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Por qué el gobierno no quiere cambiar la Ley Reservada del Cobre

Germán Silva Cuadra
Por : Germán Silva Cuadra Psicólogo, académico y consultor
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El ministro Mario Fernández volvió a ratificar que el gobierno no va a incluir en su “agenda” una modificación a la Ley Reservada del Cobre. Según el jefe de la cartera de Interior, esto significaría “estudiar bastante bien para llegar a una conclusión”. Curiosa reflexión. Entiendo que todos los proyectos requieren de un período importante de análisis y preparación, pero acá estamos hablando de una ley que ha estado en la “agenda” política del país desde el retorno de la democracia, y que en los últimos dos años –desde que el precio del cobre se desplomó– ha implicado un fuerte debate público.

Da la impresión que el gobierno no tuviera la flexibilidad para adaptar su prioridades en función del contexto político y económico. Esa obsesión por cumplir con el programa definido en 2013 –cuanto ha cambiado Chile en tan poco tiempo…– no sé si responde a una autoimposición de la Presidenta o a la falta de visión del equipo que la acompaña.

El caso de las protestas contra las AFP es una buena demostración de esta rigidez. La primera reacción de la Mandataria también fue que no estaba este tema en su “agenda”. ¿Qué se esperaría de un gobierno, y en particular de su ministro de la Presidencia, Nicolás Eyzaguirre después de escuchar el desgarrador e histriónico discurso del presidente de Codelco en que explicó que no habrían tenido números rojos (97 Millones de US$) si no hubieran entregado 538 millones de US$ a las FF.AA.? La visión crítica de la Ley Reservada del Cobre ha sido parte del relato de la Concertación y luego Nueva Mayoría por 26 largos años. Es cierto, en el primer gobierno de Michelle Bachelet se presentó un proyecto que buscaba modificarla. Y es cierto también que tuvo el rechazo total por parte de la oposición. El oficialismo prefirió archivar el tema, ¿para qué generar un problema con la FF.AA.? No era necesario. El gesto político estaba hecho.

Paradójicamente, fue Sebastián Piñera el que volvió a la carga con este tema. Aunque el proyecto no eliminaba completamente los aspectos centrales que tiene hoy: Codelco entrega el 10% de las ventas (no existe un negocio en el mundo así), existe total secreto de las cuentas a las que son depositados los fondos, así como también de cómo se gastan. Pero era un avance. El proyecto también quedó durmiendo el sueño de los justos. ¿Y quién fue el responsable? La coalición hoy gobernante.

En los últimos años, Chile ha vivido una verdadera revolución por transparencia. Nadie se ha salvado. Han caído empresarios, políticos, religiosos y dirigentes deportivos que han intentado mantener oculto aquello que antes se estilaba que fuera así. A las FF.AA. también ha llegado esta ola. Mucho más lento, pero también las tocó. Primero fue la FACH y el caso de los muebles de ratán. Hoy el Ejército aún se ve remecido por el conocido milicogate.

[cita tipo=»destaque»]Creo que el problema es más simple y a la vez más profundo. El gobierno se quedó sin energías, entusiasmo y sin flexibilidad. Ni siquiera están pudiendo visualizar la oportunidad que les entregó el movimiento “No + AFP”. La frase “no tengo un puto peso” alertó al país en relación con que algo no anda bien en Codelco, los accidentes de esta semana son el mejor reflejo. Si sigue bajo el precio del cobre y mantienen la carga de este 10% van a terminar en el colapso. Hoy el consenso para incluir este cambio en la “agenda” sería transversal. ¿No entiende la señal ministro?[/cita]

No es posible que con los aires de cambio que ha tenido el país, aún se conserve una ley que se generó de manera ilegítima y que provoca una distorsión crítica para la principal empresa del Estado, la que realiza un aporte fundamental –vía impuestos– para mejorar la salud, la educación y la infraestructura pública. ¿A que le teme el gobierno que no es capaz de adaptar su “agenda”? La madurez de la democracia y de las propias FF.AA. hace posible iniciar una discusión con altura y modificar –de manera rápida– una ley que definitivamente forma parte de otra época de Chile.

Creo que el problema es más simple y a la vez más profundo. El gobierno se quedó sin energías, entusiasmo y sin flexibilidad. Ni siquiera están pudiendo visualizar la oportunidad que les entregó el movimiento “No + AFP”. La frase “no tengo un puto peso” alertó al país en relación con que algo no anda bien en Codelco, los accidentes de esta semana son el mejor reflejo. Si sigue bajo el precio del cobre y mantienen la carga de este 10% van a terminar en el colapso. Hoy el consenso para incluir este cambio en la “agenda” sería transversal. ¿No entiende la señal ministro?

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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