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Marea Roja: informe inconsistente con la incertidumbre y la tragedia ambiental y social de Chiloé Opinión

Marea Roja: informe inconsistente con la incertidumbre y la tragedia ambiental y social de Chiloé

Tarsicio Antezana J.
Por : Tarsicio Antezana J. Dr. M.Sc. y Ph.D en Oceanografía, U. de California y Biólogo Marino, U. de Chile. Presidente de la Asociación para la Defensa el Ambiente y la Cultura de Chiloé. (www.adacchiloe.cl)
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Comité de Expertos elude las causas de la magnitud y extensión de la Marea Roja, de la mortandad de mariscos y la eutroficación del Mar Interior, e intenta descartar el efecto del vertimiento de salmones y de los impactos de la Acuicultura. Para la Academia de Ciencias, sin embargo, el Comité y el Informe son un hito en la relación entre ciencia y sociedad.


El Grupo de Expertos encargado de “estudiar el fenómeno de la Marea Roja, determinar sus causas y el vínculo con el vertimiento de salmones, aseguró en el Informe Preliminar, del 18 de agosto, que el vertimiento de 4 mil toneladas de salmones muertos efectuado a 75 millas náuticas al oeste de la costa de Chiloé, no tuvo relación directa con las floraciones de algas nocivas en la regiónAunque detectaron un foco de alta concentración de amonio en el lugar del vertimiento y de acuerdo al “escenario meteorológico y oceanográfico descartaron un transporte hacia la costa de los nutrientes generados por la descomposición de salmones vertidos mar afuera”.

Sin embargo, entre el período del vertimiento (14-23 de marzo) y el crucero de 5 días iniciado el 27 de mayo, transcurrieron dos meses, y el océano está lejos de ser estático e invariable en esa zona. Por tanto, si bien el informe pudiera descartar el vínculo entre vertimiento y “origen” de la Marea Roja, no nos parece sustentable el intento de “descartar del todo” que el “escenario meteorológico y oceanográfico” que fundamentó su conclusión, no pudo variar.

Si se acepta que pudo variar, el transporte de la masa contaminante pudo tener otra dirección y destino, y haber sido causa o condición adicional o principal para explicar la magnitud, extensión y toxicidad de esta Marea Roja.

En efecto, estas características fueron destacadas por los mismos participantes antes del crucero, al decir que “vamos a ir a la zona donde hubo el vertimiento de salmones, vamos a tomar muestras de diversos tipos con el fin de tratar de ver si hay alguna relación con el florecimiento de algas» y “las razones más plausibles por las cuales se dio este fenómeno, con la magnitud que ocurrió en el sur de país”.

Desafío extraordinario para un improvisado y único crucero de 5 días, ya que si bien la Marea Roja corresponde a un florecimiento masivo de alguna especie de alga nociva, surge como resultado de múltiples y complejas interacciones en un ambiente cuya estructura y funcionamiento son intrínsecamente complejas y variables. De hecho, se produce un cambio tan caótico en toda la comunidad planctónica, que la gran diversidad natural de especies en equilibrio transiente, su productividad y la trama trófica que sustentan colapsan drásticamente, debido a la competitividad poblacional y dominancia de una sola especie de altísima toxicidad.

Por tanto, es la comprensión integral o ecosistémica de este fenómeno, con las adaptaciones fisiológicas de esas microalgas, su crecimiento poblacional y su impacto en la comunidad pelágica, lo que podría permitir su predicción o prognosis.

Por eso que los simples monitoreos de parámetros y variables ayudan, pero están lejos de ser suficientes y acertados como estrategia de pronóstico de Mareas Rojas. Más aún cuando estos monitoreos no han considerado la concentración de amonio, compuesto orgánico que favorece el crecimiento poblacional de Alexandrium catenella y gatilla mareas rojas, las intensifica y aumenta su toxicidad (según amplia literatura extranjera).

Reconociendo el prestigio de la Academia de Ciencias y de los científicos a cargo del crucero en sus especialidades (que, salvo excepción, no son las mareas rojas) el Informe Preliminar en referencia:

1.- No responde al objetivo focal, que fue “estudiar el fenómeno de la Marea Roja y determinar sus causas y el vínculo entre el vertimiento de salmones y el fenómeno de floración de algas nocivas”. Este no se redujo entonces a descartar el vínculo entre Marea Roja y vertimiento, sino que fue entendido o debió entenderse como el de determinar las causas que explicaran su intensidad, magnitud, extensión, toxicidad y eventualmente su permanencia o recurrencia. El Informe los elude y se reduce a descartar el vertimiento como origen de la Marea Roja, aunque la Marea Roja preexistía y ha existido aun antes de la industria acuícola.

2.- El Informe evita referirse a causas naturales esgrimidas a priori y sin datos locales por el Gobierno y parte de la academia para explicar la magnitud de esta Marea Roja, tales como el Cambio Climático Global, Acidificación del Océano y El Niño. Se habría esperado que el Informe Preliminar hubiera sustentado o descartado la aseveración, incluso la de una experta al terminar el crucero, de que “la Marea Roja junto con El Niño estaban en retirada”. Se trata de una confusa y no resuelta polémica porque alternativamente muchos científicos han evidenciado y la ciudadanía presume que el incremento de nutrientes y especialmente el amonio y la eutroficación son condicionantes significativos de las mareas rojas, además de otras condiciones oceanográficas locales, como la estabilidad de la columna de agua, y de una gran diversidad de otros factores independientes de esos fenómenos globales.

3.- El Informe elude referirse además: al Mar Interior, a la concentración y distribución de nutrientes (y amonio en especial), y desde luego elude referirse a la eutroficación del Mar Interior y Exterior de Chiloé y cualquier otro impacto ambiental (o ¿social?) de la gran empresa acuícola. Más aún, el Informe elude el vínculo del vertimiento de salmones y las mortandades de peces y mariscos que, aunque no estaba entre los objetivos señalados por el Gobierno, es todavía motivo de confusión, preocupación e indignación de parte de la ciudadanía.

4.- El Informe elude también cualquier relación de la Marea Roja y de las condiciones encontradas en ese crucero con la estructura de la comunidad pelágica, bentónica, trama trófica, etc., etc., lo que habría sido consistente con una investigación con visión integral de tan complejo sistema. Los estudiantes y expertos en biología marina y sobre todo en oceanografía así lo entienden desde muy temprano en su formación; confiamos en que no escapará a los expertos y se resolverá en el Informe Final.

[cita tipo= «destaque»]¿Dónde está el Informe del grupo de expertos en ciencias económicas y en ciencias sociales de la Academia de Ciencias? ¿Cómo no haber dispuesto un plan de continuidad inmediata para estudiar el seguimiento de la Marea Roja? ¿Dónde está el grupo de expertos permanente y dedicación preferente para los estudios del Mar Interior? ¿Cómo se refleja, al fin, la función orientadora de la ciencia y de la academia que les cabe sobre la economía, la política y el desarrollo de la nación? Esperemos que este hito entre ciencia y sociedad derive en un plan sólido y a largo plazo para la investigación y la formación de excelencia en Chiloé, que oriente un desarrollo sostenible, privilegiando la identidad y la cultura a través de una eficaz participación de sus comunidades y pueblos originarios.[/cita]

5.- El informe elude mencionar los supuestos de las hipótesis de trabajo que se habrán planteado y las limitantes en la etapa de experimentación y análisis de datos y resultados. Ellas son necesarias para entender y aceptar la drasticidad de la conclusión de descartar del todo el vínculo de vertimiento y marea roja.

El Informe se basa en un “escenario meteorológico y oceanográfico», dado por el viento predominante en el periodo del vertimiento (14-23 marzo), en la región que era propicio para el transporte de material hacia el norte y hacia el oeste, no hacia la costa” y que el foco de altas concentraciones de amonio detectadas en la zona del vertimiento no fueron observadas entre el punto de vertimiento y la costa sino en el lugar del vertimiento.

Surgen las siguientes dudas:

a.- Si la concentración de amonio medida en el crucero fue altísima en el lugar del vertimiento, ¿cuál habrá sido su concentración dos meses antes, cuando se efectuó el vertimiento? ¿Se puede razonablemente esgrimir que esas concentraciones de amonio u otros contaminantes vertidos habrían sido órdenes de magnitud mayores considerando el efecto de dilución o dispersión durante ese período en un ambiente altamente turbulento? ¿Se habrían dispersado esas altas concentraciones originales de “nutrientes” hasta alcanzar la costa, con algún efecto esperado en la Marea Roja? ¿E incluso en la mortandad de mariscos?

b.- Si se presume que ese transporte, “deducido de vientos y no medido” en el momento ni después del vertimiento, corresponde al salmón que habría permanecido en la capa superficial cercana a la acción de los vientos (combinada con efecto Coriolis), ¿se estaría ignorando o minimizando la dirección general de la corriente transoceánica llamada Deriva del Oeste que va hacia la costa? Más aún, siendo el salmón vertido más denso que el agua, ¿se debería haber hundido y alcanzado capas intermedias o profundas antes de llegar al fondo. ¿En qué dirección y velocidad habría sido su transporte? En efecto, la Corriente de Gunther o Agua Ecuatorial Subsuperficial cuyo núcleo se encuentra cerca de los 250 m proviene del Ecuador, se extiende al menos hasta Chiloé, y penetra a los canales interiores más profundos (por ejemplo, Golfo Corcovado). Por tanto, aguas intermedias o profundas en la localidad de vertimiento, pudieran haber transportado esos contaminantes hacia el Sur y hacia la costa, a diferencia de lo aseverado en el Informe Preliminar y por una distancia de al menos 130 km en los 30 días que mediaron entre vertimiento y las primeras mortandades masivas de mariscos (velocidad computada: 5 cm/sec).

c.- Si se presume que los vientos durante el período de vertimiento que fundamentarían ese transporte fueron N y W, ¿cómo fueron los vientos durante los dos meses posteriores al vertimiento? Por los menos los chilotes saben de las variaciones bruscas en la dirección y velocidad de los vientos. ¿Cómo poder descartar vientos en otra dirección e incluso opuestos a la sugerida durante el vertimiento, consistente con la variabilidad día-día en una región tan turbulenta? Computando velocidades representativas de corrientes someras como la de Humboldt (10-30 cm/sec), equivalentes a 8-25 km/día y presumiendo unidireccionalidad de la Deriva del Oeste hacia la costa, sumado esto a transportes erráticos relacionados con la formación de filamentos, meandros y remolinos de amplias magnitudes, surgen alternativas muy diferentes al transporte sugerido para “descartar todo vínculo” entre vertimiento de salmón con la Marea Roja, lo cual se podría extrapolar también con la mortandad de mariscos.

Por tanto, el Informe Preliminar puede descartar el origen de la Marea Roja por efecto del vertimiento, pero no puede, a nuestro entender, descartar el transporte eventual de los contaminantes vertidos mar afuera, hacia y hasta la costa de Chiloé. Y, en consecuencia, no puede sustentar el descarte de “todo vínculo con la Marea Roja cercana a la costa ni en su intensidad, mantención, dispersión y toxicidad.

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Fig 1.- Sobreposición de los sistemas autóctonos: ecológico, rural y gobierno en un sector del mar interior de Chiloé, con el sistema foráneo o alóctono de la gran empresa acuícola salmonera, de mitilidos y exportadora. Se destaca en el mismo el actual vínculo preferente del sistema gobierno con la gran empresa salmonera y exportadora.

Aunque el Gobierno acotó los objetivos al grupo de expertos excluyendo el estudio de la eutroficación y la contaminación del Mar Interior y Exterior de Chiloé y la relación del vertimiento con la mortandad de mariscos, el Informe Preliminar también los elude. Será muy importante y éticamente necesario que el Informe Final contenga la información sobre la distribución de focos menores o significativos de amonio, nutrientes, antibióticos, hormonas y otros contaminantes eventuales de la industria del salmón y de mitílidos. Estos son los temas aún pendientes que no se han resuelto o presentan gran confusión y que afligen a la ciudadanía y también a la academia y quizás a la gran empresa acuícola.

Confiamos en que los expertos conocen y perciben muy bien la complejidad y variabilidad del sistema oceánico en interior de Chiloé, como también experimentan las restricciones logísticas, presupuestarias e institucionales para realizar las investigaciones necesarias. A pesar de nuestras restricciones en cuanto a la rigurosidad del Informe, valoramos su disposición de acudir al llamado de la Academia de Ciencias y del Ministerio de Economía a enfrentar con tal valentía y audacia un proyecto de investigación de tan alta repercusión ambiental y presión social.

Sin embargo, no concordamos con la evaluación de la Presidenta de la Academia de Ciencias, quien agregó que “este informe constituye un hito en la relación entre la ciencia y nuestra sociedad”. Este hito no nos parece tan promisorio al ver cómo se recurre a la academia para buscar soluciones de emergencia, post mórtem y muy parciales como se deriva de este informe.

Visto así, más parece una desvinculación de la ciencia por la sociedad y revela la improvisación de la política científica en el mar y la más fatal imposición del poder económico y político en la gestión científica. Lamentablemente este hito no apunta en la dirección apropiada en el análisis y en la investigación de sistemas de alta complejidad, como el Mar Interior y Exterior de Chiloé. Se ha hecho evidente que el ambiente marino sobrepasa lo meramente físico y biótico, e involucra además lo social, lo económico y lo político, como universos interactuantes a considerar en el marco de la gestión.

¿Dónde está el Informe del grupo de expertos en ciencias económicas y en ciencias sociales de la Academia de Ciencias? ¿Cómo no haber dispuesto un plan de continuidad inmediata para estudiar el seguimiento de la Marea Roja? ¿Dónde está el grupo de expertos permanente y dedicación preferente para los estudios del Mar Interior? ¿Cómo se refleja, al fin, la función orientadora de la ciencia y de la academia que les cabe sobre la economía, la política y el desarrollo de la nación? Esperemos que este hito entre ciencia y sociedad derive en un plan sólido y a largo plazo para la investigación y la formación de excelencia en Chiloé, que oriente un desarrollo sostenible, privilegiando la identidad y la cultura a través de una eficaz participación de sus comunidades y pueblos originarios.

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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