesionalmente la Filosofía en Chile. Suscriben este alegato quienes se oponen a la decidida mutilación de las humanidades en la enseñanza escolar en Chile, como si su escuálido estado actual no fuera ya preocupante. Nos dicen, sin embargo, que no nos alarmemos. La propuesta contempla trasladar Filosofía a “Formación Ciudadana”, que a fin de cuentas “igual parte de los fundamentos de la Filosofía”.

No cabe duda de que la propuesta de los comisionados del MINEDUC no deja de ser síntoma de una manera de concebir la educación en general. ¿Vale la pena repetirlo? La rampante tecnocratización de esta última o, vamos al fondo, la sujeción de la capacidad de pensar a saberes técnicos tiene convertidas a muchas universidades, en la práctica, en centros de acreditación profesional. Otras, zafando, tienen a sus profesores de Filosofía enseñando business ethics, como si la ética en los negocios no fuera algo de sentido común. Digamos que la situación sería menos alarmante si el pensamiento crítico, que por cierto no es patrimonio exclusivo de la Filosofía, se explotara en otras asignaturas.

Pero sabemos que la dependencia, directa o indirecta, entre la captación de recursos por parte de los establecimientos y su desempeño en pruebas estandarizadas obliga a los docentes a dedicar más horas del plan de estudios a asignaturas que luego se “miden” en función de la reproducción de información. Distinto sería, también, si tuviéramos la ventaja de contar en el sistema universitario con programas de formación basal donde una parte sustancial de los estudiantes tuviera la oportunidad de al menos rozar esta disciplina, como sí existe en otros países.

Estamos en Chile, y al tiro de gracia que se le quiere dar a la Filosofía se suma, de nuevo, el de Historia, a la que se pretende “fusionar” con Ciencias Naturales, al margen de lo que debamos entender por eso. El argumento de que en el mundo de hoy es preferible tener más horas de inglés antes que estudiar Filosofía es entendible. Con ello, sin embargo, el tratamiento en el aula de cuestiones de decisiva importancia, cuyo valor no reside en algo distinto de sí mismas –como ¿existe una fundamentación última del conocimiento?, ¿se reduce lo mental a lo material?, ¿qué nos hace específicamente humanos?, ¿qué significa llamar a algo verdadero?, ¿qué es demostrar?, ¿qué es un derecho?, ¿por qué cooperamos para formar sociedades?, por nombrar sólo algunas– queda a la deriva bajo la tutela de “Formación Ciudadana”. Detrás de esto, pierde la misma sociedad que, por la improvisación de pocos, se priva de herramientas básicas para entenderse a sí misma. Manifestamos nuestra inquietud por esta medida y estimamos que nos debemos, al menos, una inescapable reflexión pública.

Ruth Espinosa, Departamento de Humanidades, UNAB
Carolina García, Profesora de Filosofía, Colegio San Rafael, Lo Barnechea
Max Ortúzar, Profesor de Filosofía, fundador Colegio CREE, Cerro Navia
Luis Placencia, Departamento de Filosofía, U. De Chile
Gastón Robert, Doctorando en Filosofía, King’s College London
Jorge Torres, Doctorando en Filosofía, King’s College London
Emilio Vicuña, Doctorando en Filosofía, The New School

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